sábado, 24 de abril de 2010

Apócrifos tal cual

en este enlace pueden bajar los textos apócrifos de Nag Hammadi, es decir los escritos gnósticos del siglo II que fueron repudiados por los que armaron la Biblia canónica:

http://www.4shared. com/dir/37883309 /7e524943/ libros_apocrifos .html

que lo disfruten

saludos

Beatriz

lunes, 19 de abril de 2010

¿A Jesús le agradaría la Iglesia actual?




En la Biblia canónica: Samaria. Jesús estaba enseñando cuando unos fariseos le preguntan sobre la llegada del Reino de Dios. Él les responde que el Reino de Dios es un estado interior y no uno exterior. Luego, se anima a hacer algunas profecías sobre el futuro. Dice que él tendrá que desaparecer por un tiempo y que muchos falsos profetas se alzarían haciéndose pasar por él, pero que su regreso sería contundente (Lucas 17:24).

También anuncia que tendrá que sufrir padecimientos y que será rechazado por los hebreos durante la generación de Piscis. Pero, si se refería a toda la humanidad, esto sería la insinuación de que Jesús no consideró como señal de su triunfo el predominio del cristianismo institucional durante la edad de los Peces, sino mas bien una señal de rechazo. Si observamos que el cristianismo que ha llegado a nosotros sólo es una vil caricatura de lo que en realidad enseñó Jesús, entonces podríamos entender que él se sintiera incomprendido en Piscis. ¿Acaso recién en Acuario seremos capaces de entender y practicar su verdadero mensaje?

Abgaro, ¿un viejo amigo?




Cuando tratamos los Años Perdidos de Jesús vimos que el rey Abgaro V Ukhama extendió su reinado primero desde el año 4 a.C. hasta el 7 d.C. año en que fue destronado por su hermano Ma’hanu IV. Para luego recuperar su corona desde el año 13 hasta el 50 d.C. Fue soberano de la ciudad de Edessa (Siria), capital de la Osrhoena, situada al otro lado del río Eufrates. De este sujeto sospechamos que tuvo un estrecho vínculo con los reyes magos y posiblemente se tratara de uno de ellos. De ser correcta esta suposición, esto justificaría el desplazamiento de Jesús hacia esa zona durante su adolescencia y la presunta carta que muchos años después este rey le habría escrito. Aunque en el texto de estas cartas pareciera que ambos no se habían conocido en persona jamás.

Sobre tal documento, la leyenda se resume así: Encontrándose este monarca sufriendo de una enfermedad incurable (algunos documentos afirman que era la lepra negra), escribió una carta a Jesús hacia el año 30-33 d.C. y se la envió por medio de su correo (un tal Ananías o Hannan según la versión siríaca). En ella le rogaba que viniera a curarlo de su mal y además le ofrecía acogida en su territorio, sabiendo que lo estaban persiguiendo los judíos. Esto nos indica que Abgaro había permanecido siempre informado de las actividades de Jesús (Fuente: El Apócrifo, Correspondencia del Rey Abgaro).

Como si fuera una especie de padrino. Jesús le contestó por medio del mencionado emisario, diciéndole que no podía trasladarse a Edessa por que tenía que cumplir su misión divina. Pero le prometía que una vez que “subiera a los cielos” le enviaría un discípulo suyo para que lo curase y predicara el Evangelio en su ciudad. Ananías que era pintor, aprovechó la ocasión para hacer un retrato de Jesús, regresando después a su tierra.

Empleando técnicas orientales




Acompañado de Pedro, Andrés, Juan y Santiago, Jesús empieza a predicar seriamente su nueva doctrina, síntesis de todas las religiones importantes de su tiempo. No sabemos si la Magdalena lo acompañaba también, por que la mayor parte de párrafos sobre ella han sido sacados, pero de hecho, ella lo acompaña. Era su esposa. Al principio Jesús se restringe a la provincia de Galilea, enseñando en las calles y en las sinagogas (Mateo 3:23). Sin embargo, muy pronto llega también gente de la provincia de Decápolis y de Judea, para ser curada o instruida.

La primera curación milagrosa que efectúa es la de un endemoniado que se encontraba en la sinagoga de Cafarnaúm donde Jesús estaba enseñando (Marcos 1:23 y Lucas 4:33). Allí pone en práctica la técnica de exorcismo que había aprendido a las mil maravillas de los brahmanes hindúes dejando asombrados a todos los espectadores. La siguiente curación importante es la que le hace a la suegra de Pedro (Lucas 4:38) al quitarle la fiebre. Al ocurrir esto, enseguida la casa de Pedro se ve invadida por una muchedumbre que buscaba ser sanada por Jesús mediante la técnica de la imposición de manos.

El extraño caso de la montaña nublada


Cierta vez Jesús elige a tres discípulos: Pedro, Santiago y Juan y se los lleva a una montaña alta donde pudieran estar a solas (Mateo 17:1). Recordemos que las montañas son lugares para recargar las pilas, por la gran acumulación de carga electro-magnética que recogen. Funcionan como antenas. Cuanto más altas mejor. ¿A qué lugar fueron ellos? Es muy posible que al monte Hermón, que es la montaña más alta de Palestina y siempre está nevada y nublada. Múltiples leyendas rodeaban a este monte y por tanto la gente prefería mantenerse lejos de él.

Cabe agregar que este sitio es el monte sagrado de los cananeos. Cuando los cuatro subieron a la parte alta de la montaña para orar (Lucas 9:28), según los apóstoles, Jesús se transforma mientras rezaba y adquiere una extraña luminiscencia (Mateo 17:2). Enseguida, cuando los apóstoles estaban a punto de dormirse (Lucas 9:32), aparecen dos sujetos que sus discípulos confundieron con Moisés y Elías. ¿Acaso no serían miembros de la Orden de Melquisedek? Estos individuos hablaron con Jesús y luego desaparecieron en la bruma de la montaña. Los apóstoles estaban perplejos.

Si Jesús se transfiguró o no en esta entrevista no lo sabremos nunca. Sólo debemos tomar en cuenta que ni Mateo ni Marcos ni Lucas estuvieron presentes en el acontecimiento y que sólo se limitaron a narrar lo que a ellos les contaron los demás apóstoles. Pero si es que en realidad pasó este incidente, de seguro que se produjeron fenómenos paranormales ante el encuentro de espíritus tan elevados como lo son los miembros de la Orden de Melquisedek. Es curioso, pero el único evangelista que estuvo allí, Juan, no escribe sobre el hecho. ¿Por qué Juan lo omitió? Quizá por exceso de humildad o porque en ese momento se revelaron cuestiones muy profundas que él prefirió callar o, tal vez, porque jamás ocurrió en verdad. Hay que ponernos en todos los casos.

Calmando tempestades

El lago de Galilea, llamado también mar de Genesareth o de Tiberíades, era el único lugar de Palestina donde los hebreos practicaban la pesca. Jesús lo recorrió muchas veces porque era el medio de comunicación entre cinco provincias: Galilea, Iturea, Traconitida y Decápolis. Cuando los vientos soplaban fuerte, se producían grandes oleajes y esto fue justamente lo que ocurre un día, después de haber estado enseñando. Jesús se había cansado de instruir y entonces se queda dormido a bordo de la barca, único lugar donde la multitud lo dejaba en paz (Mateo 8:23, Marcos 4:35 y Lucas 8:22).

Entonces sobreviene la tempestad, que debía ser muy fuerte para impresionar a pescadores experimentados. Por ello despiertan a Jesús. Molesto por ser importunado, reprende a sus apóstoles y procede a calmar la tormenta poniendo en práctica la vieja técnica del Trongjug, aprendida con los magos tibetanos. Evidentemente todos se quedaron boquiabiertos.

Jesús, ¿hombre o dios?




“Jesús dijo: no soy tu amo. Como has bebido, te has embriagado del burbujeante arroyo que yo he servido... quien beba de mi boca se volverá igual a mí: yo mismo seré él y lo oculto será revelado”.
-Evangelio de Tomás-


Jesús no es Dios, ok?

Muy a la usanza de Krishna en el Bhagavad Ghita, la célebre frase que ha llevado a millones de personas a endiosar a Jesús es el versículo de Juan 10:30:

“Yo y el Padre somos uno”.

Pero, en realidad ha sido mal comprendido. Jesús no estaba diciendo que él fuera Dios, sino que se identificaba en todo con el Padre, que es muy diferente.

Para entenderlo mejor, ilustremos con un pasaje de la Biblia canónica: cierta vez, María Salomé, la hermana de la virgen María, le pide por favor a Jesús que ponga a sus hijos en lugares especiales en el Día de su Segunda Venida. Entonces Jesús responde:

“.....Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que estoy a punto de beber? (Mateo 20:22)”


La copa era para los hebreos símbolo del destino, porque tal como lo hacía José en Egipto, la suerte se leía en las copas, como nosotros lo hacemos ahora en las bolas de cristal y otros medios.

Así Jesús estaba preguntando si sus primos eran capaces de asumir el destino terrible (la tortura y la muerte) que él estaba a punto de asumir. Sus primos respondieron a la ligera que sí. Pero Jesús dijo que, aunque sus seguidores tuvieran el mismo cruel destino, él no tenía poder para encumbrar a nadie. Eso lo hacía su Padre. No él. Esto demuestra una vez más que Jesús no se creía Dios, sino que se sabía “parte del Padre”, como es la mano parte de un hombre.

La mano no puede decir “soy hombre”, ni el hombre decir “soy mano”, pero ambos, la mano y el hombre pueden decir “somos una sola cosa”. Igual, como la mano, Jesús se sentía instrumento de su Padre y, como instrumento, sabía que debía someterse pacíficamente a su voluntad. Ese es el sentido de “Yo y el Padre somos uno”. Como una gota de agua dentro del inmenso mar.

Conversando con el jefe

Siempre se ha pensado que quien creó a los seres humanos, fue el mismo que creó al cosmos. Craso error. Nosotros hemos sido fabricados por un dios menor. El mismo Jesús lo decía, pero no le entendían. Él insistía que

“conocía al Padre, pero que ninguno de los que lo oían lo conocía”.

Más adelante añadía:

“…Es mi Padre quien me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios, y sin embargo ustedes no lo han conocido. Pero yo lo conozco (Juan 8:54).”

¿Qué enigma es éste? ¿A quién conocía Jesús? ¿Era un conocer metafórico o real? ¿Acaso Jesús llegó a entrevistarse no sólo con los Mensajeros (ángeles) sino también con los propios Elohims, igual que Abraham?

El detalle es que Jesús conocía “personalmente” al Dios de los judíos, pero ojo, no lo consideraba el Dios que es la causa impersonal que ha creado las leyes que rigen el cosmos. A quien Jesús conocía y con quien conversó parece ser el dios que creó a la raza humana. Que es diferente al Dios hacedor del universo. Conoció al Elohim más sagrado: al Padre Yah (los griegos lo llamaban Padre Yuh). Según el Libro de Enoc fueron siete Elohim los que nos crearon. Sin embargo, había un octavo que se mantenía distante por ser el que dirigió toda la empresa. Ese parece ser con quien habló Jesús: nada menos que con el Padre de la humanidad. ¡Qué privilegio!

Problemas de autoridad


¿Alguna vez Jesús se ufanó de ser Dios? Algunos creen que sí. ¿Pero realmente fue así? En Juan 10:34, los judíos intentan apedrearlo por blasfemo, ya que Jesús había querido supuestamente endiosarse delante de ellos. Entonces él les quiere demostrar que no había tanta diferencia entre el ser que ellos veneraban y los humanos. Para ello cita el interesantísimo salmo 82, donde los dioses (literalmente los Elohims) están presentándose ante uno superior a ellos (un tal El, que curiosamente es el nombre del máximo dios cananeo, traducido muchas veces como el Divino en nuestras biblias). Este dios El es el que juzga en medio de los Elohims (Salmo 82:1 y 2).

Este salmo es raro pues en sus versículos ese Ser Superior (la versión cananea del Padre Yuh) reprende a los Elohims por no estar apoyando lo suficiente a los justos y oprimidos y dice:

“Yo mismo he dicho: ustedes son dioses (Elohims) y todos ustedes son hijos del Supremo”.

Luego, amenaza a los Elohims (los dioses) que de no cumplir bien su cometido morirían lo mismo que los hombres y como cualquier de los príncipes caerán (82:7 y 8). ¿Quién escribió este Salmo? Es difícil saberlo por ahora. Sólo sabemos que es uno de los salmos más antiguos pues es politeísta. Es probable que fuera transmitido en forma oral de generación en generación. O de lo contrario pertenece a uno de esos períodos en que el culto al dios cananeo El, fusionado con el de Jehová, se reactualizaba sin ser perseguido.

Al citarlo, Jesús quiso demostrar que las propias escrituras hebreas dotaban a estos dioses de una naturaleza tan humana que eran capaces de cometer errores. Y es posible que Jesús también intentara recordar a los judíos, que su religión y la de los cananeos estaban estrechamente ligadas.

Demasiado duro para entenderlo

Los judíos de la Biblia, en su ignorancia no entendieron el mensaje. Jesús no estaba ensalzándose a sí mismo, sino que estaba haciendo exactamente lo contrario: desmitificar a los Elohim y revelar su dimensión humana. Si hoy es demasiado difícil de entender que nuestros creadores no eran seres divinos, sino gente como nosotros, como habrá sido en esa época. Peor. Los judíos y después los católicos han preferido creer que, en ese versículo, Jesús pretendía divinizarse, antes que reconocer que lo que él deseaba en el fondo era humanizar a los que hasta ahora hemos considerado nuestros dioses.

Más claro no canta el gallo. Intentar revelar tan cruda verdad en ese tiempo fue una cachetada a las creencias de entonces. Se pagaba con la muerte. Al menos, hoy en el siglo XXI es diferente. Se puede decir estas verdades y claro, causar polémica y quizá hasta la excomunión. Pero la vida de uno ya no está en juego. En la Era de Acuario puede decirse cualquier cosa sin mayor problema. Todos los secretos salen a flote. Pero en Piscis, ni hablar. Jesús arriesga su cuello al hablar sin importarle nada. Tal era su amor a la verdad.

Secretos y más secretos


Magdalena era la financista

¿Jesús pagaba impuestos? Pues sí. A pesar que lo hacía a regañadientes, pagaba sus dos dragmas que era la obligación. Eso lo vemos en Mateo 17:24. Lo realizaba para evitarse problemas. Obvio. Pero tenía una manera bastante original de pagar los impuestos. Le pide a Pedro que vaya al mar de Galilea y que agarre un pez cualquiera y le abra la boca y allí iba a encontrar un estater (cuatro dragmas). Eso serviría para pagar el impuesto de Pedro y de Jesús.

Pero, ¿hay un sentido oculto en esta historia o de verdad el pez era su caja chica? Con Jesús todo era posible, pero suponiendo que el relato fuera un símbolo, diremos que la moneda estater es una moneda rara que los especialistas asocian con el Tetradragma de Tiro. Es decir, el dinero que usaban los comerciantes cananeos sirios. De ser así, es posible que eso nos esté revelando que la que puso la plata para el pago de impuestos fue la Magdalena, quien, como vimos, parece haber tenido mucho dinero.

Si tomamos en cuenta que los evangelios se escribieron cuando el movimiento cristiano ya estaba avanzado y cuando los peces ya no sólo eran el símbolo de la Era de Piscis, sino también del movimiento cristiano mismo, podríamos interpretar el símbolo del pez como que un cristiano o cristiana (un pez) proveyó de dinero sirio (estater) para el pago del impuesto. En realidad la cantidad no era mucha: un estater era el salario equivalente a sólo dos días de trabajo.

Pero si esto fuera verdad, ¿fue Jesús quien usó la alegoría para referirse a Magdalena o lo hizo el autor del evangelio con la idea de ocultar la procedencia del dinero, restándole como siempre méritos y figuración a la esposa de Jesús? Difícil dilucidarlo por ahora.

Clandestinidad

Esas imágenes hollywoodenses donde se ve a Jesús predicando tranquilo muy suelto de huesos en las calles de Jerusalén son falsas. Especialmente ya al final, cuando ha transgredido cuanta norma judaica se le ha puesto enfrente: sanar el día sábado, atribuirse el derecho de botar a los comerciantes del templo, decirle unos cuantas verdades a los fariseos (como: hipócritas y raza de víboras). En fin. Le había ganado en atrevimiento (sin meterse en política) a todos los otros Mesías que pululaban por ese entonces. Su currículo de provocador se había ido engrosando en forma alarmante, al punto que fue tachado de persona non grata por los sacerdotes judíos. Y no olvidemos el macerado odio de su viejo rival: Anás. Por eso, se entiende que Jesús haya viajado en forma clandestina a Jerusalén (Juan 7:10). Era lógico. Su archienemigo Anás estaba tras sus pasos.

Un terrible secreto




Todo indica que había algo más que una simple relación de maestro y discípula. Si Jesús y María Magdalena estaban casados, ¿por qué se lo ha mantenido en secreto por más de dos mil años? ¿Por qué sólo se han conservado vagas tradiciones medievales que hablan de este matrimonio? Tradiciones que luego se convirtieron en herejías terriblemente perseguidas. ¿Acaso el comportamiento altamente liberal de la pareja escandalizó tanto a Palestina como para ameritar ser borrado de las crónicas cristianas? ¿O es que estaban tapando algo aún peor que Jesús estuviera casado? ¿Qué podía ser que hasta sus seguidores lo criticaban?

Racismo

Como ya dijimos, el matrimonio de Jesús y María era muy controvertido en esa época. Juan cuenta (2:13) que Jesús una vez tuvo que ir a la celebración de la Pascua. Era obligatorio que por esa fiesta, todos los hombres hebreos vayan a Jerusalén, so pena de muerte. La esposa seguía al marido donde sea. ¿Por qué María Magdalena, siendo su esposa, no lo acompañó al templo?

¿Acaso porque ella no profesaba la religión de Moisés sino la cananea? ¿Será eso lo que no perdonaban ni sus discípulos? Parece ser que por eso fue discriminada. El pueblo hebreo no miraba bien los matrimonios mixtos (ver libro de Esdras). Eso explicaría porqué ella no quería (o no podía) entrar en el Templo de Jerusalén, que hubiera sido lo normal siendo su esposo. Los judíos despreciaban a los cananeos.

Los samaritanos eran lo peor


Teniendo que huir de nuevo de las garras de Anás, Jesús atraviesa la provincia de Samaria, que está entre Judea y Galilea. Allí se refugia por unos días en la ciudad de Sicar y empieza a predicar a las damas samaritanas, pese a que los judíos odiaban a los samaritanos, pues los culpaban de que la nación de Israel estuviera cortada en dos. Cuando sus amigos volvieron de comprar comida y encontraron a Jesús conversando con las samaritanas que sacaban agua del pozo, quedaron boquiabiertos. Como era posible que Jesús se juntara con esa chusma: samaritanas y encima mujeres que eran tan poco dignas de recibir instrucción. Según el apóstol Juan, esta fue la primera vez que Jesús acepta en forma abierta que él era el Mesías tanto tiempo esperado por el pueblo hebreo. Se queda enseñándoles varios días a las mujeres (simbolizadas en una sola) y a sus esposos.

Burlándose de los estereotipos

Jesús era un gran provocador. Que duda cabe. Por causa del alboroto que producían sus curaciones, Jesús comienza a pedirle a sus pacientes que guarden en secreto los milagros. Sólo hace algunas excepciones como es el caso del leproso al que Jesús, después de sanarlo, le dice que mostrara su curación al sacerdote de la sinagoga. Dado que la mayor parte de sacerdotes principales eran saduceos incrédulos, enviar al leproso donde el sacerdote para que viera el prodigio era un deliberado acto de provocación por parte de Jesús. Pero, ¿por qué haría una cosa así? Al parecer, Jesús disfrutaba escandalizando a la gente prejuiciosa o escéptica.

Otro ejemplo de su actitud desafiante a las costumbres judías lo constituye rechazar el ayuno cuando era obligatorio. Los hebreos tenían que ayunar cuatro veces al año: en abril, mayo, julio y octubre. Jesús niega esa tradición. Así, una vez más, él ignoraba olímpicamente otra norma social.

Otra trasgresión que hace Jesús fue curar enfermos el día sábado. Como en el capítulo cinco de Juan. Para los judíos, eso era una inmoralidad. Realmente Jesús y sus seguidores hacían caso omiso a la costumbre de no trabajar los sábados. Así cuando tenían hambre, arrancaban espigas de trigo aunque fuera sábado (Mateo 12, Marcos 2 y Lucas 6). En ese episodio, nos han hecho creer que los apóstoles hacían eso porque eran pobres y no tenían qué comer. La verdad era que las tiendas estaban cerradas (por ser día de descanso) y ellos querían comer como sea. Así una vez más contravinieron las leyes religiosas de su país.

Magdalena untando los pies de Jesús

Ahora veamos como Magdalena y la mujer que le unta con aceites a Jesús son la misma persona. Cierta vez, un fariseo invita a comer a Jesús con sus discípulos. Allí, dice Lucas 7:36, estaba una mujer conocida en la ciudad como pecadora, quien trae su aceite perfumado (quizá de nardo) en un frasco de alabastro y empieza a untarlo en los pies de Jesús. Emocionada, la mujer llora sobre los pies del maestro y utiliza su propio cabello para secar sus lágrimas. Algunos autores están seguros de que esta mujer es la Magdalena, pues en otra ocasión Juan Evangelista dice bien claro sobre ella:

“... Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta, su hermana. (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y le enjugó los pies con sus cabellos)...” (Juan 11:2)

Este episodio además demuestra que Magdalena y la hermana de Lázaro eran la misma persona. Por la alusión de ser pecadora, al igual que la Magdalena. Sin embargo, otros especialistas insisten en que se trata de una persona diferente porque no desean aplicar el término pecadora a la buena hermana de Lázaro. Particularmente, pensamos que las pruebas en favor de la Magdalena son bastante contundentes. Pero, ¿por qué considerarla una pecadora? Decir pecadora en las antiguas escrituras es casi un sinónimo de prostituta, pero, es que ¿acaso Jesús se casó con una mujer de la mala vida?

Jesús la besó en la boca


Sacando los trapitos

¿María de Betania y la Magdalena son la misma? En realidad este es un tema de nunca acabar. La Iglesia lo viene discutiendo desde hace siglos. Lo que pasa es que recién hoy el debate se está haciendo público. Antes la discusión sólo se quedaba entre las cuatro paredes de un convento. Ahora ha salido a la luz. Veamos como muestra lo que pensaban algunos miembros de la Iglesia: en el siglo VI, el papa Gregorio I predicaba en sus sermones que ambas Marías eran en verdad la misma. Lo que pasa es que una persona podía tener varios nombres a la vez. Era normal en esa época. Igual lo creía San Bernardo de Claraval (siglo XII), sujeto muy ligado con los templarios. Similar afirmación la encontramos también en el arzobispo de Maguncia Rabano Mauro (siglo IX) y en el arzobispo de Génova Santiago de la Vorágine (siglo XIII). Y no olvidemos que Lutero creía que Jesús y Magdalena estaban casados.

Un argumento que demuestra que la propia Iglesia católica sabe que las dos Marías son la misma persona, es por las fiestas. Existen festividades para María Magdalena (22 de julio), para Marta (una semana antes) y para Lázaro. Si María de Betania fuera alguien diferente que la Magdalena, ¿por qué no le dieron a ella también un día de celebración en el calendario católico?

Jesús la besó en la boca

Uno de los mayores argumentos en favor de la relación romántica entre Jesús y la Magdalena es, sin duda alguna, el apócrifo Evangelio de Felipe, encontrado en 1945, en Nag Hammadi, Egipto, junto con otros 53 tratados del siglo IV. En él figura un párrafo que ha hecho aullar a innumerables miembros de la Iglesia:

“....La compañera de Cristo es María Magdalena. El Señor amaba a María más que a todos los discípulos y la besó en la… repetidas veces. Los demás le dijeron: ¿Por qué la quieres más que a todos nosotros?”

La palabra griega utilizada para “compañera” es koinonos. Palabra muy polémica. Unos dicen que significa “consorte con quien se tiene relaciones sexuales”, mientras que para otros quiere decir “socio íntimo”. Sea como fuere, el vínculo del que hace referencia este término es de un enlace “muy especial”. El punto es que con esa “compañera muy especial se daba besos en la …”. Y allí sí la cosa cambia. No parecen ser besos en la mejilla, si lo vemos dentro del contexto. Así, el hecho de que Jesús besara a la Magdalena delante de los apóstoles no sólo evidencia que eran marido y mujer (sólo se besaban así entre esposos) sino que, de ser verdad, es la prueba de que ambos llevaban un matrimonio poco convencional, que rompía esquemas para su época. En ese tiempo que una mujer tocara en público a un hombre, aunque sea la esposa, era pésimamente visto. Ojo, los saludos con beso entre discípulos (Romanos 16:16) sólo eran “ósculos santos” y no “besos en la…(especificando el lugar de la cara). ¿Acaso el único pecado de Magdalena era amar a Jesús con todo su corazón y no tener vergüenza de demostrarlo?

Magdalena mon amour


Vecinos y amantes

Un punto interesante lo constituye la cercanía geográfica de las viviendas de Magdalena y Jesús. Eso pudiera implicar que ambos ya se conocían desde antes. Magdala era una ciudad muy cercana a Nazareth, tierra de la infancia de Jesús.

Es muy probable que Magdalena y sus hermanos habrían nacido en Magdala (Galilea) y después se habrían mudado a Betania (en Judá), cerca de Belén. Esto quiere decir que si es verdad esta suposición, hubiera sido muy fácil que se conocieran desde chicos. Vivían muy cerca. Eso explicaría la enorme amistad que unía a Jesús con Lázaro.

Según las excavaciones arqueológicas, Magdala (Migdal) era una ciudad comercial y cosmopolita, por tanto acostumbrada a convivir entre diversas culturas diferentes, mientras que Betania era por sus cercanías a Jerusalén, mas bien una especie de condominio pituco.

Las dos Marías

Sin duda alguna, María Magdalena está de moda. Es que responde a una necesidad de esclarecimiento y reformulación, dado el maltrato histórico que ha recibido. Ella es uno de los personajes más controvertidos dentro de la historia cristiana. ¿Quién fue esta mujer que tanta polvareda ha levantado durante tantos siglos? ¿Por qué el Padre de la Iglesia Hipólito la consideraba el “apóstol de los apóstoles”? La tesis de que María Magdalena fuera la esposa olvidada de Jesús ha sido ahora último motivo de varios libros como Magdalena, esposa de Jesús de Margaret Starbird, El Enigma Sagrado de Michael Baigent y la novela El Código Da Vinci de Dan Brown.

Un punto esencial en esta polémica es si María de Betania y María Magdalena son la misma mujer. Ambas, según la Biblia, muestran un vínculo entrañable con Jesús. Dentro de los estudiosos hay dos bandos: uno que sostiene que sí son la misma mujer y otro que afirma lo contrario. Los primeros, se basan sobre todo en la omisión de María de Betania a la hora de la crucifixión. ¿Por qué no estaba presente, si era una discípula tan devota de Jesús? ¿Es posible creer que ella dejara de presenciar el momento culminante de la vida de su maestro?

La supresión de la Betania sólo se podría explicar si ella se hallara en los evangelios bajo otro nombre, el de María Magdalena.
En cambio, sí se menciona a María Magdalena en la crucifixión. ¿Por qué aparece la Magdalena en los momentos más decisivos de la vida de Jesús, si sólo es una simple pecadora redimida? Se la ve viajando con él, acompañándolo en su agonía y fue la primera en verlo resucitado. Si Jesús en verdad estaba casado, sólo había una candidata al puesto de esposa suya: una mujer que es mencionada varias veces en los evangelios bajo nombres distintos y desempeñando funciones diferentes. Esa es María Magdalena, también conocida como María de Betania.

Mujeres




“Pedro dijo a María: Hermana, nosotros sabemos que el Salvador te amaba más que a las otras mujeres”
-Evangelio de María, logia 10-

“Magdalena dijo a Jesús: no me canso de hacerte preguntas. No te molestes si te lo pregunto todo.
-Pistis Sophia, logia 139-


Las controvertidas bodas de Caná

La relación de Jesús con las mujeres fue muy especial para su época. Veamos por ejemplo el vínculo que tenía en particular con una de ellas. Uno de los temas que sigue suscitando polémica entre los investigadores bíblicos son las bodas de Caná, sólo mencionadas en el Evangelio de Juan. Es realmente muy curioso que en este relato se haya omitido deliberadamente mencionar quienes eran los novios. Es como que un periodista hace una crónica sobre un matrimonio, relatando alguna anécdota singular del evento, pero sin decir quienes son los que se casan. Es raro.

Ello ha dado pie, a gran cantidad de estudiosos a pensar que se borró a propósito el nombre del novio, porque cuestionaba muchos dogmas. ¿Qué nombre fue ese que se suprimió? No es ningún secreto: Jesús. ¿Es eso posible?
Para aclarar este dilema, hablemos un poco del matrimonio judío. Casarse era prácticamente obligatorio en esos tiempos. Pero, ojo, no podemos olvidar el voto de nazareno que hizo el hijo de María. Haciendo este voto no podían casarse. Entonces, ¿Jesús se casó realmente?

Secretos de cama

Jesús era un nazareno, todos lo sabemos. Lo dice la Biblia y los apócrifos. Sin embargo, cabe precisar que existían dos tipos de votos nazarenos: uno temporal y otro de nacimiento. En el temporal se hacían prohibiciones como casarse, beber licor y tocar a los muertos.

En cambio, en el voto de nacimiento no había esas prohibiciones. Recordemos que siendo nazareno, Sansón podía ir a la guerra y matar personas. También acordémonos que Jesús bebía vino en algunas ocasiones. En cuanto a tener sexo, en el voto temporal de nazareno, no se debía tener relaciones sólo durante el tiempo de la dedicación. Mientras que en el voto de nacimiento, el sexo no estaba prohibido. Sansón (con voto de nazareno de nacimiento) se casó con una filistea primero, acudiendo luego donde una prostituta y después enamorando a Dalila. Así que todo indica que no era incompatible el matrimonio con tener una larga cabellera de nazareno. Además, si Jesús hubiera sido casto hasta el final de sus días, Pablo lo hubiera citado como ejemplo de celibato en sus epístolas. Cosa que no hizo.

Testosterona alada

Algunos comentan que Jesús no pudo haber contraído nupcias porque era profeta. Craso error. Ser profeta era sinónimo de videncia, nada más. Y la secta de los profetas, mencionada en el Antiguo Testamento, era una secta de videntes que fue fundada por una mujer: Deborah. Además, la mayoría de los profetas se casaron como Isaías. Ser profeta no impedía el matrimonio. Era una opción y punto.

También hay quienes arguyen que Jesús no se casó porque era esenio. Otro craso error. Si bien Jesús se crió bajo las costumbres esenias, al igual que Juan Bautista, no las siguió al pie de la letra. Él no era tan cerrado como ellos, ni marginaba a los que tenían defectos físicos, como sí hacían los esenios, quienes jamás se les hubiera ocurrido besar públicamente a una mujer. Jesús en cambio sí lo hizo. Por consiguiente, él no era un típico esenio. Cuando fue mayor, tomó su propio camino.

No hay rabbí soltero


De otro lado, ningún hebreo podía dar ningún tipo de instrucción pública si no pertenecía a la fila de los casados. Por muy especial que sea. En el Talmud se afirma que:

“un hombre sin mujer es mitad hombre”

Jesús enseñaba en forma pública, por eso le decían rabbí, que quiere decir “instructor”, “maestro”. La ley mosaica exigía como requisito previo para convertirse en maestro, contraer matrimonio como señal de madurez. Este argumento refuerza la idea de al menos un matrimonio en su corta existencia.

Sin embargo, algunos aducen que si Jesús hubiera estado casado, Pablo lo hubiera mencionado cuando en 1 Corintios 9:5, clama por el derecho de casarse, como lo estaba Pedro y la mayoría de los apóstoles. Pero en ningún momento cita a Jesús como ejemplo. No obstante, no olvidemos que la Biblia es una prueba contaminada, por ello, es muy posible que tal referencia haya sido tachada, ya que si se hubiera aceptado que Jesús era casado, la candidata de fuerza sería indudablemente una mujer que es vilipendiada en el Nuevo Testamento: Magdalena. Y ya veremos más adelante porqué se la despreciaba tanto.

Los novios

Una de las cosas que hace pensar que Jesús es el novio del banquete de Caná es el hecho de que al faltar el vino, María va a pedírselo a Jesús de frente y no, como sería lo normal, al dueño del matrimonio. ¿Por qué darle semejantes atribuciones a un simple invitado? ¿Y qué responde Jesús? Contesta:

“Todavía no ha llegado mi hora” (Juan 2:4)

¿Y qué significa tal cosa? Quizá María estaba esperando que Jesús resolviera el problema con un milagro, como estaba acostumbrada. Pero él consideraba que no era el momento propicio para empezar a manifestar su poder en la esfera pública. No obstante, realiza el milagro, el primero después de su largo viaje por oriente, convirtiendo el agua en vino.

Luego piden que lleven el vino para que lo pruebe el director del banquete, que debía ser normalmente el padre del novio o un querido amigo. Siendo que las bodas se realizaban en Caná (Galilea), el director del banquete bien pudo haber sido Natanael (Bartolomé, futuro apóstol), quien habría prestado su casa para tal propósito. Cuando éste prueba el vino, manda llamar al novio para felicitarlo por la calidad de la bebida. Pero no se nos dice quien es este novio, a quien manda llamar.

Si Jesús fue el novio en las bodas de Caná, entonces la novia, por simple lógica, sería María nativa de Magdala y hermana de uno de los mejores amigos de Jesús: Lázaro. Magdala queda muy cerca de Caná. Eso explicaría porqué eligió casarse en Caná.

Jesús en los infiernos


Resurrección múltiple

El apócrifo Actas de Pilatos tiene una segunda parte que más parece un añadido. Dicha segunda parte empieza abruptamente con un nuevo interrogatorio que le está haciendo el Sanedrín a José de Arimatea, quien cuenta que junto con Jesús resucitaron un gran número de muertos, quedando sus tumbas abiertas y vacías.

Así ocurrió con Simeón y sus dos hijos. Es interesante notar que existe una alusión a esta resurrección masiva en la Biblia canónica, pero sólo en el Evangelio de Mateo (27: 52-53).

Una temporada en el infierno

Según esta segunda parte del Acta de Pilatos, una comitiva formada por Anás, Caifás, José de Arimatea, Nicodemo y un tal Gamaliel parten para encontrarse con los supuestos resucitados. Cuando los encuentran, los llevan a Jerusalén donde les piden que juren sobre la Toráh pues van a contar toda la verdad sobre lo que les había sucedido. Así, ellos
piden papel y pluma y ponen por escrito su declaración. Lo referido es realmente asombroso y resulta muy semejante a los relatos sobre el Hades vertidos en la mitología griega.

En esta historia, Simeón y los suyos se encuentran en el infierno (entendido como sheol) junto con los otros muertos en medio de una gran oscuridad, cuando de pronto una luz muy intensa les permite verse los unos a los otros. Entonces se produce un interesante diálogo entre los patriarcas y profetas bíblicos presentes: hablan Abraham, Isaías, Juan Bautista, Adán y su hijo Set. Aquí Set cuenta que una vez su padre cayó enfermo de muerte y entonces él debía buscar el Árbol de la Vida para obtener un óleo santo para sanarlo. Cosa que un ángel se lo impidió diciéndole que tal ungüento sería entregado dentro de miles de años, cuando el Mesías llegara a la Tierra.

En eso ocurre algo realmente particular: aparece Satán y se pone a conversar con el Infierno, como si el Infierno no fuera un lugar ni un estado, sino una persona. Esto nos recuerda al Apocalipsis cuando se dice “la Muerte venía seguida del Infierno”. En este diálogo se habla de Jesús (que acababa de morir y estaba por llegar). En la conversación, Satanás asegura que Jesús no es más que un hombre común, por más milagros que tuviera. El Infierno no está de acuerdo y ordena que no lo dejen entrar a su reino, cerrando bien las puertas con cerrojos. El rey David se burla de los miedos del Infierno. De pronto, en ese momento en forma apoteósica se abren las enormes puertas de bronce del infierno, se hacen añicos los viejos y herrumbrosos cerrojos de hierro y entra Jesús triunfal iluminando todos los rincones del tenebroso mundo. Instantáneamente, los difuntos encadenados se ven libres de sus cadenas.

Liberando a los muertos

Según esta asombrosa historia, Jesús agarra a Satanás por la cabeza y se lo entrega al Infierno en custodia con este encargo:

“Tómalo y tenlo en buen recaudo hasta mi segunda venida”.

Así lo hace el Infierno, pero se halla molesto que Jesús esté en su morada pues iba a liberar los muertos. Y así es. Jesús libera a Adán y le pide que lo siguiera al Paraíso. En el camino los acompaña el arcángel Miguel. Al llegar al Paraíso se encuentran con Enoc y Elías, quienes supuestamente no han muerto hasta el día de hoy. En ese momento, Enoc le dice a Elías:

“Vamos a seguir viviendo hasta la consumación de los siglos, entonces seremos enviados por Dios para hacer frente al anticristo y ser muertos por él y resucitar en tres días y ser arrebatados en las nubes al encuentro del Señor”.

Esto nos hace recordar que en el Apocalipsis se menciona que morirían y resucitarían al tercer día dos profetas. Y eso sería la señal del Fin de los Tiempos. Luego viene el buen ladrón Dimas y cuenta su historia. De esta manera termina la narración de Simeón y sus hijos resucitados ante el Sanedrín. Cuando acaban, dicen que tienen que volver con los otros difuntos y desaparecen ante ellos de forma sobrenatural. Pero la historia no acaba aquí sino que continúa con algo que parece ser una inserción de otro apócrifo dentro de este mismo. Se repiten muchas cosas antes contadas, con algunos detalles cambiados.

Al César lo que es del César




Jesús siempre que hablaba con los sacerdotes terminaba poniéndolos en ridículo. Las parábolas que cuenta critican duramente a Anás y a los suyos, dejándolos muy mal parados. Ellos buscaban la manera de apresarlo, pero no la encontraban. Jesús se había hecho tan popular a esa altura del partido, que se había vuelto intocable. El pueblo lo protegía.

Intentar atraparlo ahora frente a la multitud podía provocar una revuelta que diera a los romanos pretexto suficiente para sacar a los fariseos de sus altos puestos políticos y reemplazarlos por extranjeros. Es esto lo que impide que Jesús sea prendido tan rápidamente. Sin embargo, tenía que ser hecho de todos modos. Antes de hacerlo a la fuerza, procuraron avergonzarlo frente a todos para restarle credibilidad. Por eso, el Sanedrín acuerda mandarle expertos en las escrituras para tenderle trampas filosóficas. Entre los sujetos que enviaron para que se mezclaran con la gente había estudiantes de la ley y herodianos (Mateo 22:16).

Así, durante otro día de enseñanza en el templo de Jerusalén (porque Jesús no enseñaba en las calles), estos sujetos le preguntan si se debía o no pagar el impuesto al imperio romano (llamado capitación). El Nazareno se enfada porque sabía cual es la intención de la pregunta, pero igual responde. Al parecer este impuesto era de un denario, es decir, el jornal de doce horas y en tales monedas estaba la imagen del César romano. Por esta razón Jesús dice que den “al César lo que es del César (Mateo 22:21) y a Dios lo que es de Dios” (Marcos 12:13 y Lucas 20:19). De esta forma, una vez más Jesús logra torear al toro y decir claramente que la religión no debe mezclarse con el poder del monarca.

Jesús y la ley del karma




El catolicismo se rehúsa a aceptar el concepto de la reencarnación, sin embargo, algunos Padres de la Iglesia sí creían en él, como Orígenes del siglo III. La reencarnación es la teoría filosófica de la continuidad del espíritu a través de múltiples existencias. Los hebreos creían en ella. Cuando Jesús se encuentra con el ciego, los apóstoles preguntan sobre la ley del karma.

“¿Es la ceguera de nacimiento un castigo por los pecados de los padres o por las faltas cometidas por el mismo enfermo en existencias anteriores (Juan 9:1)?”

Esto demuestra que los hebreos de esos días sí creían en la reencarnación. Entonces, Jesús explica que no todas las enfermedades son la consecuencia de los pecados y que en ciertos casos, como éste, se producían para que ocurrieran las curaciones milagrosas. En esta ocasión es muy claro que Jesús curaba fabricando extraños preparados (muy eficaces) que untaba en los enfermos. Quizá era otra técnica usada por los esenios terapeutas. Otro caso de reencarnación lo constituye una reunión en Cafarnaúm. Jesús cura a un paralítico diciéndole:

“tus pecados han sido perdonados” (Mateo 9:2).

Los escribas que estaban allí dijeron que eso era una blasfemia. Con esa frase Jesús estaba aceptando la ley hindú del karma que afirma que las enfermedades son producto de nuestras malas obras.

Ojo, la ley del karma también se ve explicitada cuando se dice que “hay que poner la otra mejilla ante la agresión”. ¿Por qué? Por la sencilla razón que no es necesario hacer justicia con nuestra propia mano porque la justicia siempre viene por sí sola, por ley. Y si uno mismo no contesta se libera de la cadena del karma. En el apócrifo gnóstico Pistis Sophia, se describe qué tipos de metempsicosis experimentarán los justos y los pecadores según sus acciones.

¿Será cierta la reencarnación? ¿Acaso en el fondo siempre estamos destinados a reencontrarnos con nuestros amigos y enemigos una y otra vez en diferentes vidas? Quien sabe. Esto aún pertenece al terreno de la creencia.

Inmortalidad, divino tesoro

Cuando Jesús dijo:

“...si vosotros permanecéis en mi palabra, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:31)

¿Acaso no estaría ofreciendo el secreto de la inmortalidad (la auto-resurrección) a los que buscaran en forma sincera la elevación espiritual? Secreto que debió estar en los pergaminos entregados por los reyes magos a su madre María: el legendario Testamento de Adán, cuyo misterio sólo podía ser dilucidado por el Avatar elegido para ese tiempo. Jesús buscaba demostrar que se podía ser amo y señor de la materia, llegando a vencer a la muerte. Pero tal ofrecimiento sólo produjo espanto y mayores acusaciones sobre él.

Cabe añadir que el Evangelio de Tomás pareciera que también estuviera hablando de la secreta técnica de autoregeneración:

“Y dijo Jesús: quien encuentre el sentido de estas palabras no gustará de la muerte.... El que busca no debe dejar de buscar hasta que encuentre. Y cuando encuentre se estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre el universo”. (Logia 1,2)

Actualmente, la ciencia ya está metiendo las narices en la idea de “resurrección”. Este concepto mítico está dejando de ser una idea descabellada para convertirse en una posibilidad para la medicina regenerativa. Así lo acredita una noticia publicada en octubre del 2006 en el diario argentino “La Nación”, donde se declara que el biólogo franco-croata Miroslav Radman del Instituto Nacional de la salud y de la Investigación Médica (Francia), logró comprender el proceso de “resurrección” de la Deinococcus radiodurans, una bacteria que es capaz de reparar su patrimonio genético para volver a la vida. Su hallazgo ha sido publicado en la revista Nature.

La Deinococcus radiodurans es una bacteria anodina. Está en todas partes y no es patológica, de modo que no hay que tenerle miedo. Algunas especies se encuentran sobre todo en los desiertos y encima de las piedras. Hoy Radman ha fundado en la ciudad croata de Split, el Instituto Mediterráneo para las Ciencias de la Vida. Su idea es reunir a jóvenes investigadores “a fin de generar una ciencia original e innovadora y donde puedan trabajar en plena libertad”.

Referencia a los apócrifos

Los hechos que cuentan los evangelios canónicos se complementan con los relatos de los apócrifos. Así, cierta vez un fariseo invita a comer a Jesús a su casa y éste no se lava las manos (costumbre judía), escandalizando al fariseo. Entonces Jesús empieza a disertar sobre la limpieza del alma y el culto a las apariencias (Lucas 11:38).

Otros maestros de la ley (seguramente saduceos) que estaban allí se sintieron aludidos por el discurso, pero a Jesús no le importó, sino más bien insiste en criticar la falsa espiritualidad y la doble moral de los fariseos y saduceos. Y es curioso, en medio de sus palabras, Jesús hace mención de un hecho que no figura registrado en los evangelios canónicos: la muerte de Zacarías (padre de Juan Bautista), por mandato de Herodes cuando oficiaba en el altar del templo (Lucas 11:51). Dicho episodio es narrado en detalle, como vimos antes, únicamente en el apócrifo Protoevangelio de Santiago.

Mal termina ese banquete, pues se convierte en un duelo de preguntas y respuestas sobre la ley mosaica. Fastidiado, Jesús abandona la casa del fariseo encontrándose fuera con una multitud que lo esperaba. Allí aprovecha para enseñar un poco a la gente y de pronto uno de sus seguidores le pide que haga las veces de juez entre él y su hermano para dividir la herencia. Cosa que Jesús rechaza de inmediato.

Entonces cuenta una parábola: la del hombre que almacena grano y muere esa misma noche (Lucas 12:21). Es un sermón sobre los bienes materiales. Sermón que se convierte en el favorito de San Francisco de Asís.

Ovnis hasta en la sopa

Cuando Jesús cuenta la parábola de Buen Pastor, alude de manera enigmática:

“…Y tengo tras ovejas, que no son de este redil, a esas también tengo que traer, y escucharán mi voz y llegarán a ser un solo rebaño, a tener un solo pastor” (Juan 10:16)

¿A quiénes se refería Jesús? Es difícil asegurarlo. Pudo haberse referido a las Tribus perdidas de Israel, a las naciones gentiles que había conocido durante sus viajes o quizá hacía referencia a ambas. O tal vez eran palabras cariñosas para su familia política cananea.

Algunos ufólogos fanáticos aseguran que se hace mención a las gentes que habitan otros mundos. Pero lo más sensato es tomar el párrafo como una profecía de cómo el cristianismo se propagaría por el mundo entero, unificando en un credo muchas razas (ovejas de otros rebaños), cosa que ha sucedido cabalmente.

¿Existe el infierno?




El concepto de infierno como castigo eterno, no se hallaba en las prédicas de Jesús. Para él, el castigo era temporal. Finalizaba después de haber purgado las culpas:

“...De seguro no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último lepton (centavo)” (Lucas 12:59).

Jesús creía en la infinita misericordia divina, que siempre da una oportunidad a los que desean reivindicarse. Infierno significa submundo. En el Antiguo Testamento, el infierno también es finito y posee dos nombres: Gehena que es un lugar de intenso sufrimiento para los ángeles caídos localizado en el centro incandescente de la Tierra. Y Sheol (el seno de Abraham) que es un estado de sueño e inconciencia, donde irían todos los muertos comunes en espera del Juicio Final (o resurrección de los muertos). Es una especie de Hades griego.

¿A dónde iremos cuando nos toque la guadaña? Quien sabe. Quizá simplemente vayamos un tiempo al mundo de nuestros pensamientos, para reciclarnos y después volver acá. ¿O no?

La adúltera es un añadido




Existe un incidente que no está en todos los manuscritos del Evangelio de Juan. En varias copias no aparece. Nos referimos al episodio de la adúltera que iba a ser lapidada. Da la impresión que este hecho no encajara con la secuencia de eventos anteriores: Jesús acaba de decir públicamente que es el Mesías y se ha armado un alboroto. Después, sale de la ciudad hacia el Monte de los Olivos, supuestamente a buscar refugio porque lo estaban persiguiendo (Juan 8:1). Al día siguiente, como si nada, Jesús vuelve al Templo para enseñar y los fariseos, con los saduceos, en vez de agarrarlo, intentan ponerle una trampa llevando a su presencia una adúltera que había sido sorprendida en el acto. Es allí cuando el Nazareno les dice:

“El que esté libre del pecado que tire la primera piedra”.


Algunas personas han creído que la adúltera era María Magdalena, pero es evidente que se trataba de otra mujer si uno lee el fragmento en relación con los hechos anteriores. Si la Magdalena hacía mucho que estaba siguiendo a Jesús, es absurdo pensar que siguiera pecando (cualquiera que fuera su pecado). Además, era una mujer acusada de adulterio no de prostitución. Siendo Magdalena tan apegada a Jesús es imposible pensar que le fuera infiel.

Hay quienes creen que este fragmento fue insertado en forma tardía y que no pertenece al manuscrito original, siendo, por tanto una anécdota agregada. Sin embargo, es un pasaje hermoso y por esta razón se le ha otorgado tanto valor como al resto del evangelio.

¿Por qué acusan a Jesús de samaritano?

Durante una prédica de Jesús, una vez un judío le hace una rara acusación, llamándolo samaritano y endemoniado (Juan 8:48). ¿Por qué se refirió de esta forma a Jesús? En el pasado los samaritanos se habían mezclado con extranjeros, realizando matrimonios mixtos. Ser samaritano significaba ser medio descendiente de Abraham, pero practicar una religión pagana. Es muy posible que Jesús haya sido acusado de pagano debido al matrimonio con la Magdalena. Su matrimonio era pues un matrimonio mixto muy a la usanza samaritana. “Samaritano” era pues un insulto que significaba “judío medio pagano”.

Jesús era “feminista”




En el tiempo de Jesús era realmente inmoral que un profeta o un rabbí (maestro) tuviera seguidoras mujeres. Ellas eran consideradas tan poquita cosa que en Lucas 23:27 ni siquiera las consideraban dentro del pueblo:

“Le seguía una gran muchedumbre del pueblo y de mujeres”.

Según los hebreos, el género femenino no merecía recibir instrucción. En esa época, cada hombre judío agradecía de no haber nacido pagano, esclavo o mujer. De modo que debió llamar bastante la atención a los judíos ver a una legión de féminas siguiéndolo por todos lados.

Jesús estimaba mucho a las mujeres. Le gustaba estar junto a ellas. Se nota en los escritos canónicos cuando nos dicen que la parte del templo donde solía siempre predicar Jesús era la Tesorería (Juan 8: 20). ¿Por que eligió este sitio? Ese lugar era conocido como el Atrio de las Mujeres. Era el único lugar del Templo donde se le permitía entrar a las mujeres. Más adentro ya no podían ingresar. Es obvio que Jesús escogió ese sitio para que ellas lo puedan escuchar.

A pesar del rígido dominio masculino, las mujeres se las ingeniaron para asumir roles conductores en las primeras comunidades cristianas. Muchas eran apóstoles, maestras, predicadoras y profetisas14. Otras, ofrecían sus casas para las reuniones cristianas (Colosenses 4:15, 1 Corintios 1:11, Hechos 15:14-40).

Cristianos en guerra de sexos

¿Por qué en la actualidad se ha vuelto tan importante el nombre de María Magdalena? Por una razón muy simple, pues con ella se reconsidera el lugar de la mujer en la Iglesia. Se descubre el poderoso papel que tuvieron las mujeres en el nacimiento del cristianismo. Hay evidencia innegable que la Magdalena fue una líder del movimiento cristiano primitivo. Según el apócrifo gnóstico Evangelio de María, Magdalena era la discípula más amada:

“Después de haber instruido sobre las palabras de Jesús, María permaneció en silencio... Entonces, Andrés dijo a los hermanos: ...Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas cosas. Estas doctrinas son bien extrañas. Pedro respondió: ¿Ha hablado con una mujer sin que lo sepamos, de modo que todos debamos escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros? Entonces María se echó a llorar y dijo a Pedro: Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo miento respecto al Salvador? Entonces Leví habló a Pedro: Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce perfectamente, por esto la amó más que a nosotros.”

¿Hubo en la Iglesia cristiana primitiva una furiosa guerra de sexos? Definitivamente, este párrafo nos está revelando que sí. Hubo enfrentamientos entre las facciones de Magdalena y Pedro por el liderazgo de la Iglesia. Jesús valoraba muchísimo a María Magdalena, al punto que la comparaba con la sabiduría misma. Según el apócrifo de Felipe ella era llamada por el sobrenombre de Sophia (Sabiduría en griego). Igualmente, en el apócrifo Pistis Sophía, Pedro se queja en nombre de los discípulos varones de que Magdalena está dominando la conversación y no los deja hablar a ellos. Entonces ella responde diciendo que Pedro:

“me amenaza y odia a nuestro sexo”,

a lo que Jesús defendiéndola de los ataques afirma que el espíritu inspira para hablar tanto a hombres como a mujeres. Otro apócrifo, el Evangelio de Tomás también nos informa de los roces entre Magdalena y Pedro:

“Simón Pedro dijo: que se aleje María (Magdalena) de nosotros, pues las mujeres no son dignas de la vida. Entonces dijo Jesús: Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que ella también se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los hombres, pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo”.

En este evangelio se asegura que el reino de los cielos vendrá cuando no haya diferencias entre los hombres y las mujeres. Eso será cuando la mujer construya su propio animus (parte yang).

Hombre de mundo




Jesús era una persona avanzada para su tiempo. Es obvio. Habiendo conocido tantas creencias, se nos figura un sujeto open mind y respetuoso de todos los credos. Pero sus seguidores no eran tan abiertos. Sin duda ellos pensaban que su matrimonio con la cananita rompía esquemas. El matrimonio con cananeas estaba prohibido por la ley mosaica en Deuteronomio 7:1 al 4. Y para colmo, parece ser que la Magdalena no era una simple cananea sino que era una importante sacerdotisa del culto a Ashera. Eso aseguran numerosos estudiosos. Es bastante posible que Jesús se habría fijado en una mujer altamente espiritual, aunque no fuera hebrea. ¡Horror! Él era un hombre sin prejuicios religiosos, por eso no tenía nada en contra de los cananeos:

“¡Ay de ti, Corazin! Ay de ti, Betsaida (ambas ciudades de Galilea), porque si en Tiro y en Sidón (principales ciudades cananeo-fenicias) se hubieran efectuado las obras poderosas que se efectuaron en ustedes, hace mucho que se habrían arrepentido en saco y ceniza. Por consiguiente les digo: Les será más soportable a Tiro y a Sidón en el Día del Juicio que a ustedes” (Mateo 11:21 y 22).

Sin duda, el matrimonio de Jesús con la Magdalena sienta el primer precedente importante para la conciliación del Dios mosaico con los pueblos gentiles. Sin embargo, los fariseos al verlo sanar endemoniados, ciegos y mudos (Mateo 12:22) que acudían a las reuniones, lo acusaron de tener pacto con Beelzebub, que era un dios típicamente cananeo.

Quizá los fariseos hicieron esta acusación precisamente por su matrimonio con la cananea Magdalena, intentando demostrar que Jesús se había dejado seducir por la religión de ella, convirtiéndose en un gran mago fenicio.

Vade Retro Magdalena


¿Por qué se dice que la Magdalena fue curada de siete demonios? ¿Acaso había estado endemoniada de verdad? Claro que no. Lucas está usando un símbolo en donde los siete demonios son las siete naciones cananitas, que aborrecía Jehová. El hecho que Jesús la haya sanado de esto, está queriendo decir que la había apartado de la religión pagana cananea en la que ella había sido criada. Quizá por medio de un ritual elaborado en siete etapas.

En realidad, una mujer extranjera podía casarse con un hebreo después de un período de purificación (Deuteronomio 21:10-14). Pero esta norma sólo se toleraba en tiempos de guerra para los soldados. No obstante, Jesús debió ampararse en esta salvedad para aliviar los escrúpulos lastimados de sus seguidores.

Mujer viajera y sola: malo, muy malo

María Magdalena acompañaba a Jesús a todos lados. Se observa que ella se movilizaba como si nada entre las provincias de Palestina. Sería imposible que una mujer soltera viajase sin el esposo y encima acompañada de un montón de hombres. El enigma se resolvería si aceptamos que Magdalena y Jesús estaban casados. Algunos arguyen que podría haber estado casada con algún discípulo de Jesús. Así se explicaría porqué acompañaba al séquito del Nazareno. Pero si fuera así, ¿Por qué se daba tantas atribuciones cariñosas con Jesús? En los evangelios se nos dice que poseía un lugar predilecto entre sus adeptos. Como si fuera la Primera Dama. Eso lo vemos en Lucas 8:2:

“...Y con él iban los doce, y ciertas mujeres que habían sido curadas de espíritus inicuos y de enfermedades, María la llamada Magdalena, de quien habían salido siete demonios y Juana la esposa de Cuza, el intendente de Herodes y Susana y muchas otras mujeres que le ministraban de sus bienes.”

De las otras dos mujeres (Juana y Susana), lo único que sabemos de ellas son las pocas palabras de Lucas.

¿Era Magdalena una puta?





En Palestina del siglo I, no había prostitutas judías
, porque, entre los hebreos, la fornicación era
Magdalena ha sido calumniada en la Biblia

castigada con la lapidación (matar a pedradas). Todas las prostitutas que había eran extranjeras. Por tal razón podríamos deducir que si la mujer que derrama el aceite sobre los pies de Jesús era una pecadora (Magdalena), entonces era una mujer extranjera y no hebrea. Eso fue quizá, el principal motivo de que ese matrimonio resultara un bochornoso para los descendientes de Moisés.

Inmigrantes con dinero


Hablemos del aceite que untó la Magdalena en los pies de Jesús
. Dos veces ella colocó estos aceites costosísimos sobre su amado. Imagínense que uno de esos frascos valía tanto como el salario de un obrero por un año entero. Si esos aceites eran tan caros, ¿Cómo los adquirió María Magdalena? Existen dos alternativas: o ella era muy rica o se dedicaba a la fabricación de tales ungüentos. En el caso de Magdalena parecen haber sido ambas cosas. Los grandes fabricantes de estos perfumes eran cananeos, sidonios y tirios, es decir, fenicios, vecinos al norte de Palestina. Por sus negocios eran gente rica y no tenían miedo de las autoridades eclesiásticas hebreas.

En tiempos de Jesús habían fenicios viviendo en tierras palestinas. Parece ser que la familia de Lázaro eran hijos de cananeos nacidos en Galilea (Magdala). Algo así como criollos. De tal modo, si los ancestros de Magdalena eran cananeos, entonces quizá por eso la llamaban pecadora. En la religión de los cananeos, todas las mujeres iniciaban su sexualidad en el templo de Ashera, ofreciéndole su virginidad a un forastero. Recordemos que el historiador griego Herodoto en su libro Historia tomo I, 199, calificaba a la prostitución sagrada de los babilonios y cananeos como “costumbre infame”. De tal forma que podría haber bastado el hecho de que María profesara esta religión para que fuera tachada por los hebreos de puta.

Los cananeos y judíos: amor-odio


En el libro de Esdras se cuenta que los judíos tenían un serio problema: los matrimonios mixtos entre hebreos y mujeres extranjeras, muchas de origen cananeo. Eso generaba que los esposos israelitas se dejaran influir por sus esposas cananeas practicando el culto a Ashera. Esto lo sabemos por la gran cantidad de alusiones que se hacen en el Antiguo Testamento a los Postes Sagrados, señal inequívoca de la adoración a Ashera. Recordemos que la reina Jezabel, esposa sidonia del rey Acab tenía consigo 450 profetas de Baal y 400 del Poste Sagrado, es decir, de Ashera (1 Reyes 18:19). El rey Manases hasta colocó en el mismísimo Templo de Salomón un Poste de Ashera (2 Reyes 21:7), adoración que su hijo Amón reanudó, junto con la prostitución ceremonial (2 Crónicas 33:11 al 13, 15, 21 al 23).

Tan importante fue la religión de la diosa Ashera en Canaan, que los hebreos jamás llegaron a erradicarla sino que poco a poco se fue mezclando con la religión judaica. Actuales investigaciones en Tierra Santa han descubierto varias esculturas y pinturas donde Jehová ha tomado el lugar del dios cananeo El y desposa a Ashera como su consorte. Hay varios lugares en el Antiguo Testamento donde el Dios hebreo esta designado con el nombre cananeo El. Las costumbres cananeas estaban pues muy enraizadas en el pueblo judío. Moisés trató de combatirlas haciendo una purga. Pero fue en vano. Como Ashera no podía ser borrada de la mente del pueblo judío, entonces fue transformada en Shekinah, esposa de Jehová. Luego los cristianos convirtieron a Shekinah en la Virgen María.

domingo, 4 de abril de 2010

Resurección


Guardianes en la tumba

El apócrifo Evangelio de Pedro afirma que muchos judíos se arrepienten después de la muerte de Jesús. Eso no le hace ninguna gracia al Sanedrín. De allí que manda inmediatamente a la guardia pretoriana a buscar a los apóstoles como si fueran delincuentes, acusándolos de intentar incendiar el templo. Por eso, ellos permanecen escondidos, ayunando todo ese funesto sábado. Pero Anás no se queda tranquilo sino que sigue maquinando contra los cristianos, pues estaba preocupado por el multitudinario descontento que la ejecución había producido.

Esa es la razón de que pidiera a Pilatos unos guardias para cuidar la sepultura durante tres días. Es que el saduceo recordaba la profecía que hizo Jesús, de que resucitaría en tres días. Quería evitar que sus seguidores robaran el cuerpo para luego pregonar que su maestro había resucitado. El apócrifo nos cuenta que colocan en la puerta del sepulcro un sujeto llamado Petronio, acompañado de un centurión con sus soldados. Una versión reducida de esto mismo aparece sólo en el Evangelio de Mateo.

Post-muerte

El Evangelio de Pedro cuenta que en la tumba de Jesús los guardias romanos habían colocado siete sellos y al lado plantaron una tienda para pasar allí la noche. Este apócrifo insiste que, al amanecer siguiente del mismo sábado judío,

“vino una gran multitud de Jerusalén y de sus cercanías para ver el sepulcro sellado”.

Pero esto es poco probable porque la mayoría de judíos se quedaba en casa durante todo el sábado hasta las primeras horas de la tarde, vísperas del domingo. Cuando el sol se ponía en el horizonte para dar inicio al domingo, dice el apócrifo que se escucha un raro estruendo proveniente del cielo.

Entonces los guardias ven que se acercaban al sepulcro dos sujetos rodeados de un misterioso resplandor. En esta versión, la piedra que sellaba la tumba rueda sola, dejando la entrada de la cripta totalmente abierta. Aparecen unos jóvenes “centelleantes”. Los guardias, aterrados se lo comunican al centurión y a los miembros del Sanedrín. A continuación el apócrifo dice textualmente:

Y estando ellos explicando lo que acababan de ver, advierten de nuevo tres hombres saliendo del sepulcro, dos de los cuales servían de apoyo a un tercero...”

Este tercero, evidentemente, era Jesús, quien aún no estaba del todo recuperado del tremendo trance por el que había pasado. Pero, entonces la pregunta es, ¿murió en verdad debido a la lanza del centurión o es que simplemente quedó malherido? ¿Resucitó en realidad o sólo fueron sanadas sus llagas por expertos médicos naturistas? Gran pregunta. Esto es algo que trataremos de dilucidar más adelante cuando hablemos detalladamente de la Síndone de Turín.

Siguiendo con el apócrifo Evangelio de Pedro, se afirma que mientras los guardias discuten si irían a decirle a Pilatos o no, nuevamente aparece otro extraño sujeto que también entra al sepulcro. Esto ya fue demasiado para los romanos y salen corriendo despavoridos a contárselo a Pilatos. Cuando éste lo sabe, se desentiende y dice que él no tiene la culpa de nada. Sólo pide a los guardias que guarden el secreto.

La versión de Mateo

El Evangelio de Mateo nos dice que

“pasado el sábado, al salir la primera estrella del primer día de la semana” (Mateo 28:1)

Magdalena y la Virgen vuelven a visitar el sepulcro. Al parecer esta “primera estrella” es Venus, que sale al amanecer y al atardecer. Aquí se estaría refiriendo al atardecer, que es cuando comienza el día para los judíos, como ya dijimos antes. Según este Evangelio, en este momento se produce de nuevo un temblor. Frente a ellas estaba un mensajero, quien retira la piedra que cubría la tumba para luego sentarse sobre ella. Tiene un aspecto fantasmagórico que espanta a los guardias y los hace huir. Las mujeres, en cambio, no huyen. Al contrario, el mensajero se acerca donde ellas y les comenta que Jesús había resucitado y que iba camino de Galilea donde podrían encontrarlo. Felices con la noticia, ambas Marías corren a contarlo a los demás discípulos.

La versión de Juan

Es una escena muy romántica. En el Evangelio de Juan, sólo María Magdalena tiene el valor de acercarse a la tumba. Y lo hace sola. Lo que no tiene mucho sentido ya que es difícil pensar que la madre no haya ido. Magdalena llega al sitio y ve la roca movida. Entonces, se nos cuenta una escena conmovedora. La Magdalena está llorando sobre la tumba vacía de su amado, pensando que el Sanedrín había robado su cuerpo. Es aquí que se entabla un breve diálogo entre un Mensajero y Magdalena:

“Mujer, ¿por qué lloras?”

• “Porque se han llevado a mi Señor y no sé donde lo han puesto”.


Juan nos dice que en ese instante ella voltea y ve a alguien de pie, que está todo cubierto como lo hacen algunas personas en el desierto. Entonces este sujeto misterioso le dice:

“Mujer, ¿por qué lloras?”

Y ella, creyendo que era el cuidador del huerto, le contesta:

“Señor, si tú lo has sacado, dime donde lo pusiste y yo me lo llevaré” (Juan 20: 15).

Acto seguido, el individuo misterioso susurra el nombre de ella, como sólo lo hacía íntimamente Jesús. Al oír esto, María lo reconoce ipso facto, grita emocionada ¡Raboni! (maestro con cariño) y se lanza para abrazarlo, pero él rechaza su contacto. El argumento colocado en el Evangelio de Juan es una frase ambigua:

“Aún no he vuelto a mi Padre”

Pero al parecer el verdadero motivo habrían sido las terribles y múltiples heridas que todavía tenía en su cuerpo. A las finales, Jesús le da un recado para los apóstoles, diciéndole que pronto habría de reunirse con el Padre. Ella va corriendo a decírselo a los demás.

En el apócrifo de Pedro, la visita de la Magdalena también es durante la mañana del domingo, pero no va sola sino con sus amigas para cumplir con el ritual de llorar al muerto querido. Cosa que antes no se había podido hacer por la premura del sábado pascual. Al llegar, encuentran junto a la tumba abierta, un hermoso joven que vestía un traje blanquísimo, quien les cuenta que Jesús había resucitado y que ya no se encontraba en ese lugar. Espantadas, las mujeres huyen del sitio. Este apócrifo está inconcluso y termina abruptamente cuando los apóstoles aún no se habían enterado de la resurrección de su maestro y cuando todavía lloraban su muerte mientras volvían a sus labores cotidianas.

sábado, 3 de abril de 2010

Más dolor con clavos




Enseguida el título de INRI es colocado sobre la cruz de Jesús. Los miembros del Sanedrín se enfadan por la leyenda. La consideran ofensiva. Pero Pilatos se rehúsa a quitarla porque piensa que ese era justamente el cargo por el que el Nazareno fue enviado al patíbulo. Al parecer se acostumbraba colocar leyendas sobre las cruces con las acusaciones principales de los reos. Esta fue la que figura sobre Jesús.

Cabe señalar que en ninguno de los cuatro Evangelios se alude a los clavos que son usados durante la crucifixión. Es más adelante, durante la reaparición de Jesús ante sus apóstoles cuando sólo el Evangelio de Juan lo menciona, en la anécdota de Tomás (Juan 20: 24-29). También Pablo hará esta mención en su carta a los Colosenses 2:13. Por mucho tiempo se pensó que podía haber un error, que en verdad no hubo clavos, pues en las crucifixiones que al principio encontraron los arqueólogos no había clavos. No obstante, posteriormente se han hallado, pero en muy raros casos. Se cree que los clavos sólo se aplicaban a prisioneros que habían cometido faltas gravísimas contra el Imperio. ¿Era éste el caso de Jesús?

No parece serlo. Al menos, no coincide con la imagen pacífica que de él nos han dejado los Evangelios y los apócrifos. Así, o los escritos que sobre él existen mienten o, de lo contrario, el Sanedrín movió todas sus influencias para que Jesús fuera castigado con el mayor ensañamiento posible. ¿Por qué? Si la historia de la venganza personal de Anás es cierta, sólo esto podría justificar perfectamente dicho ensañamiento sin contradecir el carácter apolítico del Nazareno.

Ropa fashion



Según Marcos la crucifixión se lleva a cabo a las nueve de la mañana (hora tercera). A esa hora despojaron a los condenados de sus ropas, les pusieron un simple trapo y los subieron a sus cruces. Entonces Mateo y Marcos nos cuentan que las ropas de Jesús son repartidas entre los guardias echando suertes (se las jugaron al azar). Sin embargo, Juan 19:23 añade un detalle interesante: la ropa fue repartida en cuatro partes iguales, pero que decidieron echar suertes sobre la túnica porque era sin costura, de una sola pieza, es decir que era muy fina.

¿Qué hacía un humilde carpintero con una vestidura tan cara? Si lo que hemos propuesto en los capítulos anteriores es correcto, entonces obtenemos fácilmente la respuesta. Jesús tenía una buena posición económica. Supuestamente el detalle de las ropas sorteadas habría ocurrido para que se cumpliese una vieja profecía sobre el Mesías:

“Se repartieron mi ropa y sortearon mi túnica (Salmos 22: 18)”.

Cargando un palo, no una cruz


Todo indica que Jesús cargó un enorme palo, no una cruz...

Ahora hablemos de la crucifixión en sí misma. Este también es un tema de gran controversia. La ley judaica y los escritores rabínicos afirman contundentemente que ellos utilizaban como penas capitales a la hoguera, la decapitación, el ahogo y la lapidación. Pero el suplicio de la cruz no era una costumbre de Israel. La cruz era un castigo romano para delincuentes. Una muerte vergonzosa.

Asimismo se discute mucho sobre el tipo de cruz usada para el castigo de Jesús. Como hemos visto en el artículo leído, había varios tipos de crucifixión. Los especialistas discuten si las cruces usadas para Jesús y los ladrones eran de una sola pieza armada previamente, de dos (una sobre la otra) o si se trataba de un simple madero como pretenden algunas sectas. Al parecer la versión que en la actualidad tiene más chance de ser correcta es la de dos piezas montadas.

De ser esto correcto, la pieza transversal era la que los reos llevaron a cuestas hasta el lugar donde se encontraba fijo el madero horizontal. Si esto es exacto, Simón de Cirene y los ladrones no habrían transportado sus cruces completas sino sólo la parte vertical. Ello explicaría porqué en los evangelios el término utilizado para lo que debían cargar es la palabra griega stauros que significa simplemente patíbulo, madero parado, palo o estaca.

Esta es la sentencia



El apócrifo llamado Sentencia de Pilatos, encontrado en 1580 en la ciudad de Aquila, en Italia en la que leemos textualmente lo siguiente:

*************************************************************************”Copia hallada en la Ciudad de Aquila, del Reino de Nápoles, de la sentencia dada por Poncio Pilatos, Presidente de la Judea en el año 18 de Tiberio Cesar, Emperador de Roma, contra Jesu-Cristo, Hijo de Dios y de María Virgen, sentenciándolo a muerte de Cruz en medio de dos Ladrones el día 25 de marzo, hallada milagrosamente dentro de una hermosísima piedra, en la cual estaban dos cajitas, una de hierro y dentro de ella otra de finísimo marfil, donde estaba inclusa la infrascripta sentencia en letra hebraica en carta pecora del modo siguiente:

El año XVIII, de Tiberio César, emperador Romano y de todo el Mundo, Monarca invencible, en la Olimpíada CXXI, en la Cliade XXIV y en la Creación del Mundo, según el número y cómputo de los hebreos cuatro veces MCLXXXVII, y de la propagine del Romano Imperio LXXIII, de la liberación de la servidumbre de Babilonia MCCXI, siendo cónsules del Pueblo Romano Lucio Pisano y Mauricio Pisarico, procónsules Lucio Balesna, público gobernante de la Judea, y Quinto Flavio, sobre el regimiento y gobierno de Jerusalén, presidente gratísimo Poncio Pilatos, regente de la baja Galilea y Herodes Antipas, pontífices del Sumo Sacerdocio Anás y Caifás, Alit Almael, el magister del Templo, Roboan Ancabel, Franchino centurión y cónsules romanos y de la ciudad de Jerusalén Quinto Cornelio Sublima y Sexto Ponfilio Rufo, en el mes de marzo y en el día XXV de él.

Yo Poncio Pilatos, aquí presidente romano dentro del Palacio de la Archipresidencia juzgo, condeno y sentencio a muerte a Jesús llamado de la plebe Cristo Nazareno y de patria galileo, hombre sedicioso de la ley mosaica, contrario al grande emperador Tiberio César y determino y pronuncio por ésta, que su muerte sea en Cruz y fijado con clavos a usanza de reos, porque aquí congregando y juntando muchos hombres ricos y pobres, no ha cesado de mover tumultos por toda Judea, haciéndose hijo de Dios, y Rey de Jerusalén, con amenazarles la ruina de esta ciudad y de su Sacro Templo, negando el tributo al César y habiendo aún tenido el atrevimiento de entrar con ramos y triunfo y con parte de la plebe dentro de la ciudad de Jerusalén y en el Sacro Templo. Y mando a mi primer centurión Quinto Cornelio lleve públicamente por la ciudad a Jesús Cristo ligado y azotado y que sea vestido de púrpura y coronado de algunas espinas, con la propia cruz en los hombros para que sea ejemplo a todos los malhechores: y con él quiero sean llevados dos ladrones homicidas y saldrán por la puerta sagrada, ahora Antoniana y que lleve a Jesús al público monte de justicia llamado Calvario, donde crucificado y muerto, quede el cuerpo en la cruz, como espectáculo de todos los malvados y que sobre la cruz sea puesto el título en tres lenguas y en todas tres (hebrea, griega y latina) diga Jesús Nazareno Rey Judío.

Mandamos asimismo que, ninguno de cualquier estado, o calidad se atreva temerariamente a impedir la tal justicia por mi mandada, administrada y ejecutada con todo rigor según los decretos y leyes romanas y hebreas so pena de rebelión al Imperio Romano. Son testigos de nuestra sentencia: por las tribus de Israel Rabain Daniel, Rabain segundo, Joannin Bonicar, Barbasu, Sabi Potuculam. Por los fariseos Bulio, Simeón, Ronol, Rabani, Mondagul, Boncurfosu. Por el Sumo Sacerdocio Rabban, Nidos, Boncasado. Notarios de esta publicación: por los hebreos Nitanbarta, por el juzgado y presidente de Roma Lucio Sextilio, Amasio Chlio.”

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jueves, 1 de abril de 2010

Judas, un espía a sueldo




El apócrifo Declaración de José de Arimatea nos informa que Judas Iscariote era nada menos que sobrino de Caifás y que se había infiltrado deliberadamente entre los apóstoles de Jesús para vigilar cada uno de los pasos del Nazareno. Por ello, Judas recibía un salario de una didracma de oro cada día por hacer este trabajo. El didracma era una moneda que tenía el valor de dos dracmas, pero era de plata y no de oro. Sin embargo, dado que era equivalente al denario de oro romano, lo probable es que el apócrifo se estuviera refiriendo a esta moneda en verdad. El salario normal era de un denario diario. Judas recibía el doble de un sueldo normal. Una cantidad nada despreciable.

Falsos cargos contra Jesús

Otra cosa que nos cuenta el apócrifo Declaración de José de Arimatea es que tres días antes de la detención de Jesús, Judas se había reunido con Anas y sus compinches para tratar dos temas que urgían: El del Nazareno y el del robo de las Santas Escrituras. Caifás tenía temor de la reacción del pueblo cuando se enterase que los Libros de la Ley habían sido robados. ¿Qué le sucedería a su hija, guardiana de dichos documentos santos? De hecho sería condenada a muerte. Entonces Judas propone en la reunión una idea maquiavélica.

Para matar dos pájaros de un tiro, había que acusar a Jesús del robo de las Escrituras Sagradas. Judas fungiría de testigo. Nicodemo (otro fariseo cristiano) al escuchar lo que planeaban trata de disuadirlos. Pero la hija de Caifás, quien se encontraba presente, mete cizaña y recuerda algunas palabras de Jesús que habían sido tildadas de blasfemia. Se nos dice aquí que ella era considerada secretamente por los saduceos y fariseos como profetisa. De tal modo que, según este apócrifo, el cargo principal para la detención de Jesús fue el robo de las Santas Escrituras que se guardaban en el Templo. Eso era un delito sumamente grave.