jueves, 31 de diciembre de 2009

Cristo-Helios rodeado de los signos zodiacales




Cristo rodeado de signos del zodiaco en una de las fachadas de la catedral de Chartres.

Cristo representado en el centro de la rueda del zodiaco como el sol. Manuscrito del siglo XI. Biblioteca Nacional de París.

¿Cómo se produjo esta copia de elementos paganos por parte del arte cristiano? En los primeros siglos del cristianismo, la nueva religión rivalizaba con doctrinas paganas de gran importancia y difusión. Así que la naciente Iglesia vio con buenos ojos la idea de apropiarse algunas de las características de las divinidades de estos cultos paganos.

Como afirmaba Emile Mâle, «la Iglesia no tuvo escrúpulos en tomar prestadas formas paganas y santificarlas haciendo de ellas una lectura cristiana ».

En el caso de los zodiacos, los cristianos de la época primitiva adoptaron esta iconografía de Mitra o Fanes sin cambios notables. Y así terminó pasando a templos posteriores, siendo frecuente su representación en iglesias y catedrales de época medieval, tanto en esculturas como en vidrieras.

Algunos de los ejemplos más bellos y llamativos los encontramos en la espectacular catedral gótica de Chartres. En la fachada oeste, en la puerta de la izquierda, aparece representado Cristo en su segunda venida (Parusía). Alrededor de su figura están esculpidos los signos del zodiaco. Se ha interpretado este grupo escultórico como una representació n del tiempo, que toma un significado especial al estar junto a Cristo en su segunda venida y, por tanto, iniciando el Fin de los Tiempos.

martes, 29 de diciembre de 2009

Grupos cristianos herejes




“No puedo probar que... Jesús estuvo casado o que María Magdalena fue la madre de su hijo... Pero sí puedo probar que ...era una herejía ampliamente creída en la Edad Media... y que fue violentamente combatida por la jerarquía de la Iglesia establecida en Roma y que, pese a esa persecución incesante, la herejía de marras ha sobrevivido”.
-Margaret Starbird-

La unidad de la Iglesia no significa conformidad. Hay unidad en la diversidad. La unidad impuesta no es unidad. ... El Espíritu Santo obra a través de todas las culturas y de todas las tradiciones espirituales y sopla “donde quiere”, no es dominio exclusivo de una tradición y nunca lo ha sido.
-Teólogo Matthew Fox-


A continuación demos un vistazo a algunos de los movimientos que en su tiempo fueron considerados heréticos por poner en entredicho los dogmas de fe de la Iglesia Católica, lo que los hizo ser duramente perseguidos.

Adamitas: Según el Génesis, antes de la caída nuestros primeros padres iban desnudos y no se avergonzaban (2:25). En la historia varios grupos llamados adamitas quisieron regresar mediante la desnudez al estado de inocencia originaria. Fueron condenados por herejes. Epifanio y San Agustín los mencionan. De aquí surgió el nudismo actual.
Adopcionistas: Su creador fue el obispo Pablo de Samosata (siglo III). Su tesis esencial es que Jesús no es Dios como sostiene la doctrina ortodoxa, sino que fue un ser humano adoptado (o elegido) por Dios en algún momento de su vida (bautizo). El apócrifo Pastor de Hermas, texto del siglo II muy popular entre los cristianos de la época contiene proposiciones de tinte adopcionista. Esta secta también recibía el nombre de samosatenos, preculsores del arrianismo.
Albigenses: Cátaros. En el siglo XIII, crearon una sociedad llamada Occitania (sur de Francia) donde hablaban su propio lenguaje: el langue doc. Centro de filósofos, trovadores, pacifistas y artistas. Estaban en contra del comercio de reliquias religiosas, muy lucrativo en esa época. Como no aceptaban la autoridad de la Iglesia ortodoxa, se les envió una cruzada y se les lanzó la Santa Inquisición.
Apolinarianistas: Lo creó Apolinar de Laodicea en el siglo IV d.C. Trató de resolver la relación entre los aspectos humano y divino de Jesucristo. Decían que el intelecto de Jesús era divino, llamado Verbo o Logos, cuya existencia es eterna. Mientras que su cuerpo era humano.
Arrianos: Arrio fue su exponente más connotado. El Concilio de Nicea I (siglo IV) se creó para combatirlos. Proponían que el Hijo que se manifestó como Cristo, era un humano extraordinario, pero no era el Creador del Universo.no era Dios, Arrio negó la unidad y la consubstancialidad de las Tres Personas de la Santísima Trinidad.
Basilianos: Seguidores vegetarianos de Basílides (enseñó en Alejandría hacia el 133 d.C.), quienes, según Hipólito, querían amparar su doctrina en el hoy perdido “Evangelio de Basilides” y en un texto egipcio, que más adelante fue catalogado como apócrifo, llamado “Tradiciones de Matías”, escrito supuestamente por el apóstol que reemplazó a Judas Iscariote. Escribe textualmente Hipólito sobre este heresiarca: “Basilides, pues, e Isidoro, su hijo legítimo y discípulo, dicen que Matías les dirigió unos discursos secretos que el escuchó de labios del Salvador, de quien fue adoctrinado privadamente.”
Begardos: Contrapartida masculina de las beguinas. Ambos se desarrollaron en la Europa del siglo XIII y XIV. De espíritu nómada. Algunos eran artesanos, otros mendigos y otros cuidaban enfermos. Fueron sospechosos de albergar ideas heterodoxas, por su vinculación a los hermanos del Espíritu Libre.
Beguinas: Hermandad religiosa de mujeres que hacía votos de castidad, pero no vivían retiradas del mundo. Realizaban labores parecidas a las de los begardos. Se relacionaron con los cátaros.
Bogomilos: De entre las herejías medievales, ésta fue una de las más influyentes. Tenían un dualismo radical. Se asemejó al maniqueísmo. Influyeron en los cátaros. Se desarrolló en los países balcanes, a partir del siglo X. Afirmaban que Cristo fue enviado de Dios para enseñar a la humanidad cómo salvarse de las garras del maligno señor de este mundo, cuyos aliados eran la Iglesia ortodoxa y sus autoridades.
Cainitas: Secta gnóstica del siglo II que los autores cristianos mencionaban con horror. Eran conocidos por su gran liberalidad. Aseguraban que todo estaba al revés en la Biblia. Los malos eran buenos y viceversa. Se consideraban herederos del conocimiento hermético de Caín, quien era su paradigma. Su libro sagrado era el Evangelio de Judas Iscariote, donde se afirmaba que este apóstol era pariente de Jesús, cosa no tan descabellada teniendo en cuenta que varios de los apóstoles eran parte de su familia. También se decía que la traición de Judás fue su misión encomendada, dado su alto nivel de conocimiento. Ciertos vestigios de esta gnosis se conserva aún en las logias masónicas modernas.
Carpocracianos: Secta gnóstica del siglo II que aspiraba a trascender los sentidos mediante la saciedad de los mismos. Afirmaban que era imperativo poner fin a la tiranía de las inhibiciones que nos imponía el mundo, para así huir de la rueda interminable de reencarnaciones. Practicaban un estilo de vida comunitaria y la desnudez sacramental en la iglesia llegando a veces hasta el coito, tipo tantra.
Cerintios: Docetistas fieles a la observancia de la ley judía.
Cátaros: Significa “los puros” en griego. Se llamaban a sí mismos “buenos cristianos”. Fue el movimiento más poderoso de la Edad Media. Dualistas moderados. Creían que los cuerpos de los animales y humanos eran cárceles de seres divinos. Los más avanzados, los “perfecti”, podían ser hombres o mujeres. Grandes divulgadores de leyendas apócrifas al igual que los bogomilos. Tenían especial estima al Libro de Juan. El pueblo los respetaba.
Coliridianos: Grupo de cristianos de los primeros siglos, integrado en su mayor parte por mujeres sacerdotisas. Surgió en Tracia, al oeste del mar Negro y se extendió hasta los límites con Arabia. Adoraban a María como una diosa y le ofrecían un pan especialmente amasado para ella.
Docetistas: Significa “aparentar” en griego. Propugnaban que el cuerpo de Cristo sólo fingía ser humano. Aseguraban que la carne de Jesús estaba hecha de alguna sustancia celestial. Como la materia es vil, es indigno que sirva como vehículo divino, decían. Algunas sectas gnósticas simpatizaban con esta corriente. Sus principales líderes fueron Basílides y Manes.
Ebionitas: Pocos decenios después de la muerte de Jesús, el Partido de Pablo se convirtió en la ortodoxia del cristianismo y entonces quedó como herético el grupo de cristianos judíos que se llamaron ebionitas (los pobres, pues rechazaban las posesiones materiales). Para ellos, Jesús no era Dios. Eran vegetarianos. Leían los apócrifos Evangelio de los Hebreos (una versión más completa de Mateo según san Jerónimo) y el Evangelio de los Doce. Seguían las enseñanzas de Santiago (el hermanastro de Jesús) en su libro apócrifo “Ascensión de Santiago”, en el cual se hablaba mal de Pablo y se decía que era griego. Algunos piensan que los ebionitas eran los “nicolaítas”, mencionados en el Apocalipsis.
Elkesaítas Grupo judeocristiano que existió alrededor del año 100 al este del río Jordán. Como los ebionitas, eran partidarios de que los cristianos observasen todos los preceptos de la ley de Moisés, en contra de la postura de Pablo, cuyos escritos recharon. Ellos tenían su propia escritura, el Libro de Elkesai.
Encratitas: Ascetas que practicaban la abstinencia de comida, bebida y sexo como indicativo de excelencia espiritual. Contrarios al matrimonio.
Eudoxianos: Eran seguidores de Eudoxio, obispo de Constantinopla que había practicado una forma particular de arrianismo.
Eunomianos: También llamados anomeos, eran seguidores de Eunomio, un obispo hereje que afirmaba que Cristo era absolutamente distinto al Padre, e hizo frente común con los arrianos. Su principal enemigo fue san Basilio, arzobispo de Cesárea.
Eutiquianos: Fundada por Eutiques (siglo V), educado en un monasterio de Constantinopla. Su doctrina consistió en la negación absoluta de una naturaleza humana en Jesús, al contrario de la Iglesia oficial que admitía una doble naturaleza (humana y divina) coexistiendo simultáneamente y también al contrario de los arrianos y seguidores, que aún defendían la sola naturaleza humana en Cristo. Para Eutiques, declarado monofisita, Jesús era inicialmente humano, pero luego se había transformado únicamente en una divinidad. Sus ideas fueron tan arduamente defendidas que resultó imposible para la Iglesia erradicar a sus seguidores hasta el día de hoy.
Espíritus Libres: Afirmaban que quienes habían alcanzado la perfección espiritual y renunciado a las posesiones materiales quedaban por encima de todas las leyes y podrían hacer lo que quisieran sin pecar pues estaban más allá del bien y el mal. Se dice que los pintores el Bosco y los dos Breughel pertenecían a este grupo. Algo así, como la máxima paulista “Todo es puro para los puros”.
Flagelantes: Durante la peste negra que sufrió Europa en el siglo XIV, proliferaron por las calles procesiones de flagelantes que oficiaban públicamente la ceremonia de fustigación. Hombres, mujeres y niños desnudaban sus espaldas y se ofrecían a los golpes de cadenas y palos (a veces con púas) para quedar cubiertos de sangre como una especie de bautismo para apaciguar la cólera de Dios. Inicialmente, la jerarquía eclesiástica no aprobó esta conducta, pero luego fue aceptada la “disciplina de los azotes” para expulsar demonios e inducir el progreso espiritual. Rasputín perteneció a un grupo de flagelantes llamado los Khlysty.
Fotinianos: Era una vertiente sabeliana defendida por un tal obispo Fotino en el siglo IV. Semi-arrianistas.
Fraticelli: Fueron los franciscanos rebeldes que no se plegaron al poder del papa. Monjes cristianos italianos de la Edad Media que hacían votos rigurosos de pobreza y afirmaban que la Iglesia católica estaba corrupta. La Inquisición los persiguió duramente.
Gnósticos: Había innumerables vertientes. Pero, en general se basaban en las ideas griegas (sobre todo neoplatónicas) y judías entrelazadas con la tradición egipcia y cristiana. Pensaban que Dios había creado el universo, pero que un ser malévolo había inventado este mundo. Negaban el Antiguo Testamento. Místicos y simbólicos. Tenían una forma particular de entender el cristianismo. No creían en los sacramentos católicos. Más importante que la fe era la gnosis (Sophia) que disipaba la ignorancia de la existencia. En ese sentido se parecían a los budistas. Los gnósticos sostenían que no se requería de intermediarios para experimentar a Dios. El descubrimiento de uno mismo era divino, decían, ya que un ser superior se encontraba escondido en la guarida de nuestra psique y había que descubrirlo. Lo ideal no era ser un buen cristiano, sino llegar a ser un Cristo. El cristianismo, si bien tildó a este movimiento de herejía, bebió en enorme medida de su fuente. Los gnósticos proliferaron durante el siglo II d.C. sin embargo, fueron duramente perseguidos hasta desaparecer en el siglo V. Tenemos famosos gnósticos como: Basílides, Valentín y Marción. El interés obsesivo por la naturaleza del yo que padeció el siglo XX volvió a originar una gran curiosidad hacia la gnosis. Por eso, el psicólogo Carl Gustav Jung simpatizó grandemente con esta corriente de pensamiento. El poeta gnóstico William Blake del siglo XIX se adelantó a su época.
Homoianos: Tendencia fundada por Acacio, obispo de Cesárea (siglo IV). Tratando de conciliar la disputa entre católicos y arrianos decían que la naturaleza de Dios Padre e Hijo no eran accesibles al entendimiento humano.
Isochristis: Seguidores de las ideas de Orígenes en el siglo VI. Creían en la restauración final, es decir, que en último término todas las almas se salvarían y llegarían a ser como la de Cristo.
Macedonios: Nace con Macedonio, obispo de Constantinopla. Negaba la divinidad del Espíritu Santo, sosteniendo que era una simple criatura semejante a los ángeles, aunque de naturaleza superior.
• Maniqueístas: Creado por Manes en el siglo III. Llegó a ser una secta muy poderosa. Dualistas radicales. Se oponían al concepto de Sagrada Trinidad. Sus ideas fueron una fusión de gnosis (especialmente de Marción) y Zoroastro. Su libro preferido era el Evangelio de Tomás.
Marcionistas: Aparece con el gnóstico Marción (siglo II). Sostenían que habían dos dioses antagónicos: uno del Antiguo Testamento y otro del Nuevo. Leían el apócrifo Evangelio de Pedro, que muy rápidamente fue considerado herético porque aclaraba que “los hermanos de Jesús eran hijos de José, habidos de una primera mujer que convivió con éste antes de María”. También tenían el Evangelio de Marción, donde se expurgaba al máximo todo elemento judío, quedando prácticamente reducido a un Evangelio de Lucas mutilado más las diez primeras epístolas de Pablo. Su docetismo exagerado hacía ver a Jesús como si hubiera caído directamente del cielo a la sinagoga de Cafarnaúm.
Marcosianos: Grupo que adoraba a María como si fuera una diosa. Practicaban el matrimonio sagrado y le dedicaban ritos de carácter sexual, es decir tántricos. Estaba liderado por mujeres.
Mesalianos: De la palabra siríaca que significa “gente que reza”. De tendencia gnóstica. Nace en Oriente en el siglo IV. Daban gran importancia a las visiones privadas y rechazo a los sacramentos. Fueron acusados de inmoralidad y sus monasterios incendiados. Se los considera antecedentes de los bogomilos.
Modalistas: ¿Cómo Dios puede ser uno y tres a la vez? Según los modalistas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas diferentes, sino sólo nombres distintos de la única Persona divina. Al comienzo fueron considerados herejes, pero luego la Iglesia absorbió sus ideas.
Monofisitas: Se remitían al obispo Cirilo de Alejandría (siglo V). Afirmaban que Cristo tenía sólo una naturaleza y era la divina.
Monotelitas: Si bien Cristo constaba de dos naturalezas, tenía una sola voluntad: la divina o Verbo, careciendo de voluntad su parte humana. Fueron condenados en el III Concilio de Constantinopla (siglo VII).
Montanistas: Nace a partir del siglo II. Ascéticos severos. Creían que el Espíritu Santo seguía en actividad terrenal. Entraban en trance y hablaban en lenguas. Es el origen de los carismáticos y pentecostales modernos.
Naasenos: Corriente gnóstica que abogaba por la supresión de las diferencias sexuales. Estaban en contra del matrimonio y condenaban la natural atracción entre sexos opuestos. Leían el Evangelio de los Egipcios, así lo testifica Hipólito.
Nazarenos: Al comienzo a los primeros cristianos se les llamaba nazarenos. Jesús fue nazareno, al igual que Juan Bautista. Habías dos tipos de votos nazarenos: el transitorio y el de nacimiento. Después de la muerte de Jesús, convergió con el grupo judaizante de los ebionitas. Resurge en el siglo IV para rescatar el espíritu prístino del cristianismo inicial, pero cuyas ideas resultaron mas bien una reactualización del ebionismo vegetariano. Por eso el san Atanasio, patriarca de la iglesia de Alejandría, propuso como alternativa, la creación del “monacato” como una forma de volver a la austeridad de los cristianos primitivos. Los nazarenos decían que Jesús había adoptado como padre a Jehová y como madre al Espíritu Santo. Los Padres de la Iglesia, San Jerónimo y Teodoreto de Cirense los mencionan todavía en el siglo V.
Nestorianos: Aparece con Nestorio, patriarca de Constantinopla (siglo V). Su doctrina aseguraba que en Jesús había dos personas, la divina y la humana, pero de modo distinto al enfoque de la Iglesia oficial pues éstas no coexistían sino que se intercalaban, y además negaba que la Virgen María fuera la madre de la parte divina de Jesús. Entre los libros de consulta de esta secta estaba el Evangelio Armenio de la Infancia, uno de los pocos apócrifos que se conservan completos aún.
Ofitas: Grupo gnóstico que adoraba a la serpiente como portadora de conocimiento y que fue quien abrió los ojos a Eva, quien después le enseñó a Adán. Los ofitas aseguraban que esta existencia era una cárcel de la que debíamos escapar. Además, tenían la leyenda que la trasgresión de Eva consistió en un pecado sexual cometido entre ella y la serpiente.
Osaenos: Grupo que adoraba a María como si fuera una diosa. Practicaban el matrimonio sagrado y le dedicaban ritos de carácter sexual, es decir tántricos. Estaba liderado por mujeres.
Paulicianos: Un tipo de adopcionismo dualista que surgió en el Asia Menor del siglo IX. No creían en la virginidad de María ni veneraban la cruz, la cual como sorna utilizaban como objeto de labranza.
Pelagianos: El monje bretón Pelagio (siglo V) mantuvo acaloradas disputas con San Agustín y San Jerónimo. Negaba la existencia del estado de gracia y negaba el pecado original. No aceptaban los sacramentos. El bautizo era un acto de responsabilidad individual. Por eso, no se bautizaba a niños. La misa de difuntos carecía de valor, la confesión se la hacían entre ellos y el matrimonio era simplemente un consentimiento mutuo. Negaban el Antiguo Testamento.
Pneumatomacos: Eran arrianos moderados que negaban solamente la consubstancialidad del Padre y del Hijo (no tienen la misma sustancia).
Priscilianos: Prisciliano en el siglo IV negaba los misterios de la Encarnación y de la Trinidad. Murió decapitado por ser “hereje”. En su secta se valían de un texto que fue considerado apócrifo, llamado “Memoria de los Apóstoles”, de contenido dualista y, por tanto, de inspiración maniquea. Relacionaba el cristianismo con la astrología. Ensalzaba el valor de la pobreza frente a la acumulación de riquezas de la Iglesia.
Sabelianos: Fundado por un obispo romano de nombre Sabelio (siglo III). Se oponía al concepto del Sagrada Trinidad, que iba imponiéndose a pesar que era una idea pagano-indo-aria. Luego Fotino en el siglo IV la retoma, quien no reconocía a Jesús como Hijo de Dios.
Simonistas: Corriente gnóstica liderada por Simón el Mago. Tenían la magia como profesión y llevaban como distingo collares de hilos morados y rosados en señal de pacto con las entidades sutiles que les otorgaban sus presuntas facultades paranormales. Su libro sagrado era el apócrifo Evangelio de los Cuatro Rincones y Quicios del Mundo, hoy desaparecido.
Templarios: Nacieron en el siglo XII para defender a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén, de los musulmanes. Grandes buscadores de reliquias cristianas. Estos monjes-guerreros se caracterizaban por llevar una túnica blanca con una gran cruz roja en el pecho. Hacían votos de castidad y pobreza personal, pero la Orden sí podía poseer propiedades y dinero. Acumularon tantas riquezas, al punto que se convirtieron en los primeros banqueros de la historia. El rey francés Felipe el Hermoso en complot con el Papa Clemente V lucharon contra ellos hasta destruirlos y quitarles sus pertenencias. Los templarios simpatizaron con las ideas gnósticas. Como rito de iniciación debían escupir a un crucifijo, pues era considerado un símbolo de tortura y sufrimiento.
Valdenses: Una de las herejías más duraderas del cristianismo. Se ha mantenido más de 800 años. Creado por Valdo (siglo XII). Preparó el advenimiento de la Reforma protestante.

Pandemonium bíblico




Uno se da cuenta de la gran cantidad de contradicciones al interior del Nuevo Testamento, cuando se lo lee con detenimiento. Enumeremos solo algunas de las tantas incongruencias:

Las genealogías de Jesús no coinciden (Mateo 1:1-17), (Lucas 3:23-38).
• Está mal traducido cuando se dice que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos (Mateo 19:24 y Lucas 18:25). Según recientes investigaciones, la palabra que en realidad figura es “kamilos” que significa “cuerda gruesa” y no “kamelos” que es “camello”. En verdad debería decir: más fácil es que una soga gruesa pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos. Tiene más sentido, ¿no?
. No defraudar, no es un mandamiento, así que Marcos se equivocó aquí al nombrarlo como tal (10:19).
Las últimas palabras de Jesús en la cruz no concuerdan. Marcos 15:34 dice: “Dios mío, ¿por qué me has abandona? Mateo 27:46 dice lo mismo. Sin embargo, Lucas 23:46 afirma que fue: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y Juan 19:30 atestigua que dijo: “Todo está consumado”. ¿En qué quedamos? ¿Quién tiene la razón?
• En Marcos 7:31 leemos: “De nuevo, saliendo de la región de Tiro vino a través de Sidón hacia el mar de Galilea que esta en medio de la Decápolis”. Si ustedes agarran un mapa de la época (en las Biblias hay), verán que Sidón está arriba mientras que el mar de Galilea está más abajo. Es decir, geográficamente, Jesús no pudo pasar por Sidón para llegar al mar de Galilea, si estaba en Tiro. Es imposible. ¡Upss! ¿Qué paso?
• Marcos empieza diciendo: “Comienzo el evangelio de Jesucristo, hijo de Dios. Como está escrito en el profeta Isaías: He aquí que envío a mi mensajero para que te preceda y prepare tu camino”. Pues se equivocó Marcos. Lo que cita no es Isaías sino Malaquías 3:1. ¿El Espíritu Santo puede meter la pata?
• Mateo 1:23 menciona una profecía de Isaías 7:14 que supuestamente es la base de la virginidad mariana: “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emmanuel”. Sin embargo, en la Biblia hebrea dice: “He aquí que una joven concibió y…” Dice almah (joven) y no betulah (virgen) y en pasado, o sea, no es algo que va a suceder en el futuro. Sino que ya pasó. No es una profecía. Sin embargo, Mateo se basa en la versión Septuaginta de la Biblia (primera traducción del hebreo al griego en el siglo III a.C.) que sí pone “la virgen concebirá”. No obstante, la versión hebrea es más antigua. ¡Ay Dios! Manipulaciones de la sintaxis para crear un dogma. ¡Qué mañosería!
• Según Mateo 2:1 Jesús nació durante el gobierno de Herodes El Grande. En cambio, para Lucas Jesús vino al mundo cuando Quirino (Cirenio, Cirino) era gobernador de Siria. Son dos tiempos totalmente disímiles. La historia asegura que Herodes El Grande murió el 4 a.C. Por otro lado, según Flavio Josefo, Quirino fue gobernador de Siria el seis de nuestra era. Diez siglos de diferencia. ¿A quién le creemos? ¿A Mateo o a Lucas?
• ¿Quién vio primero a Jesús resucitado? Según Mateo 28:1 fueron dos: María Magdalena y la otra María. Para Marcos 16:1 fueron tres: María Magdalena, María la madre de Jacobo y Salomé. Lucas 24:10 afirma que fueron varias: María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo y otras más. Por último, Juan 20:1 refiere que fue sólo María Magdalena. En todas las versiones está María Magdalena siempre. ¿Por qué se le otorga tanta relevancia a una insignificante ex prostituta cuya única virtud era ser sumamente devota y pía?
• En Juan 2:19-20 los judíos aseveran que su templo se construyó en 46 años. Sin embargo, Flavio Josefo en el capítulo once de “Antigüedades Judías” asegura que se edificó en un año y seis meses. Otra vez, ¿a quién le creemos?


Teléfono malogrado

En mil quinientos manuscritos canónicos, los especialistas han detectado cerca de cincuenta mil discrepancias. En uno dice una cosa y en el otro, dice otra sobre el mismo versículo. Los curas siempre han conocido estas diferencias, pero se las han callado la boca. Al pueblo no le han dicho nada. Este ha sido uno de los secretos mejor guardados por la Iglesia. Para muestra veamos solamente algunos ejemplos:

La escena de la adúltera (Juan 8:1-11) no figura en los papiros P66 y P75 (cerca del año 200), ni tampoco en los códices Sinaítico y Vaticano del siglo IV. Los códices completos más antiguos de la Biblia. Recién aparece en el siglo V en el códice Bezae Cantabrigiensis.
• En los viejos manuscritos de Marcos 8:10 dice “Magdala” en vez de la palabra “Dalmanuta”. ¿Por qué lo cambiaron? ¿Quizá porque se asociaba a María Magdalena?
• El suceso de Jesús sudando sangre (Lucas 22:43-44) no se encuentra en los papiros p66 y p75, ya mencionados antes. Tampoco se halla en el códice Vaticano.
• En Juan 9:38 se malinterpreta la palabra griega prosekunesan, que en realidad significa “besar la mano” y no “adorar”. Este mismo término griego está en Mateo 28:17: “Y cuando le vieron le adoraron”. No es lo mismo besar la mano en señal de respeto que rendirle culto a un dios.
• Según los entendidos en la materia, serían agregados bíblicos los siguientes versículos: la última parte de Marcos (16:9-20), Lucas 9:55 y 24:12, Mateo 17:21 y Juan 5:4. Todos estos párrafos faltan en los códices Sinaítico y Vaticano. No están. ¿De dónde salieron?
• En 1516, el filósofo y sacerdote holandés Erasmo de Rótterdam publicó el primer Nuevo Testamento griego en Europa. Omite 1 Epístola de Juan 5:7-8, que es la supuesta prueba de la existencia de la Santa Trinidad. Cuando se le preguntó porqué no había incluido ese verso, respondió que no lo había encontrado en los antiguos manuscritos.
• Según Ireneo, los ebionitas (cristianos judíos originarios de Jerusalén) usaban un evangelio de Mateo que no tenía los dos primeros capítulos.
• En el papiro Oxyrhnchus 4499 (Egipto, siglo III), el número de la Bestia que figura en el Apocalipsis 13:18 no es 666 sino 616. Hoy dicho papiro se puede encontrar en el Museo Ashomoleano de Oxford. Ireneo también hace mención del 616 en contraposición al 666. Este dato tendrían que saberlo las películas de terror.
• En el Monasterio de Santa Catalina del Sinaí, se halla el códice Siríaco, que es un libro del siglo II que fue borrado y reescrito con nuevos textos en el siglo VI. Es decir, con la Biblia han hecho lo que han querido. La que hay ahora es producto de siglos de manipulación.

lunes, 28 de diciembre de 2009

¿Existió la matanza de los inocentes?




Después de la visita de los magos, sucedió aquel extraño episodio de la matanza de los inocentes, mencionado en Mateo. Según el apóstol, Herodes se enfureció tanto de ver que los persas no volvían que mandó matar a cuanto niño de Belén y alrededores menor de dos años había:

“Conforme al tiempo que había averiguado cuidadosamente de los astrólogos”

Esta frase bíblica insinúa que hacía dos años atrás había ocurrido el nacimiento, o sea, que Jesús tenía dos años de edad en el momento de la supuesta matanza.

El Protoevangelio expone que María al enterarse de la orden de Herodes estando en Belén (en Mateo es un ángel quien le avisa en sueños a José), esconde al niño en un pesebre de animales. Es poco probable que haya sido real la orden de Herodes pues no está registrada en la historia. Lo más probable es que este incidente se haya agregado posteriormente, producto del sincretismo cultural, pues recordemos que Krishna y Osiris también sufrieron de una matanza de inocentes en su infancia.

Muerte de Zacarías

Lo verosímil es que se haya ordenado la muerte de los bebés de familias pertenecientes a sectas mesiánicas como las esenias. Por esto, continúa el Protoevangelio contándonos que Isabel esconde a su hijo Juan en una cueva, que sin duda tiene relación con las cuevas de Qumrán, muchas de ellas bastante secretas.

Sin embargo, debió llegar a oídas de Herodes la versión muy difundida de que el hijo de Zacarías era el Mesías, ya que el apócrifo citado prosigue diciendo que, al no encontrar al pequeño Juan, Herodes envía a unos emisarios donde Zacarías a exigirle la entrega del niño. Zacarías niega conocer el paradero de su hijo y entonces por la noche lo asesinan a sangre fría en el templo, sin que nadie lo advirtiera. Por la mañana su cadáver no fue encontrado, pero sí las manchas de sangre. Luego de tres días de llanto y luto, fue nombrado sumo pontífice en su lugar, un tal Simeón.

¿Y que dice la historia?

¿Cuándo ocurrió todo esto? El apócrifo Pseudo Tomás afirma expresamente que Jesús tenía dos años cuando huyó con sus padres de la persecución de Herodes, que se ve corroborado con el pasaje del Pseudo Mateo que insiste en que los magos encontraron al niño Jesús sentado en el regazo de su mamá, cuando era ya un niño crecidito. Siendo que todo esto es tan confuso en cuanto a la fecha de los sucesos, ¿podrá la historia aportarnos alguna pista? La verdad es que, como ya dijimos, los especialistas no registran ninguna matanza masiva de infantes por esa época, pero sí hubo una persecución muy conocida por entonces y que es muy posible que sea la que se refiere Mateo y los apócrifos.

Los anales históricos registran acontecimientos interesantes entre el año 6 y 5 a.C. Por entonces las revueltas políticas de fondo mesiánico recrudecían en Judea. Herodes se había enterado que algunos fariseos querían verlo muerto para poner en el trono a un Mesías. Los vaticinios aseguraban que su gobierno terminaría con una señal astrológica: un eclipse lunar que pronto se daría. Y para colmo de los males, Herodes había contraído una enfermedad incurable (al parecer de origen venéreo) que empezó a minarlo poco a poco.

Así que aterrado ante lo que parecía un destino inevitable, pierde la cordura más de lo acostumbrado, desfogándose con sus opositores. Es posible que entre las locuras desesperadas que cometió el soberano en sus últimos días estuviera la ejecución de líderes esenios (como Zacarías, padre de Juan Bautista) y quizá también algunos bebés señalados como candidatos para Mesías.

Así, la “matanza de inocentes” no se habría limitado sólo a niños sino que habría incluido más que todo, adultos. De seguro fueron estos sucesos la verdadera “señal” que le advirtió a José para que dejara Judea lo más pronto posible y por un tiempo prudencial. Como José quería abandonar Palestina, necesitaba dinero urgente y por ello, debió alquilar o vender sus inmuebles de Belén.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Los reyes magos no eran reyes


Aparecen los reyes magos

Ni Marcos ni Lucas hablan de los reyes magos, sin embargo, Mateo sí los menciona, al igual que el Pseudo Mateo, el Protoevangelio y La Caverna de los Tesoros. Se cuenta en los apócrifos que ellos vestían ropa diferente a la de los judíos, por eso, inicialmente José desconfía de ellos. En La Caverna de los Tesoros se lee que dos años antes de que naciera Jesús, los magos vieron una estrella muy singular que ellos cotejaron en sus textos astrológicos llamados Oráculos de Nimrod donde figuraban varias profecías referentes al Mesías. ¿Cómo es posible esto? Luego trataremos de dilucidarlo. El punto es que La Caverna de los Tesoros nos relata que, conociendo los magos el destino que le aguardaba al niño que estaba por nacer, partieron “dejando el este” para llevar consigo ofrendas de oro para el rey, mirra para el médico y óleo para el sacerdote.

Según el mismo apócrifo, se mencionan los nombres de los reyes magos que aquí eran tres: Hormizd (deformación de Ormuz, dios principal persa), Jazdegerd (rey de Saba) y Peroz (rey de Seba), todos provenientes del este (Oriente). Entonces los tres se pusieron se pusieron en camino, acompañados de una gran comitiva de soldados y sirvientes, quienes sembraron el temor a su paso por toda Canaan.

De religión persa

La versión de la visita de los magos contada por el Evangelio Árabe proporciona detalles muy instructivos. Dice literalmente:

“Y sucedió que, habiendo nacido el señor Jesús en Belén de Judá durante el reinado de Herodes vinieron a Jerusalén unos magos según la predicción de Zaradust.”

Es evidente que este Zaradust no es otro que Zaratustra o Zoroastro (el creador de la religión oficial medo-persa). Esto empieza a otorgarnos mayor luz sobre la identidad de los misteriosos reyes magos. Pero, ¿a qué predicción se refiere? A aquella que cuenta sobre la venida de otros “elegidos” o “avatares” después de Zoroastro. Según un manuscrito Lauretiano del siglo XIII conservado en Florencia, Zoroastro profetizó que el próximo enviado “nacería de una virgen y que sería sacrificado por los judíos”. Este enviado, conocido entre los mazdeístas como Saosyant habría de manifestarse en el “Monte de la Revelación”, colina simbólica que guarda un extraordinario parecido con el Monte Calvario.

¿Dónde están los nombres de los reyes magos?

Los nombres de los reyes magos no figuran en ninguna parte de los evangelios canónicos. En los apócrifos sí. En el Evangelio Armenio de la Infancia se afirma que los reyes eran tres y que venían de Persia (actual Irán) avisados por un ángel. Sin embargo, la versión latina de este mismo apócrifo asegura que eran cuatro los magos y la versión siríaca (muy posterior) afirma que eran doce.

Luego, nos da sus nombres: Melkon (o Melchor) que pertenecía a los persas, Baltasar a los hindúes y Gaspar a los árabes. Sin duda alguna, son éstos los nombres más conocidos que hasta nosotros han llegado por medio de la doctrina cristiana.

El enigmático y arcano Libro de Nimrod

Asimismo, se menciona en el Evangelio Armenio que los reyes sabían de este nacimiento por medio de un testimonio escrito guardado de generación en generación y que algunos creen que era simplemente el Zend Avesta (la Biblia de los persas), lo que no parece ser cierto, puesto que el apócrifo citado alude que era una tradición sumamente “secreta y sellada” donde estarían los detalles del nacimiento del Mesías. El Zend Avesta no es un libro secreto. Ante esto uno se pregunta, ¿por qué recoveco del destino, llegó la tradición mesiánica que los hebreos guardaban tan celosamente, hasta las manos de los persas? Existen algunas pistas al respecto en el Evangelio Armenio, que hacen referencia a la existencia del polémico Testamento de Adán. Veamos:

“Herodes dijo: ¿dónde está este libro que sólo vuestro pueblo posee? Los magos dijeron: ninguna nación fuera de la nuestra, tiene noticia directa o indirecta de él. Sólo nosotros poseemos un testimonio escrito. Porque has de saber que después que Adán fue expulsado del paraíso y después que Caín hubo matado a Abel, el Señor dio a nuestro primer padre un hijo de consolidación llamado Set, y con él entregó aquella “carta escrita”, firmada y sellada de su misma mano. Set la recibió de su padre y se la trasmitió a sus hijos. Éstos a su vez, se la trasmitieron a los suyos y así fue de generación en generación. Todos hasta Noé recibieron la orden de guardarla con todo cuidado. Luego este patriarca se la entregó a su hijo Sem y los hijos de éste la retransmitieron a sus descendientes, quienes a su vez se la entregaron a Abraham. Éste se la dio a Melquisedek, rey de Salem y sacerdote del Altísimo, por cuyo conducto llegó a poder de nuestro pueblo en tiempos de Ciro, rey de Persia. Nuestros padres la depositaron con toda clase de honores en un salón especial y así llegó hasta nosotros, quienes gracias a este escrito misterioso, vinimos de antemano en conocimiento del nuevo monarca, hijo de Israel.”

Otra vez surge el oscuro Melquisedek quien al parecer, no sólo tenía tratos con los hebreos sino con todos los grandes iniciados del mundo. Al debilitarse la obediencia judía, la Orden debió dar la información a los persas para que la guardaran por un tiempo. Sin embargo, esta tradición volvería a las familias hebreas gracias a los reyes magos. Esta “carta escrita y sellada” que mencionaban los magos, ¿sería una copia persa del Testamento de Adán que algún día debía llegar a manos del futuro Mesías?

En el apócrifo de La Infancia del Salvador se dice que Herodes entrega a los magos una diadema para que se la otorguen al recién nacido de su parte con la evidente finalidad de ganarse la confianza de los extranjeros. Y así hicieron ellos. Después de entregados todos los dones, los magos hablan a José de la misión que tendrá el bebé en la Tierra, mencionando tres señales que para ellos fueron indicativas: las profecías bíblicas que habían estudiado, la conjunción astrológica y ciertas escrituras muy antiguas. ¿Acaso la copia persa del Testamento de Adán?

Gente culta

Después de estos hechos, el Evangelio de Mateo narra la entrega de las ofrendas al niño: oro, óleo y mirra, pero no da mayores explicaciones. Es por los apócrifos, sobre todo La Caverna de los Tesoros, que sabemos el significado de los presentes. Según este texto, los reyes permanecieron tres días con el niño Jesús, maravillándose de ser testigos privilegiados del nacimiento del avatar de ese tiempo. El apócrifo añade que el rey llamado Peroz dice:

“Ahora sé que la profecía de Isaías es cierta: pues cuando estuve en la escuela de los hebreos, leí a Isaías…”

Citando algunas profecías bíblicas sobre el Mesías. Se nota que conocía la Septuaginta (primera Biblia griega). También cuenta el mago que su hijo había leído la Toráh. Todo esto da a entender que los visitantes eran eruditos y tolerantes de otros cultos y no simples fanáticos pues buscaban instruirse en las religiones de los países vecinos.

viernes, 25 de diciembre de 2009

El buey, el asno y el ombligo de Jesús...



Muchas fiestas en una

Antes que naciera Jesús ya se celebraba el 25 de diciembre. La Navidad en realidad es una fiesta pagana disfrazada de cristiana. Se celebra el 25 de diciembre a partir del año 354 de nuestra era por decisión del emperador romano Justiniano. Antes no había Navidad tal como la conocemos hoy. Esta celebración no figura en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni de Tertuliano, ambos Padres de la Iglesia del siglo II- III. Justiniano colocó el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre porque coincidía con varias fiestas religiosas muy importantes de la antigua Roma.

En esas fechas se festejaba el Dies Natalis Invict (el nacimiento del Dios Invicto, que era un viejo culto babilónico), que luego se mezcló con el culto persa de Mitra. Comenzaba el solsticio de invierno y además, en Roma era el último día de los Saturnales que hacía tiempo habían degenerado en un carnaval de una semana de puras orgías. Por tanto, en esas fechas los cristianos podían realizar sus ritos libremente sin ser perseguidos por sus enemigos pues éstos se hallaban entretenidos en otros menesteres.

Así vemos que, en vez de erradicar las fiestas paganas, los emperadores romanos ya cristianizados prefirieron cambiar el sentido de sus viejas celebraciones, sumamente arraigadas en el pueblo. De este modo, las aprovecharon para la nueva religión dominante. No obstante, es posible que el hecho de existir una tercera conjunción en diciembre haya contribuido también para que los antiguos cristianos se confundan trasladando el nacimiento de Jesús a dicho mes. Pero, como vimos, es prácticamente imposible que Jesús haya venido al mundo en diciembre. Hubiera nacido muerto.

¿Cueva, pesebre o establo?

Volviendo a la escena de María con su bebé. Lucas nos cuenta que ella recuesta al niño en un pesebre, lo que es muy posible ya que, perteneciendo la cueva a pastores, fácilmente podrían haber tenido pesebres para animales grandes dentro de la cueva. Los pesebres muchas veces eran tallados en la roca viva y de allí cogían su alimento los asnos u otras bestias de carga. A esto añade Lucas que había pastores cerca y que “guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños”.

Como éstos estaban despiertos se toparon con un ángel quien les declaró el nacimiento sagrado que acababa de producirse para que fueran a ver al Mesías. Pero lo que debió ocurrir es que las parteras hicieron correr el chisme como reguero de pólvora entre los pastores que se hallaban en la cueva. Así que en efecto, los primeros en visitar al niño Jesús debieron ser humildes pastores.

No hay buey ni asno en la Biblia

El apócrifo Pseudo Mateo relata este episodio un poco diferente.
Dice que al tercer día del nacimiento, José y María abandonan la cueva y llevan a su hijo a un establo donde había un pesebre con un buey y un asno. En los escritos canónicos no figura la alusión de la cueva y de estos animales. Es del apócrifo de Pseudo Mateo que se toma la imagen de la caverna con el buey y el asno que se ve en los populares nacimientos. Se supone que esto debería darse para que se cumpla la profecía de Habacuc quien dijo: Te darás a conocer en medio de dos animales”, lo que sin embargo debe ser absolutamente simbólico.

En la antigüedad los animales era totémicos y cada nación tenía un animal representativo. El asno era el símbolo de los semitas, mientras que el buey era el emblema de las naciones gentiles. Por eso, en algunas tradiciones orales, se dice que Zacarías enmudece cuando el mensajero que se le aparece para anunciarle la preñez de su esposa, tenía cabeza de asno. Como fuere, se afirma en el apócrifo antes mencionado que la Sagrada Familia permaneció en el establo por tres días.

Guardando el ombligo de Jesús

El Pseudo Mateo narra que después de seis días la Sagrada Familia llega a Belén y que allí circundan al niño, según la Ley de Abraham, bautizándole con el nombre de Jesús (Yoshua o Yeshua = Salvador). Dato que también menciona Lucas. En Belén María pasó su “tiempo de purificación”, que en el caso de un bebé varón son 40 días según la tradición judía.

Otros apócrifos, como el Evangelio Árabe, aseguran que la circuncisión se produjo dentro de la cueva, realizando la operación la nueva nodriza de Jesús y que el pedacito de piel sobrante (otros dicen que fue el cordón umbilical) fue entregado al hijo de la nodriza que era perfumista para que hiciera un ungüento de nardo que años después comprar la Magdalena para ungir a Jesús. Este episodio es típico de las narraciones árabes, pues como se sabe los árabes son amantes de las leyendas poéticas y mágicas.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Ya existía la navidad antes de Jesús...


Señores y señoras... una vez más lo diré, aunque esté con garraspera en la garganta...

La humanidad ya hacía incontables celebraciones en estas fechas, antes que naciera Jesús... se hacía intercambio de regalos... síiiii.....
Desde los Saturnales romanos, el nacimiento de Mitra, el Sol Invictus y otro laaargo etc.

¡por Dios!
Lean un poquitín de historia...

Los cristianos tomaron un culto pagano!!!!!! Despierten!!!!

Los niegan, pero los usan...


Si los apócrifos no tienen credibilidad... diganme ustedes... ¿por qué los curas han extraído información de ellos?

Por ejemplo: los nombres de los reyes magos, la asuncion de María, el buey y el asno en el nacimiento de Jesús y un largo ectecetera que me da flojera mencionar porque ahora es vísperas de navidad.

Los mil y un milagros de Jesús al nacer






Prosigue el Protoevangelio diciendo que José se encuentra en el trayecto con una partera hebrea y la convence para llevarla hasta la cueva. Se cuenta que la mujer se quedó atónita cuando palpó las intimidades de María y la halló supuestamente virgen. Si bien este hecho es bastante raro, médicamente es posible, pues algunos pocos hímenes permanecen intactos a pesar de las relaciones sexuales.

Sin embargo, este apócrifo lleva el milagro al extremo, asegurando que María seguía manteniendo su virginidad después del parto. Y eso sí suena a la exageración de un escritor devoto, pues, hasta hoy es médicamente imposible. Lo más lógico es que la virginidad mariana post-parto haya sido una agregado posterior, para de esa manera estar a la altura de los dioses paganos que nacían de vírgenes.

Luego el escritor de este apócrifo lleva a un límite irrisorio la virginidad post-parto de María. Se cuenta que la partera invita a una colega suya llamada Salomé a comprobar la virginidad de la joven madre. Al ingresar la mano de esta partera dentro de la vagina de María, se queda carbonizada. Entonces Salomé implora que la perdonen por haber sido tan escéptica. De inmediato, se le aparece un ángel que le revela las cualidades curativas del bebé que acaba de nacer y entonces la comadrona lo toca y ¡oh maravilla!, queda totalmente curada.

El apócrifo Libro de la Infancia del Salvador agrega que al nacer el chico, la cueva se llenó de resplandores brillantes y perfumes exóticos. El apócrifo Evangelio Árabe de la Infancia añade que una de las parteras se convirtió en nodriza para toda la vida de Jesús por haber sido curada de parálisis al estar en contacto con el bebé. En el Pseudo Mateo un Mensajero en persona atiende a María en su parto. Todas estas historias son demasiado extraordinarias, pareciéndose tanto a los cuentos árabes como para creer que son verdad.

Nacimiento con efectos especiales

Sin embargo, lo que sucedió en realidad debió haber estado envuelto en una atmósfera de realismo mágico: imagínense unas parteras palpando a María antes de parir y descubriendo que era virgen. Lo que calza con una supuesta profecía hecha por Isaías (7:14). Luego estas mujeres presencian el alumbramiento justo cuando la constelación de Piscis alcanzaba su plenitud a los 30 grados sobre el horizonte, mostrándose así la conjunción mesiánica en todo su esplendor. A los testigos judíos debió parecerles demasiada coincidencia.

Por consiguiente, ese incidente fue idealizado en los apócrifos. También debemos recordar que todo ello ocurría muy cerca o dentro del territorio de Belén, encajando a la perfección con la profecía de Miqueas. De esta forma, las comadronas debieron creer que ese niño, nacido “con tan buena estrella”, era el Mesías que todo su pueblo estaba esperando. El tiempo y dos mil años de historia les darían la razón por esa intuición.

En el Pseudo Mateo se añade un versículo que vale la pena de ser reproducido por completo:

“Pero además, había una enorme estrella que expandía sus rayos sobre la gruta desde la mañana hasta la tarde, sin que nunca jamás, desde el origen del mundo se hubiera visto un astro de magnitud semejante. Los profetas que había en Jerusalén decían que esta estrella era la señal de que había nacido el Mesías, que debía dar cumplimiento a la promesa hecha no sólo a Israel, sino a todos los pueblos”.

Este versículo es muy esclarecedor, sobre todo para aquellos que piensan en los ovnis como una respuesta fácil para todo.

Virgen o no, ¡qué importa!

Suponiendo que la virginidad de María no sea un invento, ella no permaneció virgen por mucho tiempo, pues Mateo 1:25 dice:

“Y él (José) no la conoció hasta que dio a luz a su primogénito, y le puso por nombre Jesús”.

En esa época, “conocer” era un eufemismo para referirse a las relaciones sexuales. Por lo tanto, María sí tuvo sexo con José. Los votos de castidad se disolvieron con el matrimonio.

Durante siglos, la Iglesia ha manipulado el concepto de la “virginidad de María”. Lo ha inflado como un enorme globo aerostático y encima le ha añadido fuegos artificiales para su propia conveniencia. De esa forma, ha identificado la sexualidad con el pecado. Y como fue Eva la culpable de caer por el sexo se debe ejercer control sobre el cuerpo femenino. En realidad, si María fue virgen o no, es insustancial para efectos de la principal enseñanza de Jesús: la hermandad humana.

De otro lado, especialistas bíblicos aseguran que el versículo de Isaías 7:14, que es la base de la famosa virginidad mariana, está mal traducido, pues aseguran que en verdad figura la palabra almah en la Biblia hebrea, que quiere decir simplemente “joven en edad de casarse” y no betulah que sí significa “virgen”. Claro que si bien normalmente las jóvenes en edad de casarse eran vírgenes en esos tiempos, la Biblia hebrea no hace énfasis en la virginidad. Sea como fuere, María dio a luz un hijo, pero ¿en qué época vino el niño a este mundo?

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La estrella de Belén no era un ovni



Se adelanta el parto


José y María iban camino a Belén acompañados de uno (sólo Simeón, según el Evangelio sobre la Infancia del Salvador) o dos hijos mayores de José cuando sobreviene el imprevisto. El viaje era largo y pesado, tenían que atravesar toda Judea de norte a sur, por tanto es muy factible que fuera realizado en escalas. Probablemente las últimas conexiones fueron hechas de Jerusalén a Betania y de allí a Belén. Dada la condición avanzada de María, la travesía adelantó su parto. Mas aún si consideramos que al pasar por Jerusalén debió ser prácticamente imposible encontrar hospedaje. La capital debió estar atiborrada de gente. Esto obligó a la Sagrada Familia a proseguir su viaje sin hacer la parada necesaria en esa parte del camino, lo que ayudó a provocar las contracciones en la joven María cuando aún no llegaban a Belén. El Protoevangelio cuenta:

“Al llegar a la mitad del camino, dijo María a José: “Bájame porque el fruto de mis entrañas pugna por venir a la luz”. Y José le ayudó a apearse del asna, diciéndole: “¿Dónde podría yo llevarte para resguardar tu pudor? Porque estamos al descampado”


Entonces, José preocupado buscó una cueva para resguardar a su mujer, ya que la mayoría de ellas servían de albergues a los pastores y sus bestias. Incluso numerosas cavernas se alquilaban a los transeúntes. Dejándola al cuidado de sus hijos, José continuó su camino a Belén intentando conseguir una partera cuanto antes.

Belén, lugar de profecías

Hablemos un poco de las cuevas. En Medio oriente una cueva es una posesión valiosa y la mayoría de ellas tienen dueño. Son frescas en verano y cálidas en invierno. Además de ser usada como refugios, eran utilizadas como mausoleos familiares.

El hecho de que todas estas cosas estuvieran ocurriendo en Belén o muy cerca es crucial para el asunto mesiánico. Belén es una aldea situada a ocho kilómetros al sur de Jerusalén. Era la ciudad donde el rey David había nacido y, según el profeta Miqueas (5:2), es el lugar donde el Mesías también vendría al mundo. A esto se debe que tanto los evangelios canónicos como los apócrifos resalten tanto la localización del parto mariano. Belén era el lugar donde debía nacer el Mesías.

La cueva que encontró José en Belén o camino a Belén, debió pertenecer a algunos pastores o a algún potentado para quienes trabajaban dichos pastores, a quienes José seguramente rentó la caverna. Esto explicaría porqué un grupo de pastores fueron los primeros en enterarse del parto. ¿Cómo identificaron al niño? ¿Cómo supieron ellos que ese parto era sumamente especial, por no decir sagrado?

En el Pseudo Mateo se añade que fue un ángel el que buscó una cueva para María. Es difícil saber si tal encuentro se produjo en verdad, pero de hecho los Mensajeros y los propios Elohim debieron estar muy atentos y muy cerca de lo que allí estaba sucediendo. Después de todo, de las muchas o pocas opciones mesiánicas fue la que funcionó.

Es sintomático que en la navidad del 2007, el papa Benedicto XVI colocará un nacimiento ambientado en Nazareth y no en Belén, basado en una discutible lectura de Mateo. Además, ha hecho desaparecer a los pastores, al buey y a la mula del nacimiento de la plaza romana, puesto que ya no va a ver establo, invento de los evangelios apócrifos. Con esta interpretación caprichosa, Jesús estaría ligado a Nazareth porque nació allí y no porque tenía contactos con los nazarenos. Manipulaciones y más manipulaciones.

No a la ovnilatría

Lo que continúa en la historia de Jesús es muy sugestivo: el Protoevangelio cuenta que mientras José buscaba angustiado a una partera, el mundo estaba como quieto, inmóvil y, lo más curioso es que se sostiene:

“…que todos tenían sus rostros mirando hacia arriba”.

La mayoría de los ufólogos han querido ver en éste y otros párrafos, argumentos para asegurar que en ese momento se desplazaban platillos voladores por el cielo de Judea. Pero lo único que estaba pasando en realidad y que para los judíos era sumamente relevante, es que empezaba el atardecer, así que comenzaba a hacerse visible en el horizonte la conjunción de Saturno y Júpiter. Y claro, todos se preguntaban en ese instante si no estaría naciendo el Mesías en alguna parte de Judea. Y sí, estaba naciendo y lo hacía, irónicamente, por medio de un parto prematuro.

Otra alusión a supuestos platillos voladores es más adelante, cuando aparecen los reyes magos en la historia del niño Jesús, en Mateo 2:9:

…la estrella iba delante de los reyes magos hasta que llegando se detuvo donde estaba el niño”.

Pero en realidad el hecho que la estrella se esté moviendo, no se está refiriendo necesariamente a un ovni, sino más bien a un cuerpo celeste. ¿Acaso cuando uno mira fijamente una estrella en el cielo, no da la sensación de que estuviera “persiguiendo” al observador? Y cuando uno se para, el astro también pareciera que lo hiciera. La estrella de Belén no era pues un ovni, sino, muy bien pudo haber sido la conjunción de dos colosos: Júpiter y Saturno, que juntos se ven como una sola gran luminaria. Según el Principio de la Navaja de Ockham que postula que la solución más simple suele ser la correcta, porque pensar en algo tan complejo como los ovnis, y no en algo más sencillo como un fenómeno que se estaba dando en el firmamento en ese preciso instante, cosa que siempre sucede cíclicamente. Recordemos que los nacimientos de Krishna, Osiris y Buda también fueron anunciados por una “estrella”.

martes, 22 de diciembre de 2009

El tormentoso embarazo de María




De los cuatro evangelistas sólo dos tratan sobre el nacimiento de Jesús: Lucas y Mateo. Lo que se cuenta en Mateo es similar a los apócrifos. José va a la casa de los padres de María y la encuentra encinta, antes de celebrar la ceremonia matrimonial definitiva. Al viejo casi le da un infarto de la impresión. Su primera reacción fue querer cortar por lo sano, divorciándose (es decir, anulando el compromiso). Sin embargo, esa noche tiene supuestamente un sueño en donde se le revela que ese embarazo es voluntad de Dios. Por esta razón al despertar José decide llevarse consigo a María a su casa de Belén, legalizando así el matrimonio. No obstante, el real motivo para casarse con ella, pese al embarazo, parece haber sido que simplemente sintió pena por la muchacha viéndola tan desvalida y desamparada.

Luego de efectuado el casamiento, a José y María les aguardaba días muy difíciles. Según cuenta el Protoevangelio, José mantuvo escondida a María todo lo que pudo y hasta él mismo dejó de salir para evitar preguntas maliciosas. Pero algo iba a ocurrir que cambiaría el giro de las circunstancias. Siendo José miembro del Sanedrín (tribunal supremo judío), al que sólo pertenecían los judíos más prominentes (no simples carpinteros), cometió el error de faltar a una de las reuniones. Por tal razón fue a visitarlo nada menos que Anás, quien en ese entonces era saduceo y escriba de gran influencia, y muy pronto llegaría a ocupar el puesto de sumo sacerdote. Ser escriba era una mezcla de notario público y escritos de textos sagrados (o sea, importantes).

José y María van presos

Anás acude donde José para reprocharle su ausencia en la asamblea del Sanedrín. José se disculpa diciendo que recién acababa de llegar de viaje. La excusa satisfizo a Anás y ya se estaba retirando cuando de pronto se topa con María y descubre su embarazo. Intrigante ya desde su juventud y seguramente sospechando la conexión de José y María con la sectas enemigas esenias, Anás habría encontrado en este incidente una excelente oportunidad de librarse de un opositor. Entonces corrió a comunicárselo al sumo sacerdote de entonces, exigiendo que envíen comisionados para comprobar el delito. Al ser constatado, toman presos a los esposos y los llevan al Sanedrín para juzgarlos en Jerusalén.

Juzgados como delincuentes

En el Protoevangelio José es llevado solo ante el sumo sacerdote, pero al negar las acusaciones de violación, trajeron a María para atestiguar. Entonces el Sanedrín decide realizarles la prueba del agua para observar si eran inocentes. Según la tradición judía, se les hacía beber “el agua amarga de la prueba” en un vaso de barro. Si la persona era culpable, “se pondría de manifiesto todos sus pecados”.

Primero le hacen beber a José y lo envían a la montaña, como parte del ritual. Conociendo la psicología con que se hacían este tipo de “pruebas” en la antigüedad, el único objetivo era demostrar la culpabilidad de los acusados, dándoles algún tipo de veneno. Pero si es cierto que José fue enviado a la sierra, muy bien pudo recurrir a los terapeutas de Qumrán para que le dieran un antídoto, ya que volvió donde los sacerdotes sano y salvo. Todos se quedaron petrificados del asombro pues esperaban ver a un José agonizante. La misma prueba le hicieron a María y el resultado fue idéntico. Incapaz de acusarlos, el sumo sacerdote no tuvo más remedio que dejarlos ir diciendo:

“Puesto que el Señor no ha declarado vuestro pecado, tampoco yo voy a condenaros”

En realidad debió ocurrir un enorme escándalo. Si hubiera existido periódicos en la Jerusalén de esa época, la noticia habría salido en primera plana. Es raro que los evangelios canónicos lo omitan, pues era un delito muy serio el embarazo de una jovencita antes del matrimonio y peor aún, si ella había hecho voto de castidad. En cambio, los apócrifos sí hicieron eco de un suceso que históricamente debió existir. Si es que fue verdad que María quedó preñada antes de su casamiento y no haya sido sólo producto del sincretismo de las leyendas indo-europeas con las hebreas.

Huyendo del escándalo

Después del incidente del juicio, todos los apócrifos coinciden con el Evangelio de Lucas en citar el famoso censo de César Augusto. Dice textualmente la Biblia:

“En aquellos días salió el decreto de César Augusto de que se inscribiera toda la tierra habitada. Esta primera inscripción se efectuó cuando Quirino era el gobernador de Siria, y todos se pusieron a viajar para inscribirse, cada uno a su propia ciudad” (Lucas 2:1-3)

Lucas asegura que en esa época, María y José estaban habitando en Galilea, probablemente en casa de los padres de ella. ¿Acaso huyendo lo más lejos posible del escándalo, esperando que se olvidara el juicio de marras? Belén estaba demasiado cerca de Jerusalén. En cambio Galilea se hallaba bastante lejos, al norte, prácticamente en el otro extremo del país, resultando un excelente refugio para acallar las malas lenguas. Pero Lucas añade un dato más: la pareja no sólo estaba en Galilea sino que además estaba habitando en el propio Nazareth, en las tierras de pastoreo del padre de María y sede de la vertiente esenia de los nazarenos, con los que al parecer convivieron. Era el lugar perfecto para alejarse del mundanal ruido y desarrollar saludablemente el embarazo de María. Sin embargo, no sería la última vez que la Sagrada Familia tendría que buscar refugio de las lenguas viperinas de la gente. Esto era sólo el comienzo de una larga cadena de escaramuzas.

Debió ser muy duro para María, una niña rica acostumbrada a todas las comodidades y para José, con sus achaques de viejo, adecuarse a la vida de privaciones que debió ser al convivir con los monjes nazarenos, quienes se ganaban modestamente la vida pastoreando los ganados de Joaquín, demasiado conocido en Galilea para poder recibir en su casa a su “impúdica” hija en las presentes circunstancias tan comprometedoras, sin causar un nuevo escándalo. Había que esperar que la marea bajase, mientras tanto estar con los nazarenos era un buen refugio. Tranquilo y seguro.

¿Existió el censo de César Augusto?

La historia no registra este censo. Es muy insólito que tanto el Evangelio de Lucas como en los apócrifos Pseudo Mateo y Protoevangelio se hable de este evento cuando iba a nacer Jesús. Si bien si existió un censo cuando Quirinio era gobernador de Siria y Coponio era primer procurador de Judea, fue local (no en el ámbito de todo el imperio que es como se alude en Lucas), y se realizó en el año 6 de nuestra era, fecha que para nada coincide con el nacimiento de Jesús, como veremos más adelante.

Todo indica que tanto Lucas como los apócrifos antes citados tomaron el dato de una misma fuente, que estaba errada en varios años. Sólo el apócrifo de La Natividad de María difiere, al decirnos que José y María simplemente viajaron a Belén sin explicarnos la causa. Si es que no hubo censo, ¿qué motivó el desplazamiento de la pareja a Belén? Tratemos de reconstruir los hechos.

No fue un censo sino una fiesta

Si bien José era nativo de Belén, según cuentan los escritos apócrifos y canónicos, se desplazaba bastante de un lado a otro del país para realizar sus trabajos. Sin embargo, él radicaba en Belén, que es donde moraba con sus hijos. ¿Qué acontecimiento impulsó a José a desplazarse de Galilea a Belén, estando tan avanzado el embarazo de su mujer y que al mismo tiempo movilizara en masa a toda la gente de Judea, como se nos dice que ocurrió? Posiblemente dos cosas: primero que a María todavía le faltaba para completar su embarazo y por eso no había problema de viajar y segundo que estuvieran en la víspera de una celebración familiar semejante a la navidad de los cristianos, donde todos los parientes cercanos se visitan unos a otros. Esto explicaría porqué, aunque no hubiera censo, los lugares de alojamiento que había en el camino estaban repletos.

¿Qué fiesta pudo ser? La conjunción de Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis se dio en el año 7 a.C. tres veces: en mayo, en octubre y en diciembre. En la primera fecha nació Juan Bautista. La segunda vez se produjo exactamente el 3 de octubre, cuando en Judea se estaba celebrando una de las fiestas más importantes de la tradición judía: el famoso Yohmkipur o “Día de la Expiación”. Sólo una vez al año entraba el sumo sacerdote en el Santísimo del Tabernáculo y lo hacía durante esta celebración. Así de trascendente y sagrada era, pues es el momento de la reconciliación entre la divinidad y los hombres según las creencias judaicas. Durante esta festividad que coincidió con la segunda conjunción de Saturno y Júpiter en Piscis, habría venido al mundo, en un parto prematuro, Jesús de Nazareth.

lunes, 21 de diciembre de 2009

La terapia secreta de María


Según Lucas, después de la anunciación, María acude a las montañas a visitar a su parienta Elizabeth. Ella no necesitó que María le contara nada sobre su anunciación sino que se comportó como si ya lo supiera o como si estuviera formando parte, bastante concientemente, de un proyecto mesiánico donde los embarazos insólitos debían ocurrirles a ciertas mujeres previamente seleccionadas para tal fin.

También narra Lucas en 1:41-42 que Elizabeth reconoce al bebé de María como superior al suyo, pero es muy posible que esto sea un inserto cristiano posterior colocado para resaltar la figura de Jesús por encima de la de Juan Bautista. Es más, hay razones para pensar que María olvidó o no tomó en serio lo que el Mensajero le dijo con respecto a su futuro hijo. Quizá nunca lo creyó o nunca lo oyó verdaderamente de boca de Gabriel. Esto lo vemos claramente en el Protoevangelio, que dice textualmente:

“Pero María se había olvidado de los misterios que le había comunicado el arcángel Gabriel”

Así, tal vez por su gran humildad o inexperiencia, la propia María llegó a pensar que Juan Bautista era el Mesías esperado por todos los judíos y no su hijo Jesús. Sin embargo, el azar hace jugarretas muchas veces. ¿Acaso los que manipulan el destino tenían una carta bajo la manga, a favor de Jesús?


¿Hubo realmente anunciación?


Cuenta la Natividad de María que a medida de que José empieza a darse cuenta de lo que le ocurría a María, “cayó presa de la agitación y zozobra, no sabiendo qué partido tomar”. Los otros apócrifos son aún más dramáticos. Agregan que José lloraba amargamente y se lamentaba como sólo los semitas saben hacerlo. En el Protoevangelio, José cree que María ha sido víctima de una violación o de su propia lujuria y la increpa duramente, pero lo que le contesta la joven María da qué pensar. De ser ello verdad, la anunciación jamás se habría producido. Textualmente dice:

“¡Por mi vida del Señor, mi Dios, que no sé de donde ha venido esto!”

¿Mintió María?

En el Pseudo Mateo las doncellas que cuidaban a María abogaban por ella asegurándole a José que “ningún varón la ha tocado” mientras ellas la vigilaban. Sin embargo, confiesan que un “ángel la visita diariamente” para continuar alimentándola con un raro preparado. Lo que responde José es muy ilustrativo:

“¿Por qué os empeñáis en hacerme creer que ha sido precisamente un ángel quien la ha hecho grávida? ¡Puede muy bien haber sucedido que alguien se haya fingido ángel y la haya engañado!”

Así que, más sabiendo el diablo por viejo que por diablo, José no creyó ni en las palabras de su mujer ni en las de sus doncellas. Y no era para menos. Aceptar que Elizabeth quedara encinta después de muchos años de matrimonio era más fácil que creer que una virgen quedara preñada sin intervención de hombre alguno. Sin embargo, si las historias son ciertas, tanto Elizabeth, como Ana y como María, quedaron embarazadas cuando los esposos estaban ausentes. Entonces no se trataría de una simple “cura de esterilidad” sino de algo más complejo. ¿Qué podría ser?

Hipótesis: Partenogénesis

En la selva del Amazonas de Sudamérica, las lugareñas tienen muchísimo cuidado de no bañarse en ciertas lagunas, pues algunas de ellas tienen fama de embarazar sin intervención de un hombre. Los investigadores especulan al respecto. Afirman que la combinación de plantas circundantes, trituradas y mezcladas en el agua empozada de estas lagunas podría producir alguna sustancia hormonal que desatara un mecanismo primitivo de reproducción, aún vigente en algunas especies, llamado “partenogénesis”, que es el nombre científico que recibe la reproducción de las especies sin el concurso de los sexos. Se sabe que esta forma de reproducirse se desencadena debido a factores como la alimentación, la temperatura y la luz.

Cabe añadir, que en noviembre del año 2006 se han empezado a realizar experimentos de partenogénesis en los laboratorios para obtener células madre sin formar embriones. Los científicos argentinos Ester Polar y José Cibelli activaron por primera vez óvulos humanos sin requerir espermatozoides. El óvulo lo han podido segmentar sin que haya sido fecundado. Tal hecho ocurre por factores ambientales, químicos, descargas eléctricas, etc. En algunos casos, han requerido del contacto o la fusión con un gameto masculino, pero no se ha completado el proceso de la fecundación. Por tanto, la célula masculina no ha contribuido con sus genes. Lo interesante de este dato es que ya actualmente se está comenzando a experimentar con la partenogénesis. ¿Qué vendrá después?

La terapia secreta

¿Conocieron los esenios la partenogénesis? ¿Supieron controlarla en secreto? ¿Lo aprendieron de los Mensajeros? Por ahora es difícil asegurarlo, pero no podemos olvidar que la infancia y juventud de María estuvo plagada de tratamientos extraños y alimentaciones peculiares elaboradas por los propios ángeles y que quizá también recibieron Ana y Elizabeth.

Además, debemos recordar que los esenios practicaban baños rituales en bañeras especialmente construidas para ese propósito, costumbre que muy raramente ejercían los judíos comunes. ¿Acaso Ana, Elizabeth y María recibieron baños especialmente preparados para producir sus insólitas concepciones? Sólo el tiempo y mayores investigaciones podrán develar este fascinante misterio. El asunto es que aún en la partenogénesis es necesario un donante de esperma, un padre biológico. Aunque no se produzca el acto sexual. Porque de lo contrario, estaríamos frente a una clonación y las criaturas nacidas serían necesariamente hembras como su madre. ¿Quién o quiénes fueron los padres de estos niños tan peculiares? ¿Dios? ¿Los ángeles? ¿Los Elohim? ¿Los Mensajeros? ¿Los esenios? Por ahora saberlo es prácticamente imposible, pero aún hay gente que recuerda aquel rumor que cundió a fines del siglo XIX en el que Jesús era hijo de un soldado romano o griego, quien habría engañado, violado o simplemente enamorado a María.

¿Era el padre de Jesús un soldado?

Este chisme se corrió a raíz de un libro que escribió Houston Stewart Chamberlain titulado “Los fundamentos del siglo XIX”, donde se cita los nombres con que se conocía a Jesús en el Talmud. Estos son: Yoshua ben Pandera, Yoshua ben Pantera y Yoshua ben-ha Pantera. Si bien las palabras Yoshua ben son totalmente judías y significan “Salvador hijo de…”, Pandera y Pantera no son términos hebreos, por tanto no tienen ningún significado en ese idioma. Ello hizo que los judíos pensaran que se trataba del nombre de algún extranjero. Hubo quienes llegaron a asegurar que era un guerrero ario.

En realidad, es más probable que Pandera o Pantera sean la deformación de la palabra griega Parthenos que quiere decir “virgen”. De modo que Yoshua ben Parthenos significaría en lenguas mezcladas (hebreo y griego) “Jesús hijo de la virgen”, que era la forma como quizá los judíos griegos parlantes se referían a él. Algo parecido encontramos en el Corán. Allí a Jesús se le recuerda como Isa Ibn Maryam (Jesús hijo de María). Lo que era poco común pues a nadie se le nombraba por el nombre materno a menos que se desconociera al padre, que ese fue el caso de Jesús.

viernes, 18 de diciembre de 2009

María era una jovencita y José un anciano




De niña a mujer


Pasaron nueve años para el Protoevangelio y once para el Pseudo Mateo, cuando los sacerdotes empezaron a preocuparse por María. En cualquier momento le llegaría la regla y eso no debía suceder dentro del templo. Por consiguiente comenzaron a pensar seriamente en casarla como se hacía con todas las niñas que en ese lugar se educaban. Hubo una reunión para tratar el tema. No llegando a un acuerdo entre ellos, el sumo sacerdote se pone a rezar preocupado. El Protoevangelio nos dice que entonces un ángel se le aparece a María durante sus plegarias y le aconseja que busque un esposo pidiendo que los viudos del pueblo trajeran unas varas. De la vara del mejor candidato surgiría una señal que haría que todos se den cuenta de que él era el indicado.

Esta escena se parece mucho a una antigua profecía hecha por Isaías, en donde se dice que el Mesías provendría de un “rebrote de la vara de Jese”, padre del rey David. Sin embargo, es muy probable que el episodio de las varas no fuera para nada un hecho histórico real sino un añadido puesto por el autor para subrayar que ya empezaban a producirse señales del advenimiento del Mesías por medio de su futura madre, María.

Una jovencita y un anciano

¿Por qué elegir entre los viudos el esposo de María? Por la sencilla razón que ella había hecho votos de castidad. Por lo tanto, su matrimonio sería una mera apariencia. Si su compañero fuera un hombre bastante mayor podría asumir ese matrimonio como padre protector más que como un esposo. Así, María tenía alrededor de 14 años cuando se casó con un José de 80 y tantos años.

Para varios Padres de la Iglesia, como Hilario, Epifanio y Gregorio Niseno, José ya era un viudo cuando conoció a María. Epifanio aseguraba que José tenía 84 años al volver de Egipto con su familia y que vivió después ello, ocho años más, muriendo a los 92 años. Sin embargo, el apócrifo Historia de José el Carpintero sostiene que en el momento del matrimonio, José tenía ya 90 años y que murió a los 111.

Lo avanzado de la edad parece una exageración, simplemente para referir que fue una persona longeva. Historia de José añade que él era oriundo de Belén, que se dedicaba a la carpintería y que en su primer matrimonio, José tuvo cuatro hijos varones (Judas, Josetos o José, Simón y Santiago) y dos “hembras” (Lisia y Lidia).

Los hermanos de Jesús

Curiosamente, el dato de los hermanos de Jesús se encuentra corroborado en la mismísima Biblia en Mateo 13:55-56 donde, aludiendo a Jesús, leemos con toda claridad:

“¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y los hermanos de él, Santiago y José y Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas con nosotros? ¿Dónde entonces, consiguió este hombre todas estas cosas?”

También se indica la existencia de los hermanos de Jesús en 1 Corintios 9:5, Juan 2:12, Hechos 1:14 y en Galatas 1:19. Los detractores de que el Nazareno tuviera hermanos afirman que la palabra “hermanos” se refiere a hermanos de hermandad religiosa. Pero viendo el contexto de la frase, fácilmente deducimos que se refiere a lazos familiares. Otros, aún más tirados de los pelos aducen que significa “primos hermanos”, pero aquí la palabra griega que se emplea se refiere a hermanos de sangre específicamente. Los protestantes no se hacen problemas y aceptan que Jesús tuviera hermanos. Mirando la historia vemos que Flavio Josefo habla de Santiago como hermano de Jesús.

El historiador Eusebio de Cesárea hace referencia a un primo y a un sobrino de Jesús. Igualmente, orígenes menciona que el apócrifo Evangelio de Pedro decía que José había tenido hijos de su primer matrimonio. En general, todos los apócrifos de la natividad afirman sin rodeos lo mismo. ¿Por qué ocultar que Jesús pertenecía a una familia numerosa y que poseía seis medios hermanos por parte de padre? Quizá porque la consigna era cortar sus raíces familiares lo más posible, para convertirlo en un dios sin afectos humanos.

José rehúsa volver a casarse

Según el Pseudo Mateo, cuando el sumo pontífice fue a recoger las varas para examinarlas en el Santo Santorum del templo (el altar), allí se le aparece un Mensajero quien le asegura que la paloma brotaría de la vara más pequeña, que pertenecía a José. Siendo José muy viejo y no queriendo hacerse cargo de la doncella, no había reclamado su vara. Sin embargo, el sumo sacerdote lo obliga a realizarlo produciéndose, oh maravilla, el milagro.

Si esto hubiera ocurrido en verdad, no sería nada extraño que todo hubiera sido un truco tramado por los sacerdotes para casar a María con uno de los miembros más respetables y, a la vez, más ancianos de la comunidad. No podemos olvidar que hacer trucos de prestidigitación era antes un arte obligado de aprender por los sacerdotes de todas las religiones antiguas. Casándola con José, los sacerdotes se sentirían seguros de que el voto de castidad sería respetado. Bueno, al menos en teoría.

El Protoevangelio prosigue contándonos que el sumo pontífice pone a María bajo la custodia de José, a quien la elección no le hace ninguna gracia. Antes bien refunfuña diciendo:

“Tengo hijos y soy viejo, mientras que ella es una niña, no quisiera ser objeto de risa por parte de los hijos de Israel”


Sin embargo, el sumo sacerdote hace caso omiso de la queja de José y prácticamente lo obliga con amenazas de castigo divino a aceptar a María.

Luego de los esponsales (acto por el cual el novio “compraba” a la novia antes de la boda por una cantidad de dinero o bienes que en este caso debió recibir el templo), José toma sin más remedio a María y la lleva a su casa. Una vez ahí la deja bien resguardada con sus doncellas y se marcha a continuar sus labores.

lunes, 14 de diciembre de 2009

En la crema y nata judía


María y su madre Ana. Pintura de Da Vinci.

María y Buda

Como ya vimos, María (Mariam en hebreo y Miriam en griego, que significa “la elegida”) nace en forma sobrenatural. Era la primera vez que este tipo de nacimiento se le otorgaba a una niña en las escrituras religiosas judías. Cuenta el apócrifo Pseudo Mateo, que la pequeña María da sus primeros pasos cuando apenas tenía seis meses de nacida. Esto nos indica que su autor era un cristiano muy instruido, que sin duda había leído textos budistas, pues la historia de los primeros pasos de María se parece bastante a la leyenda de los famosos tres primeros pasos de Buda al nacer. El apócrifo de Natividad de María continúa relatándonos que la niña María estaba al cuidado sólo de doncellas vírgenes.

En la crema y nata judía

Cuando cumple un año, Joaquín realiza un gran banquete, invitando sacerdotes y escribas del sanedrín, que era algo así como nuestro actual Congreso de la República. Si el padre de María recibía en su casa a personajes tan ilustres en el cumpleaños de su hija, definitivamente debió gozar de una excelente posición en la sociedad judía. Por estos detalles de opulencia podemos corroborar la tesis de que María no fue de ningún modo una niña humilde, como nos han vendido la idea. María en realidad fue la hija de uno de los más importantes, si es que no el principal potentado de Palestina en esos días.

Según el Protoevangelio, cuando la pequeña María alcanza los dos años, Joaquín quiso cumplir la promesa de dedicar su bebé al templo, pero a Ana le pareció prematuro y rogó esperar un año más. Rápidamente corrió el tiempo y, la niñita fue llevada al edificio sagrado que Herodes El Grande lo estaba reconstruyendo. Allá la recibió Zacarías, el sumo sacerdote del templo que era pariente de María.

Educada por ángeles

La niña se adaptó muy bien a su cambio de morada. Un ángel venía para alimentarla todo los días. ¿Acaso los esenios o los propios Mensajeros le estaban proporcionando una dieta especial para mejorarla físicamente con algún propósito definido? Puede que no fuera la única niña que estuviera recibiendo ese trato, pues había otras doncellas criándose también en el templo, pero sí fue la única que pasó a la historia. Además, veremos luego que hay razones para pensar que Zacarías era también un miembro activo de los esenios (quizá de los terapeutas) quienes, a escondidas pudieron aplicarle cierto régimen secreto a María aprovechando que se encontraba bajo la custodia de uno de sus miembros.

El Pseudo Mateo afirma que desde temprana edad María era todo un dechado de virtudes naturales y sobrenaturales. Siendo muy pequeña caminaba perfectamente, hablaba como una persona mayor y era muy disciplinada para aprender las oraciones y las labores manuales. Si algún enfermo lograba tocarla, se sanaba. El misterioso Mensajero que la alimentaba la visitaba sólo por las noches después que ella terminaba sus rezos. Por eso, María no comía lo que le servían en el templo sino que los repartía entre los pobres. Pero además había otros Mensajeros que la visitaban tan solo para charlar, o ¿sería tal vez para instruirla?