martes, 29 de diciembre de 2009

Grupos cristianos herejes




“No puedo probar que... Jesús estuvo casado o que María Magdalena fue la madre de su hijo... Pero sí puedo probar que ...era una herejía ampliamente creída en la Edad Media... y que fue violentamente combatida por la jerarquía de la Iglesia establecida en Roma y que, pese a esa persecución incesante, la herejía de marras ha sobrevivido”.
-Margaret Starbird-

La unidad de la Iglesia no significa conformidad. Hay unidad en la diversidad. La unidad impuesta no es unidad. ... El Espíritu Santo obra a través de todas las culturas y de todas las tradiciones espirituales y sopla “donde quiere”, no es dominio exclusivo de una tradición y nunca lo ha sido.
-Teólogo Matthew Fox-


A continuación demos un vistazo a algunos de los movimientos que en su tiempo fueron considerados heréticos por poner en entredicho los dogmas de fe de la Iglesia Católica, lo que los hizo ser duramente perseguidos.

Adamitas: Según el Génesis, antes de la caída nuestros primeros padres iban desnudos y no se avergonzaban (2:25). En la historia varios grupos llamados adamitas quisieron regresar mediante la desnudez al estado de inocencia originaria. Fueron condenados por herejes. Epifanio y San Agustín los mencionan. De aquí surgió el nudismo actual.
Adopcionistas: Su creador fue el obispo Pablo de Samosata (siglo III). Su tesis esencial es que Jesús no es Dios como sostiene la doctrina ortodoxa, sino que fue un ser humano adoptado (o elegido) por Dios en algún momento de su vida (bautizo). El apócrifo Pastor de Hermas, texto del siglo II muy popular entre los cristianos de la época contiene proposiciones de tinte adopcionista. Esta secta también recibía el nombre de samosatenos, preculsores del arrianismo.
Albigenses: Cátaros. En el siglo XIII, crearon una sociedad llamada Occitania (sur de Francia) donde hablaban su propio lenguaje: el langue doc. Centro de filósofos, trovadores, pacifistas y artistas. Estaban en contra del comercio de reliquias religiosas, muy lucrativo en esa época. Como no aceptaban la autoridad de la Iglesia ortodoxa, se les envió una cruzada y se les lanzó la Santa Inquisición.
Apolinarianistas: Lo creó Apolinar de Laodicea en el siglo IV d.C. Trató de resolver la relación entre los aspectos humano y divino de Jesucristo. Decían que el intelecto de Jesús era divino, llamado Verbo o Logos, cuya existencia es eterna. Mientras que su cuerpo era humano.
Arrianos: Arrio fue su exponente más connotado. El Concilio de Nicea I (siglo IV) se creó para combatirlos. Proponían que el Hijo que se manifestó como Cristo, era un humano extraordinario, pero no era el Creador del Universo.no era Dios, Arrio negó la unidad y la consubstancialidad de las Tres Personas de la Santísima Trinidad.
Basilianos: Seguidores vegetarianos de Basílides (enseñó en Alejandría hacia el 133 d.C.), quienes, según Hipólito, querían amparar su doctrina en el hoy perdido “Evangelio de Basilides” y en un texto egipcio, que más adelante fue catalogado como apócrifo, llamado “Tradiciones de Matías”, escrito supuestamente por el apóstol que reemplazó a Judas Iscariote. Escribe textualmente Hipólito sobre este heresiarca: “Basilides, pues, e Isidoro, su hijo legítimo y discípulo, dicen que Matías les dirigió unos discursos secretos que el escuchó de labios del Salvador, de quien fue adoctrinado privadamente.”
Begardos: Contrapartida masculina de las beguinas. Ambos se desarrollaron en la Europa del siglo XIII y XIV. De espíritu nómada. Algunos eran artesanos, otros mendigos y otros cuidaban enfermos. Fueron sospechosos de albergar ideas heterodoxas, por su vinculación a los hermanos del Espíritu Libre.
Beguinas: Hermandad religiosa de mujeres que hacía votos de castidad, pero no vivían retiradas del mundo. Realizaban labores parecidas a las de los begardos. Se relacionaron con los cátaros.
Bogomilos: De entre las herejías medievales, ésta fue una de las más influyentes. Tenían un dualismo radical. Se asemejó al maniqueísmo. Influyeron en los cátaros. Se desarrolló en los países balcanes, a partir del siglo X. Afirmaban que Cristo fue enviado de Dios para enseñar a la humanidad cómo salvarse de las garras del maligno señor de este mundo, cuyos aliados eran la Iglesia ortodoxa y sus autoridades.
Cainitas: Secta gnóstica del siglo II que los autores cristianos mencionaban con horror. Eran conocidos por su gran liberalidad. Aseguraban que todo estaba al revés en la Biblia. Los malos eran buenos y viceversa. Se consideraban herederos del conocimiento hermético de Caín, quien era su paradigma. Su libro sagrado era el Evangelio de Judas Iscariote, donde se afirmaba que este apóstol era pariente de Jesús, cosa no tan descabellada teniendo en cuenta que varios de los apóstoles eran parte de su familia. También se decía que la traición de Judás fue su misión encomendada, dado su alto nivel de conocimiento. Ciertos vestigios de esta gnosis se conserva aún en las logias masónicas modernas.
Carpocracianos: Secta gnóstica del siglo II que aspiraba a trascender los sentidos mediante la saciedad de los mismos. Afirmaban que era imperativo poner fin a la tiranía de las inhibiciones que nos imponía el mundo, para así huir de la rueda interminable de reencarnaciones. Practicaban un estilo de vida comunitaria y la desnudez sacramental en la iglesia llegando a veces hasta el coito, tipo tantra.
Cerintios: Docetistas fieles a la observancia de la ley judía.
Cátaros: Significa “los puros” en griego. Se llamaban a sí mismos “buenos cristianos”. Fue el movimiento más poderoso de la Edad Media. Dualistas moderados. Creían que los cuerpos de los animales y humanos eran cárceles de seres divinos. Los más avanzados, los “perfecti”, podían ser hombres o mujeres. Grandes divulgadores de leyendas apócrifas al igual que los bogomilos. Tenían especial estima al Libro de Juan. El pueblo los respetaba.
Coliridianos: Grupo de cristianos de los primeros siglos, integrado en su mayor parte por mujeres sacerdotisas. Surgió en Tracia, al oeste del mar Negro y se extendió hasta los límites con Arabia. Adoraban a María como una diosa y le ofrecían un pan especialmente amasado para ella.
Docetistas: Significa “aparentar” en griego. Propugnaban que el cuerpo de Cristo sólo fingía ser humano. Aseguraban que la carne de Jesús estaba hecha de alguna sustancia celestial. Como la materia es vil, es indigno que sirva como vehículo divino, decían. Algunas sectas gnósticas simpatizaban con esta corriente. Sus principales líderes fueron Basílides y Manes.
Ebionitas: Pocos decenios después de la muerte de Jesús, el Partido de Pablo se convirtió en la ortodoxia del cristianismo y entonces quedó como herético el grupo de cristianos judíos que se llamaron ebionitas (los pobres, pues rechazaban las posesiones materiales). Para ellos, Jesús no era Dios. Eran vegetarianos. Leían los apócrifos Evangelio de los Hebreos (una versión más completa de Mateo según san Jerónimo) y el Evangelio de los Doce. Seguían las enseñanzas de Santiago (el hermanastro de Jesús) en su libro apócrifo “Ascensión de Santiago”, en el cual se hablaba mal de Pablo y se decía que era griego. Algunos piensan que los ebionitas eran los “nicolaítas”, mencionados en el Apocalipsis.
Elkesaítas Grupo judeocristiano que existió alrededor del año 100 al este del río Jordán. Como los ebionitas, eran partidarios de que los cristianos observasen todos los preceptos de la ley de Moisés, en contra de la postura de Pablo, cuyos escritos recharon. Ellos tenían su propia escritura, el Libro de Elkesai.
Encratitas: Ascetas que practicaban la abstinencia de comida, bebida y sexo como indicativo de excelencia espiritual. Contrarios al matrimonio.
Eudoxianos: Eran seguidores de Eudoxio, obispo de Constantinopla que había practicado una forma particular de arrianismo.
Eunomianos: También llamados anomeos, eran seguidores de Eunomio, un obispo hereje que afirmaba que Cristo era absolutamente distinto al Padre, e hizo frente común con los arrianos. Su principal enemigo fue san Basilio, arzobispo de Cesárea.
Eutiquianos: Fundada por Eutiques (siglo V), educado en un monasterio de Constantinopla. Su doctrina consistió en la negación absoluta de una naturaleza humana en Jesús, al contrario de la Iglesia oficial que admitía una doble naturaleza (humana y divina) coexistiendo simultáneamente y también al contrario de los arrianos y seguidores, que aún defendían la sola naturaleza humana en Cristo. Para Eutiques, declarado monofisita, Jesús era inicialmente humano, pero luego se había transformado únicamente en una divinidad. Sus ideas fueron tan arduamente defendidas que resultó imposible para la Iglesia erradicar a sus seguidores hasta el día de hoy.
Espíritus Libres: Afirmaban que quienes habían alcanzado la perfección espiritual y renunciado a las posesiones materiales quedaban por encima de todas las leyes y podrían hacer lo que quisieran sin pecar pues estaban más allá del bien y el mal. Se dice que los pintores el Bosco y los dos Breughel pertenecían a este grupo. Algo así, como la máxima paulista “Todo es puro para los puros”.
Flagelantes: Durante la peste negra que sufrió Europa en el siglo XIV, proliferaron por las calles procesiones de flagelantes que oficiaban públicamente la ceremonia de fustigación. Hombres, mujeres y niños desnudaban sus espaldas y se ofrecían a los golpes de cadenas y palos (a veces con púas) para quedar cubiertos de sangre como una especie de bautismo para apaciguar la cólera de Dios. Inicialmente, la jerarquía eclesiástica no aprobó esta conducta, pero luego fue aceptada la “disciplina de los azotes” para expulsar demonios e inducir el progreso espiritual. Rasputín perteneció a un grupo de flagelantes llamado los Khlysty.
Fotinianos: Era una vertiente sabeliana defendida por un tal obispo Fotino en el siglo IV. Semi-arrianistas.
Fraticelli: Fueron los franciscanos rebeldes que no se plegaron al poder del papa. Monjes cristianos italianos de la Edad Media que hacían votos rigurosos de pobreza y afirmaban que la Iglesia católica estaba corrupta. La Inquisición los persiguió duramente.
Gnósticos: Había innumerables vertientes. Pero, en general se basaban en las ideas griegas (sobre todo neoplatónicas) y judías entrelazadas con la tradición egipcia y cristiana. Pensaban que Dios había creado el universo, pero que un ser malévolo había inventado este mundo. Negaban el Antiguo Testamento. Místicos y simbólicos. Tenían una forma particular de entender el cristianismo. No creían en los sacramentos católicos. Más importante que la fe era la gnosis (Sophia) que disipaba la ignorancia de la existencia. En ese sentido se parecían a los budistas. Los gnósticos sostenían que no se requería de intermediarios para experimentar a Dios. El descubrimiento de uno mismo era divino, decían, ya que un ser superior se encontraba escondido en la guarida de nuestra psique y había que descubrirlo. Lo ideal no era ser un buen cristiano, sino llegar a ser un Cristo. El cristianismo, si bien tildó a este movimiento de herejía, bebió en enorme medida de su fuente. Los gnósticos proliferaron durante el siglo II d.C. sin embargo, fueron duramente perseguidos hasta desaparecer en el siglo V. Tenemos famosos gnósticos como: Basílides, Valentín y Marción. El interés obsesivo por la naturaleza del yo que padeció el siglo XX volvió a originar una gran curiosidad hacia la gnosis. Por eso, el psicólogo Carl Gustav Jung simpatizó grandemente con esta corriente de pensamiento. El poeta gnóstico William Blake del siglo XIX se adelantó a su época.
Homoianos: Tendencia fundada por Acacio, obispo de Cesárea (siglo IV). Tratando de conciliar la disputa entre católicos y arrianos decían que la naturaleza de Dios Padre e Hijo no eran accesibles al entendimiento humano.
Isochristis: Seguidores de las ideas de Orígenes en el siglo VI. Creían en la restauración final, es decir, que en último término todas las almas se salvarían y llegarían a ser como la de Cristo.
Macedonios: Nace con Macedonio, obispo de Constantinopla. Negaba la divinidad del Espíritu Santo, sosteniendo que era una simple criatura semejante a los ángeles, aunque de naturaleza superior.
• Maniqueístas: Creado por Manes en el siglo III. Llegó a ser una secta muy poderosa. Dualistas radicales. Se oponían al concepto de Sagrada Trinidad. Sus ideas fueron una fusión de gnosis (especialmente de Marción) y Zoroastro. Su libro preferido era el Evangelio de Tomás.
Marcionistas: Aparece con el gnóstico Marción (siglo II). Sostenían que habían dos dioses antagónicos: uno del Antiguo Testamento y otro del Nuevo. Leían el apócrifo Evangelio de Pedro, que muy rápidamente fue considerado herético porque aclaraba que “los hermanos de Jesús eran hijos de José, habidos de una primera mujer que convivió con éste antes de María”. También tenían el Evangelio de Marción, donde se expurgaba al máximo todo elemento judío, quedando prácticamente reducido a un Evangelio de Lucas mutilado más las diez primeras epístolas de Pablo. Su docetismo exagerado hacía ver a Jesús como si hubiera caído directamente del cielo a la sinagoga de Cafarnaúm.
Marcosianos: Grupo que adoraba a María como si fuera una diosa. Practicaban el matrimonio sagrado y le dedicaban ritos de carácter sexual, es decir tántricos. Estaba liderado por mujeres.
Mesalianos: De la palabra siríaca que significa “gente que reza”. De tendencia gnóstica. Nace en Oriente en el siglo IV. Daban gran importancia a las visiones privadas y rechazo a los sacramentos. Fueron acusados de inmoralidad y sus monasterios incendiados. Se los considera antecedentes de los bogomilos.
Modalistas: ¿Cómo Dios puede ser uno y tres a la vez? Según los modalistas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no son personas diferentes, sino sólo nombres distintos de la única Persona divina. Al comienzo fueron considerados herejes, pero luego la Iglesia absorbió sus ideas.
Monofisitas: Se remitían al obispo Cirilo de Alejandría (siglo V). Afirmaban que Cristo tenía sólo una naturaleza y era la divina.
Monotelitas: Si bien Cristo constaba de dos naturalezas, tenía una sola voluntad: la divina o Verbo, careciendo de voluntad su parte humana. Fueron condenados en el III Concilio de Constantinopla (siglo VII).
Montanistas: Nace a partir del siglo II. Ascéticos severos. Creían que el Espíritu Santo seguía en actividad terrenal. Entraban en trance y hablaban en lenguas. Es el origen de los carismáticos y pentecostales modernos.
Naasenos: Corriente gnóstica que abogaba por la supresión de las diferencias sexuales. Estaban en contra del matrimonio y condenaban la natural atracción entre sexos opuestos. Leían el Evangelio de los Egipcios, así lo testifica Hipólito.
Nazarenos: Al comienzo a los primeros cristianos se les llamaba nazarenos. Jesús fue nazareno, al igual que Juan Bautista. Habías dos tipos de votos nazarenos: el transitorio y el de nacimiento. Después de la muerte de Jesús, convergió con el grupo judaizante de los ebionitas. Resurge en el siglo IV para rescatar el espíritu prístino del cristianismo inicial, pero cuyas ideas resultaron mas bien una reactualización del ebionismo vegetariano. Por eso el san Atanasio, patriarca de la iglesia de Alejandría, propuso como alternativa, la creación del “monacato” como una forma de volver a la austeridad de los cristianos primitivos. Los nazarenos decían que Jesús había adoptado como padre a Jehová y como madre al Espíritu Santo. Los Padres de la Iglesia, San Jerónimo y Teodoreto de Cirense los mencionan todavía en el siglo V.
Nestorianos: Aparece con Nestorio, patriarca de Constantinopla (siglo V). Su doctrina aseguraba que en Jesús había dos personas, la divina y la humana, pero de modo distinto al enfoque de la Iglesia oficial pues éstas no coexistían sino que se intercalaban, y además negaba que la Virgen María fuera la madre de la parte divina de Jesús. Entre los libros de consulta de esta secta estaba el Evangelio Armenio de la Infancia, uno de los pocos apócrifos que se conservan completos aún.
Ofitas: Grupo gnóstico que adoraba a la serpiente como portadora de conocimiento y que fue quien abrió los ojos a Eva, quien después le enseñó a Adán. Los ofitas aseguraban que esta existencia era una cárcel de la que debíamos escapar. Además, tenían la leyenda que la trasgresión de Eva consistió en un pecado sexual cometido entre ella y la serpiente.
Osaenos: Grupo que adoraba a María como si fuera una diosa. Practicaban el matrimonio sagrado y le dedicaban ritos de carácter sexual, es decir tántricos. Estaba liderado por mujeres.
Paulicianos: Un tipo de adopcionismo dualista que surgió en el Asia Menor del siglo IX. No creían en la virginidad de María ni veneraban la cruz, la cual como sorna utilizaban como objeto de labranza.
Pelagianos: El monje bretón Pelagio (siglo V) mantuvo acaloradas disputas con San Agustín y San Jerónimo. Negaba la existencia del estado de gracia y negaba el pecado original. No aceptaban los sacramentos. El bautizo era un acto de responsabilidad individual. Por eso, no se bautizaba a niños. La misa de difuntos carecía de valor, la confesión se la hacían entre ellos y el matrimonio era simplemente un consentimiento mutuo. Negaban el Antiguo Testamento.
Pneumatomacos: Eran arrianos moderados que negaban solamente la consubstancialidad del Padre y del Hijo (no tienen la misma sustancia).
Priscilianos: Prisciliano en el siglo IV negaba los misterios de la Encarnación y de la Trinidad. Murió decapitado por ser “hereje”. En su secta se valían de un texto que fue considerado apócrifo, llamado “Memoria de los Apóstoles”, de contenido dualista y, por tanto, de inspiración maniquea. Relacionaba el cristianismo con la astrología. Ensalzaba el valor de la pobreza frente a la acumulación de riquezas de la Iglesia.
Sabelianos: Fundado por un obispo romano de nombre Sabelio (siglo III). Se oponía al concepto del Sagrada Trinidad, que iba imponiéndose a pesar que era una idea pagano-indo-aria. Luego Fotino en el siglo IV la retoma, quien no reconocía a Jesús como Hijo de Dios.
Simonistas: Corriente gnóstica liderada por Simón el Mago. Tenían la magia como profesión y llevaban como distingo collares de hilos morados y rosados en señal de pacto con las entidades sutiles que les otorgaban sus presuntas facultades paranormales. Su libro sagrado era el apócrifo Evangelio de los Cuatro Rincones y Quicios del Mundo, hoy desaparecido.
Templarios: Nacieron en el siglo XII para defender a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén, de los musulmanes. Grandes buscadores de reliquias cristianas. Estos monjes-guerreros se caracterizaban por llevar una túnica blanca con una gran cruz roja en el pecho. Hacían votos de castidad y pobreza personal, pero la Orden sí podía poseer propiedades y dinero. Acumularon tantas riquezas, al punto que se convirtieron en los primeros banqueros de la historia. El rey francés Felipe el Hermoso en complot con el Papa Clemente V lucharon contra ellos hasta destruirlos y quitarles sus pertenencias. Los templarios simpatizaron con las ideas gnósticas. Como rito de iniciación debían escupir a un crucifijo, pues era considerado un símbolo de tortura y sufrimiento.
Valdenses: Una de las herejías más duraderas del cristianismo. Se ha mantenido más de 800 años. Creado por Valdo (siglo XII). Preparó el advenimiento de la Reforma protestante.

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