jueves, 27 de mayo de 2010

El arte y los apócrifos 5




La pintura se llama. "Cristo desciende a los infiernos". La hizo el pintor Jaime Serra en el siglo XII. Actualmente se halla en el Museo de Zaragoza, España.

Se observa a Jesús, después de su Anastasis (resurrección en griego) bajando a los infiernos a rescatar almas, tal como lo describen los escritos apócrifos de la pasión.

Ojo, hay varias versiones de Jesús en el averno... voy a ver si las pongo todas...

miércoles, 26 de mayo de 2010

El arte y los apócrifos 4



La pintura se llama: "La Muerte de la Virgen" de Caravaggio data de inicios del siglo XV. Hoy se encuentra en el Museo de Louvre.

Otra escena que no figura en la Biblia canónica. ¿De dónde la sacó Caravaggio?

martes, 25 de mayo de 2010

El arte y los apócrifos 3




La obra pictórica se llama "Virgen Niña con San Joaquín y Santa Ana"...

Se halla en La ermita del Pópul que está situada a 3,4 km. de Jávea (Provincia de Alicante, España). En su interior se encuentra el deteriorado lienzo del siglo XVII.

Ojo, los padres de la Virgen María (Joaquín y Ana) nunca son mencionados en la Biblia canónica.

El arte y los apócrifos 2



Aquí, la Asunción de María del pintor B.E. Murillo (siglo XV)

Desde Botticini, Carraci, Corregio, Diez Ferreras, Gil de Mena, El Greco, Mantegna, Poussin, Rubens, Terenzi hasta Tintoretto, Tiziano y Valdés Leal, también pintaron esta escena apócrifa.

Quien me diga en que parte de la Biblia canónica figura la asunción de María, se gana una 4X4.

lunes, 24 de mayo de 2010

El arte y los evangelios apócrifos



Leonardo y los apócrifos


A continuación voy a empezar a postear obras de arte que filtran información de los escritos apócrifos. Comencemos con el inigualable Leonardo Da Vinci y su obra "La Virgen, Santa Ana y el Niño"...

Santa Ana es la madre de María. Esa información solo figura en los apócrifos. ¿Cómo lo supo Leonardo? ¿Cómo se enteró?

Definitivamente, la literatura apócrifa era leída a escondidas de los ojos críticos de la Iglesia Católica.

jueves, 20 de mayo de 2010

Fin de los Años perdidos de Jesús



De vuelta a casa

¿Qué edad tenía Jesús al volver a Palestina? Para saber esto primero diremos que no es verdad que Jesús tuviera 30 años exactos al comenzar su prédica. La única referencia al respecto en los evangelios es la que hace Lucas (3:23) diciendo lo siguiente:

“...Además, Jesús mismo, cuando comenzó, era como de treinta años...”,

Es decir, que estaba dentro de la década de los treinta. Cuando Jesús regresa, su primo Juan ya había empezado su ministerio. Lo que ocurrió según Lucas (3:1-3) en el año decimoquinto del reinado de Tiberio César. El año decimoquinto del emperador abarcó desde el 17 de agosto del año 28 de nuestra era en el calendario gregoriano hasta el 16 de agosto del año 29 de nuestra era Por tanto, si Jesús nació en el año 7 a.C. del calendario gregoriano, tenemos que debió tener unos 34 años cuando volvió a su tierra con su madre. Por entonces, hacía ya dos años que Pilatos había sido nombrado quinto gobernador de Judea.

Si Jesús tenía 34 años al volver a su patria, vemos que invirtió 20 años de su vida en viajar y aprender. Es muy probable que tres cuartos de este tiempo los usara en su viaje de ida (15 años aproximadamente) y sólo un cuarto (alrededor de cinco años) en retornar, pues de ida habría aprovechado para estudiar los escritos sagrados. Para entonces María, 15 años mayor que Jesús, contaría con unos 49 años de edad y sus sandalias estarían cubiertas del polvo de mil caminos recorridos junto con su hijo querido.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 14



Hacia la tierra del sol naciente

De la China, Jesús y María debieron continuar por la ruta de las especias que iba por el norte de China (Loyang) hasta Cantón (China sur) y de allí, vía embarcación habrían alcanzado nada menos que el Japón (antigua Cipango). Aquí sí hay evidencias. Desde 1931 se vienen encontrando una serie de pruebas acerca de la presencia de hebreos primitivos en Japón, específicamente en un pueblo al norte de esta isla llamado Ibaraki, palabra que parece una deformación de Heber, es decir hebreo. Lo interesante es que allí mismo se descubrieron documentos escritos en hebreo que relatan la vida de un sujeto muy semejante a Jesús.

Lo mismo pasa en el pueblo llamado Mimbi Mura, donde los japoneses aún bailan danzas netamente hebraicas y en Towadako, donde se encontraron pirámides con escritura hebraica. Igualmente, en la isla cercana de Hokkaido, los pobladores son una raza en vías de extinción: los Ainus, que son de tipo semítico, barba espesa y con una serie de costumbres hebreas.

En dichos lugares, además, se han encontrado piedras y tablas de madera con fragmentos de la Toráh, lo que reafirma la enorme posibilidad de que existiera allí una importante colonia hebrea y por tanto, que Jesús y María la hubieran visitado en su largo peregrinar a través de oriente.

¿Qué es el Shintoísmo?

Quizá Jesús y su madre no sólo encontraron en Japón la colonia hebrea más oriental del mundo de entonces, sino que también debieron beber de su filosofía, como en todos los otros lugares que, presumimos, visitaron. Allí se practicaba el Shintoismo, es decir el Shin Tao o Kami-No Michi (Camino de los Dioses). Los especialistas no se ponen de acuerdo en cuanto a su antigüedad, creyendo algunos que sería coetánea con el zoroastrismo, budismo y confucionismo, mientras que otros piensan que se trataría de una doctrina mucho más antigua.

Sus libros sagrados son el Ko-Ji-Ki (Memoria de Antiguos Sucesos, de alto contenido erótico) y el Nihon-Gi (Crónicas del Japón). Sus autores son desconocidos, lo que aboga en favor de la tesis de su antigüedad, pero se sabe que fueron escritos por orden de la realeza. Otros dos libros del shintoismo son el Yengi-Shi-Ki (Sobre los Cultos) y el Manyo-Shiu (Poemas). En esta religión la divinidad es Kami (Superior), pero hay 800 mil dioses más que completan la corte divina japonesa. El Shintoismo enseña que los dioses establecieron entre ellos una dinastía divina llamada Mikado enviando al nieto de la diosa Ama-Terasu (diosa-sol) a las tierras niponas para que las gobernara.

Lo que aprendió y lo que objetó

Jesús debió compartir con el shintoismo:

• La ausencia de la idolatría.
• El valor místico de la pureza.
• La reverencia por el arte y lo hermoso como parte de la religión. La belleza como puerta al espíritu.
• El aprecio por la lealtad, por la honestidad, por la rectitud y un alto sentido del honor.
• El sentido de lo armonioso y delicado.

No obstante, debió rebatir:

• Su alucinante politeísmo.
• El exceso de nacionalismo.
• El descuido del individuo como persona.
• La desvalorización de la gente.

Su atrevida soberbia (que competía con la hebrea, sin duda) al creerse una nación divina.

Los años perdidos de Jesús 13



En el camino del Tao

Sin embargo, el confucionismo no era lo único interesante que Jesús y María pudieron encontrar en las ancestrales tierras de Catay. También gozaba de gran acogida el Taoísmo o filosofía del Tao (camino). Casi un siglo más antiguo que el confucionismo. Su fundador fue Lao-Tse, de quien poco se sabe históricamente hablando. Se supone que nació en Honan (China central) y cuenta la leyenda que siendo muy longevo, llegó a conocerse con Confucio, quien lo visitó en su vejez.

Había discrepancias entre ellos. Confucio quería una reforma social (como hombre pobre que había sido) y Lao Tse proponía una reforma interior e individual. A pedido de sus discípulos, Lao Tse consintió en escribir el pequeño Tao Te King (Tratado del Tao), libro que se ha vuelto mundialmente famoso.

¿Qué pudo aprender de Lao-Tse?


• La renuncia a las retribuciones de cualquier tipo, que los taoístas llamaron bondad superior y que se explica a través de frases como: “...Paga agravio con bondad. Y para quienes no lo son, también soy bueno. Y así todos concluyen siendo buenos. Para quienes son sinceros conmigo, soy sincero, y para quienes no lo son, también soy sincero, y así todos concluyen siendo sinceros”.....”Recompensa los agravios con bondades”.
• La profunda humildad del taoísmo y la íntima relación del humano con el Ser Supremo.
• Curiosamente Jesús simpatizó con el desprecio que los taoístas tienen a la ciencia.

No obstante, ¿qué rehusó de esta corriente filosófica?

• La evasión del mundo.
• La pasividad que se confunde con inactividad.
• La indiferencia ante los males sociales.
• La excesiva humildad convertida en auto-desprecio.

Los años perdidos de Jesús 12


Manual del buen ciudadano

Lo que debió impresionar a Jesús de esta filosofía, que es considerada una religión “socialista y cívica”, debió ser:

• Su alta moralidad reflejada en pensamientos como “...ellos sacrifican su vida por conservar íntegras sus virtudes”,
• El alta estima de la voluntad reflejada en frases como “...El jefe de tropas puede ser arrancado de ellos, mas la voluntad de un hombre aunque sea vulgar, no puede ser arrancada de él”.
• La necesidad de predicar la virtud con el ejemplo.
• El sometimiento absoluto a las autoridades divinas, que se nota en máximas como “....Sin aceptar las órdenes del cielo es imposible ser un hombre superior” o como “Paga injurias con justicia y bondad con bondad”.
• Los ideales netamente socialistas en beneficio de toda la humanidad.
• Los tres principios sagrados: sabiduría, benevolencia y fortaleza.
• Reglas como la llamada de Oro o de Reciprocidad: “¿Hay alguna palabra que pueda servir como regla de conducta para toda la vida del hombre? ¿No es reciprocidad esta palabra? Lo que tú no quieras para ti mismo, no lo hagas a los otros”.
• Alentar el cumplimiento de los deberes y obligaciones sociales.

¿Qué cosas rechazó Jesús de Confucio? Sobre todo, el culto a los antepasados, su politeísmo donde la deidad máxima era el Regidor Supremo, el segregacionismo hacia la mujer y el exceso de supersticiones frente a los fenómenos naturales.

Los años perdidos de Jesús 11


Continuar

Un par de años habría permanecido Jesús en las tierras de los Himalayas para luego abandonar Nepal, siempre en compañía de su madre. En cuanto a las tradiciones ahmadiyyas, aquí terminan. Nada más nos dicen sobre su viaje. Después viene, según ellos, el regreso a Palestina, donde sufrió la muerte por crucifixión. Sin embargo, hay razones para pensar que su peregrinación no quedó allí, sino que continuó hacia el este, antes de volver a su tierra natal.

No sabemos si Jesús y María se encontraron con muchos hebreos en oriente, pero continuaron buscándolos cada vez más lejos. No podían volver atrás para quedarse porque en cada lugar donde habían estado se convertían en una amenaza política y la ley los perseguía. Asimismo, da la impresión que poco a poco surgía en la mística pareja una nueva motivación para proseguir el camino hacia “la brillante luz de oriente”. Empezaron a sentirse seducidos por el conocimiento de las múltiples filosofías. Al parecer, la sed de sabiduría universal fue creciendo y dejando en un segundo plano la necesidad de encontrar al resto de Israel, las ovejas perdidas.

Por la ruta de la seda

De ser correcto esto, habrían proseguido hasta alcanzar la China (antigua Catay) utilizando las rutas comerciales que conectaban Taxia-Bamian-Bactres en subida hacia el norte para de este modo empatar con la popular “ruta de la seda”, la que mil años después siguió Marco Polo, pasando por la ciudad de Khotan (Mongolia) hasta la ciudad de Loyang (en la actual China). Dicha ruta no se hacía ni a caballo ni carreta: se hacía en camello.

Nada sabemos de la estancia de ellos en la China, no existen crónicas sobre ello, pero deducimos que estuvieron allí por sus enseñanzas posteriores y por otros motivos indirectos. El más importante es quizá que después encontramos sólidas evidencias de que ambos alcanzaron tierras más lejanas aún hacia el este, lo que iremos viendo poco a poco. ¿Qué pensamientos pudo rescatar Jesús en estas tierras?

Confucio, el profesor sabio

En esos tiempos, existía en China un gran despliegue del confucianismo, filosofía que curiosamente también surge al mismo tiempo que el budismo y el zoroastrismo. ¿Qué factores fueron los que determinaron la aparición de tantas corrientes de pensamiento importantes durante el siglo VI a.C.? Probablemente la respuesta está en el cosmopolita intercambio cultural entre los grandes imperios mundiales de esa época (toda Asia, gran parte del África y parte de Europa), a un nivel que hacía miles de años que no se daba. Definitivamente el acceso a mayor cantidad de información genera un fermento que permite la elaboración de filosofías más elaboradas.

Confucio nació en Shantung y fue el menor de 11 hermanos. Su padre murió cuando él tenía apenas tres años y por tanto, tuvo que trabajar muy duro desde niño. Se casó a los 19 años para tener sólo un hijo. Era profesor de escuela y en su plantel enseñaba todas las materias. A los 51 años fue nombrado gobernador, llegando en breve a ser Juez Supremo. Pero la política lo desilusionó y optó por renunciar a su puesto para convertirse en predicador ambulante a los 55 años de edad. En esa época escribió seis tratados que hoy por hoy se conocen como los clásicos confucianos siendo estos: el Shu King (Tratado de Historia), el Shi King (Tratado de la Poesía), el I-King (Tratado de los Cambios), el Li King (Tratado de los Retos), Primavera y Otoño e Historia Local.

martes, 18 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 10


Lo que no admitió de Buda

• La idea de que la vida es en sí misma puro sufrimiento.
• Dios es inalcanzable.
• La materia no puede ni debe modificarse por el poder de la fe.
• La única forma de escapar de las penalidades del mundo es por medio de la meditación.
• La condena de todos los sentimientos, hasta de los más sublimes.
• El rechazo del amor.
• Su ateísmo implícito (¿Quién ha visto nunca a Brahma cara a cara?).
• La lenta corrupción del budismo encaminada a una idolatría camuflada.
• La falta de amor a uno mismo (arranca el amor de ti, como un loto de otoño, con la mano).
. Sentirse ausente en la vida.
• La existencia es de por sí miserable (un mal necesario).
• Su sistema altamente represivo.

Instruyéndose como mago budista

Los budistas que habitan los Himalayas son los de tendencia Mahayanica y su doctrina dista bastante del budismo original. Ellos habían fusionado su filosofía con la práctica de la alta y ancestral magia Bon Po. Allí Jesús aprendió diversas técnicas:

- el Pranayama (energetización por medio de la respiración),
- el Lung-Gom (la carrera sin descanso ni comida),
- el Tum-Mo (calentarse en el hielo sin necesidad de encender fuego),
- el Tulpa (la materialización de objetos orgánicos e inorgánicos como pescados o panes),
- la Danza Chod (invocación a los demonios o espíritus de la naturaleza),
- el Trongjug (manejo del clima como en la tormenta que sorprende a los apóstoles cuando Jesús dormía),
- el Tulku (o técnica de la resurrección),
- el Po-Wa (telepatía e ilusionismo),
- la Vajrayana (bilocación, levitación o transferencia corporal)
- la doctrina tántrica de reciclamiento de la energía sexual.

Como vemos, la mayor parte de sus capacidades prodigiosas Jesús las desarrolló entre los budistas quienes también podían hacer lo mismo que él hizo delante de los palestinos. Por esta razón Jesús dijo a sus apóstoles:

“Todo lo que yo hago vosotros también lo podéis hacer”

Los años perdidos de Jesús 9


A los pies de Buda

El budismo surgió como movimiento paralelo al zoroastrismo y al jainismo. Su fundador fue el conocido príncipe Siddharta Gautama, hijo único de un Rajá del clan Sakya, en la ciudad de Kapilavastu, India. A los 19 años de edad, Siddharta se casó con una princesa y no tuvo hijos con ella sino hasta 10 años después. A los 29 se dio su célebre experiencia de los cuatro encuentros: un viejo, un enfermo, un muerto y un asceta. Impresionado con lo que ha visto, abandona a su esposa, a su hijo recién nacido y toda su herencia.

Entonces se hace monje y empieza a especular sobre la solución de los problemas universales y la relación del hombre con el ser supremo. Tal cosa no le reportó los resultados esperados empujándole a probar esta vez las privaciones corporales, lo que tampoco funcionó. No es sino hasta los 35 años que Siddharta recibe la iluminación de las “Cuatro Nobles Verdades”:

1. Vivir es sufrir (Dukkha),
2. El deseo provoca sufrimiento (Samaduya),
3. El sufrimiento cesa al suprimir el deseo (Nirodha), y
4. La liberación se puede lograr viviendo con moderación de acuerdo al noble camino octuple (Magga): el de la verdadera fe, el de la aspiración, el de la palabra, el de la acción, el de la vida, el del esfuerzo, el del pensamiento y el de la concentración.

Después de llegar a estas profundas conclusiones, Siddharta toma el sobrenombre de Buda o el que está despierto.

Más tarde el budismo se bifurcó en dos: Hinayanico (del vehículo menor), que trató de mantener el budismo primitivo y el Mahayanico (del vehículo mayor), que hizo de Buda un ser divino, un avatar reencarnado. Los libros sagrados del budismo están recopilados en el Tripitaka o Tres Cestos de la Sabiduría y son: el Vinaya Pitaka (cesto de la disciplina), el Sutta Pitaka (cesto de la enseñanza o discursos de Buda) y el Abhidhamma Pitaka (cesto de la suma doctrina metafísica). Todos escritos en pali, son textos cuatro veces más extensos que la Biblia.

¿Qué aprendió de Buda?

• A proclamar “soy la verdad”.
• A darse cuenta que el cielo está dentro de uno mismo.
• A detectar que es el egoísmo la causa de la miseria humana.
• El papel de la moral en la auto-realización.
• El ideal de liberar el alma de sus ligaduras terrenas.
• El servicio desinteresado y la actitud misionera.
• La renuncia de la propia felicidad por el bienestar del mundo.
• La prédica de la compasión al mundo.
• El uso de parábolas para enseñar. Recordemos por ejemplo, la parábola que Jesús cuenta sobre el día del juicio donde reclama que no se le dio de comer ni de beber. Tal cuento figura también entre los budistas y está protagonizado por Yama (rey del infierno) quien manda a sus emisarios al mundo para probar a los humanos. Otra parábola budista es la parábola del buen sembrador.
• Principios como “abandona hijos, riquezas y parientes (y sígueme)”. O aquel otro de que el pecado está en la mente y en el espíritu, pues los budistas dicen: “Es bueno domar el espíritu, que es difícil de refrenar y voladero. La domesticación del espíritu trae felicidad”.
• Podemos incluir frases heredadas del budismo por Jesús: “Un hombre no se convierte en Brahmán por su familia o nacimiento. El que posee la verdad o la rectitud, ese es bendito, ese es un brahmán. ¡Oh, necio! Dentro de ti hay despojos, pero lo exterior lo muestras limpio”.

En su polémico libro “Desilusión de un Sacerdote”, Franz Griese cita el discurso de Buda a sus discípulos como prueba que Jesús adaptaba las enseñanzas de este místico para sus prédicas y los compara de esta manera:

Budismo y Cristianismo

“Id, discípulos y caminad en salvación de mucha gente.”(Mahavanga)----“Id y predicad diciendo: el reino del cielo se ha acercado”
(Mateo 10:7)
“Id de dos en dos por el mismo camino, predicad discípulos, la doctrina.”(Mahavanga)---- “...los mando de dos en dos... (Marcos 6:7)
“...no pidáis nada por ello.”(Mahavanga)---- “Gratis habéis recibido, gratis dad”. (Mateo 10:8)
“Hostilidades y persecuciones amenazan a los adeptos y los predicadores de la ley.”(Mahavanga)---- “ ...os entregaran a los juzgados y en sus sinagogas os azotarán” (Mateo 10:17)
“Si alguno de ellos es atacado a pedradas, bastones, lanzas, insultos y amenazas, que lo soporte todo pacientemente, recordándome a mí”(Mahavanga) ---- “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
(Mateo 10:22)
“Yo dispersaré a los asaltantes y ayudaré a la que prédica, consiguiéndola de manera maravillosa”. (Mahavanga) ---- “No resistáis al que es malo, antes a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra”. (Mateo 5:38)

Los años perdidos de Jesús 8


La técnica para resucitar muertos

Según los ahmadiyyas, Jesús condenó el segregacionismo e idolatría brahmánica, proclamando la igualdad y el monoteísmo entre las gentes humildes de la India. Por esta razón, los brahmanes quisieron matarlo, pero los sudras, simpatizantes de las ideas socialistas de Jesús lo salvaron y lo ayudaron a huir de Jaganath, por la noche, rumbo a los Himalayas.

Allí, Jesús habría aprendido la lengua Pali (lengua parecida al sánscrito) y habría leído los famosos Sutras de Patanjali, el “Tratado de los poderes mágicos”. Además en ese lugar Isa debió aprender el budismo y la temible magia Bon Po, tan vieja como la cordillera del Himalaya, magia que antes había aprendido el célebre mago-santón Milarepa conocido sobre todo por su capacidad de resucitar a los muertos.

lunes, 17 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 7




La vieja sapiencia de Brahma

El brahmanismo es la religión más antigua de la India, datando por lo menos del año 1,500 a.C. Se basa sobre todo en los cuatro Vedas (Sabidurías), escritos en sánscrito: Rig Veda (los salmos), Yajur Veda (las sagradas fórmulas), Sama Veda (los cantos) y Atharva Veda (los hechizos). El más importante y antiguo de estos cuatro libros es el Rig Veda, que presumiblemente es el documento escrito más viejo del mundo. Es un extenso volumen, cinco veces mayor que los salmos bíblicos.

Posteriormente, dentro de la religión brahmánica apareció más literatura como los Brahmanes, libros que basan la salvación en rituales y fueron escritos cerca del 800 a.C. Después llegaron los 13 Upanishads, textos que sostienen que una persona se puede salvar filosofando sobre la naturaleza de Dios, se redactaron entre el 800 y el 600 a.C. Más adelante se escriben las Leyes de Manu, que basan la salvación en el respeto a las leyes sociales y fueron escritas por el año 250 a.C.

Finalmente aparece el famoso Bhagavaad Gita, texto en donde aparece Dios encarnado en un ser humano, con todas las características de un Mesías, sólo que ellos lo llaman Avatar. A esto le siguen las epopeyas Maha Bharata y Ramayana, y los 18 Puranas o Cuentos Antiguos, cuyos relatos heroicos provienen de arcaicas tradiciones orales y se parecen bastante a las historias bíblicas y a la mitología griega. Su tema central es la devoción, siendo escritos cerca del año 1 de nuestra era, es decir cuando Jesús ya tenía 7 años. Así, siguiendo la cronología de la literatura brahmánica podemos advertir cómo evolucionó la doctrina de ellos a lo largo de dos mil años.

Jesús y Krisna, tal para cual

Entre los brahmanes Jesús (Isa) y su madre habrían vivido seis años, moviéndose entre las ciudades de Jagannath, Rajagniha y Benares, que si calculamos el trayecto en términos relativos de kilómetros pudo durar entre 8 ó 10 años. Así, Jesús podría haber tenido unos 21 ó 23 años al fin de esta travesía.

Entre los brahmanes Jesús habría aprendido:


• El arte de mantralizar (manejo de las vibraciones de la voz).
• Saber exorcizar, que le serviría mucho de vuelta a Palestina.
• La idea de que el hombre y Dios (Brahma) pueden fusionarse y hacerse una sola cosa como fin máximo de la existencia.
• Numerosas leyes del código de Manu debieron impactar profundamente a Jesús, como aquella que dice: “Debes soportar con paciencia las palabras injuriosas, no desprecies a nadie y no guardes rencor a nadie. Que si te injurian responde dulcemente”.

Además, la influencia del Bhagavad Ghita en Jesús es innegable:

• La idea de una deidad encarnada (Avatar) en un hombre se desliza en las prédicas de Jesús pareciéndose mucho a Krishna, quien debió ser una especie de modelo para el Nazareno.
• En dicho texto, Krishna dice que ha encarnado en un ser humano “para proteger a los seres humanos buenos, para acabar con los malvados y para restablecer la piedad”.
• También afirma: “Aquel que me ame vive en mí, cualquiera que sea el curso de su vida. Aquellos que me aman están en mí y yo en ellos. Esté bien seguro el que me ame que no perecerá”. La semejanza con el estilo de hablar de Jesús es absoluta e innegable.
• En cierta medida, Jesús y Krisna parecen dos gotas de agua.

Otra cosa que seguramente hizo Jesús durante su estancia en la India fue estudiar el arte del Hatha Yoga (dominio del cuerpo) y del Pranayama (técnica de respiración), de donde más tarde derivó el faquirismo, que le serviría después para poder soportar los intensos sufrimientos físicos que le serían infringidos. Asimismo, él fusionó en uno solo lo que los brahmanes tenían como tres caminos separados de salvación: el Jnana-Marga (camino del saber), el Bhakti-Marga (camino de la fe o devoción) y el Karma-Marga (camino de las obras piadosas). Allí debió aprender que la ignorancia es el peor mal de los hombres y mujeres.

Lo que le disgustó del Brahmanismo


Los problemas sobrevinieron cuando Isa (Jesús) empezó a predicar en contra de la doctrina brahmánica de las castas (dividida en brahmanes o señores, ksatriyas o guerreros, vaisias o mercaderes y sudras o siervos). Como se sabe, en esa época los brahmanes tenían esclavizados a los sudras, habitantes originales de la India (descendientes de la cultura drávida) y cuya esclavitud sólo terminaba con la muerte. Debió disgustarle el politeísmo y la idolatría exagerada del brahmanismo.

Era una religión que había degenerado dando más importancia a la forma que al fondo. Además, segregaban a la mujer, no tenían el menor interés en las demás naciones y hacían gran cantidad de crueles sacrificios animales.

Los brahmanes debieron invitarlo a volverse uno de ellos, encantados con el talento de Isa, pero él rechazó el ofrecimiento para empezar su prédica entre los sudras en contra de las castas superiores: brahmanes y ksatriyas.

domingo, 16 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 6




Aprendiendo de los jainas

Según la tradición de los ahmadiyyas expuesta en los supuestos escritos de Notovich, Jesús (Isa) viaja a Oriente para asentarse entre los devotos de Jaina, quienes imploraron se quedara con ellos. Es curioso, pero los jainas serían uno de esos pocos grupos que simpatizaron mucho con Jesús.

Surgido paralelamente con el zoroastrismo (599 a.C.), su fundador fue Mahavira, segundo hijo de un pequeño Rajá de la ciudad de Vasali, al noroeste de la India. Como Siddharta (Buda), Mahavira también renuncia a su fortuna y se vuelve asceta, obteniendo el sobrenombre de Jaina que significa “vencedor”. Si es verdad que Jesús estudió con ellos, allí le habrían enseñado:

• La doctrina del Karma.
• El control del cuerpo y las pasiones.
• La igualdad de los seres humanos.
• El auto-sacrificio ascético.
• El rechazo de los sacrificios animales.
• La oposición al sistema racista de castas.
• La idea de una religión universal
• La renuncia de sí mismo por los demás a cualquier costo en aras de un ideal religioso.
• La noción de cuerpo y alma.
La subordinación de lo material a lo espiritual
• La reverencia por la vida.
• El sentido de la caridad.
• La ley de los ciclos.

De otro lado, los esenios y los jainas tenían en común:

• El concepto de “iglesia” como un conjunto de monjes voluntarios que los jainas llamaban sangha.
• La idea de la reencarnación
• El rechazo a los templos y al sacerdocio oficial.
• La aceptación de la mujer en la orden monástica. Cosa que sólo algunas sectas esenias aceptaban.

Por ese tiempo, según el trato a las mujeres, los jainas se habían dividido en dos facciones: los Svetambara (los que visten de blanco) y los Digambara (los que visten de celeste). Al leer la anécdota de Jesús y el rey en el purana mencionado por Faber Kaiser notamos que Jesús llevaba las vestiduras blancas de los jainas Svetambara, lo que sería una corroboración indirecta de la autenticidad de la historia. Además, los Svetambara se asentaban en las regiones frías de la India, cerca de Cachemira y eran ellos los que otorgaban igualdad espiritual a las mujeres. Sus libros sagrados son los Agamas (preceptos) y los Siddhantas (tratados).

Lo que no aceptó de los jainas

Pero Jesús (Isa) no permaneció con los jainas, sino que habría continuado su peregrinaje hasta llegar donde los brahmanes, quienes le enseñaron a leer los Vedas. ¿Por qué se fue de los jainas? Todo indica que habrían surgido fuertes discrepancias que terminaron por alejar a Jesús.

• Para los jainas existe un enorme abismo entre las personas y Dios. Dios es una entidad incognoscible, incomprensible y demasiado alejada de la humanidad. Creador y criatura no se pueden tocar.
• La idolatría practicada hacia Mahavira, el fundador del movimiento.
• La excesiva severidad con uno mismo.
• La indiferencia ante la alegría, la apatía ante la belleza y el rechazo del amor como señal de apego.
• La condenación de la familia.
• A pesar de todo, cierta subestimación de la mujer.
• Su tendencia progresiva a ser una doctrina reabsorbida por la religión brahmánica. Todas estas cosas debieron impulsar a Jesús a continuar su búsqueda filosófica, separándose de los jainas de una forma pacífica y civilizada, lo que habla muy bien de la capacidad de tolerancia y del respeto a la libertad de pensamiento por parte de ellos.

Los años perdidos de Jesús 5


Templarios, rosacruces y malos entendidos

Por esta razón, en la época de las cruzadas, los caballeros templarios que viajaron a oriente en busca de conocimiento, de reliquias santas y de las tumbas de los viejos personajes bíblicos, debieron confundir a tal profeta con Jesús, creyendo que habían encontrado su entierro. El hallazgo debió impactar a los caballeros que alcanzaron este lugar al punto que hicieron de esa tumba, un enorme secreto iniciático. Secreto que un par de siglos después pasaría a la secta rosacruz, heredera del Temple.

Muchos de nosotros hemos oído de la leyenda simbólica del barón Cristian Rosencreutz (cristiano rosacruz), quien llegó a una misteriosa cripta donde encontró un libro (la sabiduría de oriente) en donde se le revelaban los misterios más grandes del universo. Al parecer, tal leyenda está ocultando el hallazgo de la tumba de Yuza-Azaf y que Rosencreutz no es sino una deformación deliberada de la palabra Rauza Bal (profeta), a la que han añadido la palabra cruz en alemán para indicar la relación con Jesús crucificado. Así, de ser correcta esta especulación, tendríamos que reconocer en ello un error que se habría añejado por el paso del tiempo. Lo que lo hace más difícil desmentirlo.

No obstante, cuando toquemos el tema de la Síndone de Turín veremos que las evidencias apuntan a que Jesús estuvo realmente muerto en su tumba. Sin embargo, logró salir de allí, pero no por medios normales. ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que una persona que había vencido literalmente a la muerte, no podía volver a morirse en Cachemira ni en ningún otro lugar. Si Jesús logró resucitar, lo hizo transformándose en una suerte de super-hombre que ya no estaría sujeto a las leyes físicas que conocemos.

Yuza-Asaf no es Jesús

Faber Kaiser mezcla cosas que no debió mezclar. Para reconstruir el trayecto de Jesús usa los toponímicos que tengan el término Yuz, mezclando los lugares donde estuvo el profeta Yuza-Azaf con los que en verdad pudo visitar Jesús. Esto es un problema, ya que Yuz es el modo ario con que se denomina a los judíos y por tanto no es raro encontrarlo en cualquier sitio de Asia donde haya habido colonias hebreas. Asimismo, cuando Kaiser interroga a los descendientes de Yuza-Azaf en cuanto si él y Jesús son la misma persona, ellos evaden la respuesta insistiendo en que sólo son parientes de Yuza-Azaf. Debido pues a esta maraña semántica, para nosotros no tienen mayor valor los toponímicos que llevan Yuz o Yuza en el presente estudio. Por todo lo expuesto, pensamos que Yuza-Usaf, no indica en ningún momento que haya sido Jesús, sino sólo un profeta judío. Nada más.

Los años perdidos de Jesús 4



Hacia la tierra del Ganges

Jesús siempre demostró que tenía open mind con una vasta perspectiva. Después de quizá experimentar una desilusión de las enseñanzas persas, rompería con su pasado y continuaría en su aprendizaje filosófico para inventarse poco a poco una ideología propia sobre la base de las experiencias que le aguardarían, tomando lo mejor de cada cultura que iría conociendo en su peregrinaje. Así, María y él prosiguieron la ruta desde Susa a Meshed (Sur de Rusia) para continuar hasta Bactres (entre Rusia y Afganistán) para entonces virar hacia el sur y llegar a Bamian en pleno Afganistán. Luego bajarían más hacia el sur hasta Taxila, al pie de los Himalayas y por fin, descenderían siguiendo el curso del río sagrado: el Ganges.

Entre los numerosos toponímicos que menciona Faber Kaiser está, por ejemplo, un lugar cerca de Taxila llamado Mai Mari Da Asthan, que traducido quiere decir “Lugar de descanso de la Madre María”, y cerca de allí, en Cachemira, hay otro lugar llamado Aishmuqam o “Lugar de descanso de Isa”.

¿Por qué se habrían aventurado tan al este María y Jesús? Faber Kaiser nos explica que la mayor parte de los estudiosos nombrados antes están seguros de que en Cachemira existía, por esa época, una importante colonia hebrea, que ellos fueron a visitar. Asimismo, Kaiser cita en su libro una obra hindú escrita en sánscrito denominada Bhavishya Mahapurana, redactada en el siglo I de nuestra era, donde se narra una anécdota sobre Jesús en la India:

“Cierto día, (el rey) Shalewahim salió hacia los montes del Himalaya, y allí, en medio del país de los Hun, el poderoso rey vio a un personaje distinguido sentado cerca de una montaña. El santo era de complexión clara y llevaba vestidos blancos. El rey Shalewahim le preguntó quien era. Él replicó gustosamente: Soy conocido como el Hijo de Dios, nacido de una Virgen. Como el rey se asombrara por esta respuesta, el santo le dijo: Soy el predicador de la región de los Meleacos (¿acaso una deformación de Macabeos o de la palabra Melek –rey-? O quizá de Malakim, ángeles, Mensajeros?) y seguidor de principios verdaderos”. El rey le preguntó acerca de su religión y él contestó: “Oh, rey, vengo de un país lejano, en el que no existe la verdad y en el que el mal no conoce límites. Aparecí allí como el Mesías”. El rey le rogó que le explicara mejor las enseñanzas de su religión, y el santo le dijo: “Enseña el amor, la verdad y la pureza del corazón. Enseña a los hombres y mujeres a servir a Dios, que está en el centro del sol y de los elementos. Y Dios y los elementos existirán siempre”. El rey regresó después de haber dado su obediencia al santo”.

Si tal purana (narración hindú antigua) existe, como lo asegura Faber Kaiser, sería un documento de valor incalculable: una prueba bastante importante de lo que fue la vida de Jesús durante su juventud. Las palabras puestas en boca de Jesús son igualmente interesantes. Decir que “Dios está en el Sol y en los elementos”, refleja una poderosa influencia persa, donde podríamos confirmar la simpatía que conservó Jesús hacia el zoroastrismo después de abandonar tan de mal modo la ciudad de Susa. Y es que, desde pequeño, ya estaba acostumbrado a salir huyendo de todos lados.
Faber Kaiser está convencido de que Jesús viajó dos veces a la India: una durante su juventud y otra, después de la tortura en la cruz, tesis que nosotros, personalmente, no compartimos, pues creemos por cosas que iremos viendo, que Jesús sólo estuvo durante sus años perdidos allí. Además, Kaiser está seguro que tanto María como Jesús murieron fuera de su país, lo que tampoco nos parece, ya que existen varios apócrifos que hablan de la muerte de María en Palestina.

Faber Kaiser se equivocó

Faber Kaiser se basa para sus conclusiones en la veneración que existe de una tumba judía en Murree, a 70 kilómetros de Taxila. El lugar es conocido como Mai Mari da Ashtan, cuya traducción significa “lugar de Descanso de la Madre María”. ¿Es ese el sitio donde enterraron a la virgen María? Nosotros creemos que no. Debemos recordar que hay dos lugares semejantes, uno cerca de Damasco y otro cerca de Cachemira con el nombre de Jesús. Ello no implica que Jesús estuviera enterrado en ninguno de esos sitios.

Bien pudieran ser sólo escalas prolongadas que ambos hicieran durante su increíble viaje. Además, Asia debe estar plagada de tumbas hebreas, debido a las colonias israelitas que se esparcieron durante los destierros. María era un nombre muy común entre la gente de esa cultura. Tomemos en cuenta que según Kaiser, Moisés está enterrado en esta zona, cosa en extremo improbable ya que las tradiciones judías orales señalan mas bien que el profeta fue asesinado camino a Canaan por sus propios seguidores.

En cuanto a Jesús, creemos que Faber Kaiser incurre en un error bastante comprensible, puesto que fue una equivocación que han compartido varias sectas, incluso los antiguos templarios y rosacruces. La equivocación es creer que Jesús murió en Srinagar, Cachemira. Y eso se debe a que a Jesús lo confunden con otro santo judeo-cristiano llamado Yuza-Azaf (quizá uno de los apóstoles) quien vivió y predicó en la India después de la crucifixión de Jesús. Algunos dicen que fue Tomás.

Se cuenta que Yuza-Asaf se casó con una mujer hindú de Pahalgam y tuvo dos hijos con ella. Su actual descendiente es un tal Sahibzada Basharat Saleem. Yuza-Azaf está enterrado en Srinagar, Cachemira, en el distrito de Khanyar. Su tumba está orientada al modo judío (de este a oeste) y aparece una inscripción (Rauza Bal), que se da sólo a los profetas, en tanto que a los santos se les llama en esta zona ziarat. Si hubiera sido la tumba de Jesús se le habría adjudicado el epíteto de “santo” (ziarat). Tal tumba (tipo mausoleo) está compartida con varios santones musulmanes y la tradición cuenta que Yuza-Azaf tuvo gran cantidad de seguidores que curaban enfermos de un modo prodigioso.

sábado, 15 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 3



Siguiendo las pistas de Isa

Por la cantidad de toponímicos (nombres de lugares) que existen en toda el área relacionados con “Isa”, Faber Kaiser ha logrado reconstruir aproximadamente el trayecto de Jesús y María: él sugiere que saliendo de Edessa habrían subido con dirección norte, bordeando la frontera del actual Irak, a la cercana ciudad de Arbelas y luego habrían continuado el viaje, en carreta de bueyes, por las márgenes del Mar Caspio hasta Meshed, en la frontera con la actual Rusia, que era la ruta que se seguía para llegar a la India. Sin embargo, nosotros nos inclinamos a pensar que obviaron Arbelas y descendieron más al sur hasta Ctesifonte, cruzando el río Tigris, por la ruta que conducía a Susa (Persia), en busca de antiguos amigos: los otros dos reyes magos.

Faber Kaiser también está de acuerdo en que Jesús pasó en algún momento por tierras zoroastrianas, pero él cree que tal viaje se hizo ya de regreso a Palestina. En cambio, nosotros pensamos que de haberse producido tal expedición, debió ser de camino a oriente, antes de alcanzar la India y países más lejanos aún. Simple y llanamente porque Persia estaba antes que la India y porque cabía la posibilidad de encontrar en dicho país a estos otros magos quienes podían brindarles hospitalidad con toda confianza.

¿Qué prófugo no habría ido en busca de tan generosos padrinos después del grato recibimiento en Edessa? Además era la gran oportunidad de estudiar de cerca aquella religión que fusionada con la hebrea, había parido a la secta de los Profetas, madre de los posteriores esenios.

Dándose el gran chasco

Entre las tradiciones ahmadiyyas, Faber Kaiser cita la leyenda de Jesús en Persia. En su libro se nos cuenta que Jesús entró en la ciudad predicando el monoteísmo y la abolición de la esclavitud. De modo que al ingresar en la “gran ciudad” (seguramente Susa) “los sacerdotes (magos) se alarmaron y prohibieron al pueblo que escuchara sus palabras. Pero como el pueblo le escuchara, los sacerdotes lo tomaron preso y entablaron un largo diálogo con él. En el curso de la conversación Jesús intentó convencerles de que abandonaran el culto al Sol y el culto a un Dios del Bien y a un Dios del Mal, explicándoles que el Sol era sólo un instrumento creado por el Dios único y que el Dios único era sólo un Dios del Bien, no existiendo ningún Dios del Mal. Habiéndole escuchado los sacerdotes, resolvieron no causarle ningún daño, pero durante la noche, mientras todo el pueblo dormía, le agarraron y lo llevaron fuera de las murallas abandonándolo ahí con la esperanza de que sería pronto presa de las fieras salvajes. Pero Jesús continuó su camino sano y salvo”.

Así, por lo que refiere Faber Kaiser podríamos deducir que Jesús no se encontró con ninguno de los benefactores persas con los que pensó encontrarse y que fue expulsado de ese país porque ya empezaba a mostrar ese temperamento suyo enérgico (Aries) y justiciero (Libra) que años más tarde le causaría la muerte

¿Qué aprendió de los persas?

Mientras permaneció en tierras persas (actual Irán), Jesús debió profundizar en el zoroastrismo. Asimiló:

• El concepto de Paraíso (Pairidaeza, en avestano, antigua lengua persa) que tanto usó en sus prédicas.
• Cogió la idea de una religión voluntaria.
• La condena de los vicios.
• Rechazo del individualismo.
• La comparación de los seguidores con las “ovejas”.
• La idea de Dios como padre protector.
• El concepto de Espíritu Santo (Spenta Mainyu).
• La propuesta de un Dios todo bondad.
• La metáfora de una luz interior que ilumina al exterior.
• Los tres grandes principios fundamentales: “Buenos Pensamientos, Buenas Palabras y Buenas Obras” (Hu-muta, Hu-uktha, Hu-varshta).
• Frases como: “quien procura matarme es hijo de la progenie de la mentira” o “Mantén la Luz encendida” o “El que alivia a los pobres hace rey a Ahura Mazda” (tomadas del Yasna, parte del Zend Avesta (la Biblia persa).

Entre estas nuevas adquisiciones ideológicas hubo muchas cosas que se oponían a la enseñanza esenia que Jesús había recibido de pequeño como eran:

• La prédica pública.
• El contenido socialista del credo zoroastriano.
• La conversión de los malos
• El concepto de una religión universal.
• La práctica de la caridad a los pobres, ya que los esenios eran herméticos pues consideraban que nadie que no fuera de su grupo merecía la salvación.

Entonces notamos que Jesús empieza aquí a desmitificar su religión de infancia para abrirse a otras corrientes ideológicas.

También tenemos ideas persas compartidas con los esenios que Jesús reiteró dentro de sí, como toda la angelología que hoy conocemos, el juicio final con fuego ardiente, el banquete apocalíptico, la resurrección, el castigo para los malos y recompensas para los justos. Además la vieja idea oriental del avatar. La noción del avatar no sólo como el elegido especialmente preparado para la reparación de los errores cometidos por la humanidad, sino que además se convertía en la encarnación de una deidad.

Entre los persas había la leyenda de que después de Zoroastro llegaría cíclicamente un salvador semejante. Estos serían tres antes del Fin de los Tiempos y se llamaban Aushedar, Aushedar-Mah y Soshyant. Por eso, el mito dice que si bien el zoroastrismo se propagó durante el siglo VI a.C., Zoroastro habría vivido 400 años antes. De ser así, los magos astrólogos debieron creer que Jesús era Aushedar, el siguiente avatar que esperaba su religión. ¿Lo sería?

Pero Jesús debió rechazar varias cuestiones del zoroastrismo:

• Su atosigante dualismo.
• La adoración de los cuerpos celestes.
• El uso de métodos violentos de conversión.

Los años perdidos de Jesús 2


La famosa ruta de Damasco

¿Por qué abandonarían Jesús y María la ciudad de Damasco? Quizá se debiera a Quirinio, quien por entonces gobernaba Siria y quien fácilmente hubiera podido recibir el pedido de Judea (de Anás, más exactamente) para deportarlos como criminales, tal como pidió Saulo que se deportara a los cristianos de Damasco años después.

Decíamos que en el libro de Faber Kaiser se nos cuenta que Jesús y María peregrinaron a un lugar llamado Mashaq (tal vez el actual Ain-Ul-Arus, entre Alepo en Siria y la ciudad de Mosul en Irak), donde supuestamente se encontraría la tumba de Sem, último hijo de Noé. De ser así tendríamos que deducir que Jesús y María se estaban desplazando en una ruta que los persas habían impuesto desde el siglo VI a.C: la ruta que conectaba Damasco y Alepo (ambas en Siria) con Mosul (Irak), para seguir hacia Susa en Persia y de allí a la India. Famosa ruta que se hacía a caballo en ese entonces.

¿Visitando a un rey mago?

Según la obra Jami-ut-Tawarikh citada en el libro de Faber Kaiser, a esa altura del camino Jesús y María buscaron refugio en una misteriosa ciudad llamada Nasibain o Nisibis. El estudioso Nazir Ahmad nos dice que tal población puede ser identificada como Urfa (antigua Edessa), situada al otro lado del río Eufrates. Si esto fuera correcto, justamente en esa época se encontraba reinando en dicha ciudad el rey Abgaro V Ukhama (según Tácito, Acbarus Magnus) quien, según apócrifos cristianos, era un rey bondadoso y de amplio criterio religioso que en algún momento oscuro de los años perdidos de Jesús entabló amistad con él. Bien pudo ser este momento cuando ambos se conocieron.

Si nuestras conjeturas son ciertas, Abgaro y Jesús debieron hacerse muy buenos camaradas. ¿O es que Abgaro y Jesús se conocían de antes? ¿Y si Abgaro hubiera sido uno de los reyes magos que se presentaron a venerarle en Belén? De esto no hay prueba alguna, pero es una posibilidad seductora. Con todo, Jesús y María debieron pasarla de maravilla en Edessa. Entonces, ¿para qué saldrían María y Jesús de un pequeño reinado donde los trataban tan bien? Quizá la respuesta esté en la obra de Ibn-I-Jarir mencionada anteriormente en donde se lee:

“El rey (de Nasibain) era un hombre astuto. El pueblo quería matarlo (a Jesús) y éste huyó”.

¿Qué significa este enigma?

Lo que sucede es que si Jesús llegó a Edessa cuando Abgaro era rey, duró en el trono muy poco tiempo pues fue destronado por su hermano Ma'hanu IV, quien estuvo en el trono desde el 7 d.C. hasta el 13 d.C., cuando Abgaro recupera la corona. Siendo pues Jesús muy amigo de Abgaro es posible que sufriera persecución política por causa de esto al tomar el mando Ma'hanu. Así, esta hubiera podido ser la razón por la que Jesús y María se quedaron muy poco en Edessa prosiguiendo su camino a oriente. Años después, Jesús recibiría una carta por parte de su querido amigo Abgaro, el primer rey que se hiciera cristiano en la historia.

Continuando con los años perdidos


María sin herencia

En el Corán se refieren a Jesús como Isa ben Myriam, es decir, “Jesús, hijo de María”. Con respecto a ellos, aparece una alusión en dicho libro sagrado:

“Les dimos un lugar de refugio”.

¿Qué quiere decir esto? Está claro como el agua. Significa dos cosas: Primero, que Jesús salió acompañado y qué mejor que con su madre, quien ahora era viuda. Y segundo, que pasaron un tiempo en territorios árabes, entre tribus ismaelitas. Pero, ¿qué pasó con la herencia de Joaquín y José? ¿Por qué María y Jesús optaron por renunciar a ella alejándose indefinidamente de Palestina?

En primer lugar, las viudas no recibían herencia alguna sino los hijos, pero como al parecer José había vendido o dejado en alquiler los terrenos de Belén antes de viajar a Egipto, no había mucho que heredar, por lo menos hasta que se cumpliera el Jubileo (ciclo de 50 años), donde los terrenos alquilados eran devueltos a sus verdaderos dueños. En cuanto a la fabulosa herencia de Joaquín y la casa de Galilea, recordemos que el Pseudo Mateo (capítulo 152) dice que la madre de María había enviudado y vuelto a casar (por levirato, lo más posible) con Cleofás, supuesto hermano de Joaquín. Era una costumbre judía que una viuda que no había tenido hijos varones, las tierras debían pasar a manos del pariente masculino más cercano al difunto. Si dicha versión fuera correcta, las propiedades habrían pasado a manos de Cleofás (segundo esposo de la madre de María, Ana) y al primer hijo varón que él pudiera concebir con Ana (la viuda de su hermano), pero no sabemos si llegó a ocurrir.

En todo caso, según la ley mosaica, María no tenía derecho alguno a esas posesiones. Sin embargo, para que las viudas como María no quedaran desvalidas con el fallecimiento del cónyuge fue instituido el matrimonio de levirato. La ley obligaba al pariente varón más cercano de José a desposar a María, beneficio que al parecer, ella desechó y prefirió marchar con su hijo a tierras lejanas acompañándolo en su necesario escape hacia Oriente. No obstante, parece que al regreso del larguísimo periplo de más de veinte años, María aceptaría finalmente el matrimonio de levirato con un presunto hermano de José llamado Alfeo.

Respetado por los árabes

En el libro árabe Tafsir Ibn-i-Jarir at-Tabri, escrito por un tal Ibn-i-Jarir, se afirma:

“Jesús y su madre María, tuvieron que emigrar de Palestina y partir hacia un país lejano, pasando de país en país”.

En realidad, no es de extrañar que existan tradiciones complementarias a las bíblicas entre los árabes, ya que para los musulmanes Jesús no era el Mesías, pero sí un muy respetable profeta. Así, si Jesús permaneció algún tiempo en tierras ismaelitas, los árabes habrían tenido buen cuidado de registrarlo entre sus leyendas. Y así fue.

Comienza el gran viaje

¿Qué país lejano se refiere Ibn-i-Jarir en su escrito? Debemos recordar que de Galilea partían las grandes caravanas a Damasco (al norte, en Siria) y en esa ruta da la casualidad que (a unos tres kilómetros de donde se supone estaba ubicado Nazareth) existe hoy un lugar conocido como Maqam-I-Isa (Lugar de Estancia de Jesús). De otro lado, en Damasco existía ya una colonia judía como lo podemos deducir de Hechos 9:4, de modo que Jesús y María se habrían marchado en busca de los parientes lejanos (y de otros esenios o de simples judíos), emigrados en tiempos de los destierros.

En la valiosa recopilación de datos que hace Faber Kaiser en su obra, nos cuenta que hay un libro clásico de historia antigua persa llamado Rauzat-us-Safa (escrito por Mir Khwand) en donde se lee:

“Jesús y María abandonaron la ciudad (¿de Damasco?) y se encaminaron hacia Siria”

(quizá Alepo, próxima parada en las rutas comerciales), es decir, más hacia el norte aún, territorio de las colonias hebreas afincadas en el extranjero, que debieron por entonces estar dispersas entre lo que hoy es Afganistán, Gagh, Bokhara, Khorasán, Kokhant, Samarkanda, Tíbet, China occidental, India y Pakistán.

Las fuentes de Faber Kaiser

Faber Kaiser, en su libro sobre Jesús, enumera también una serie de obras que hablan de la posible vinculación entre los israelitas deportados en tiempos del dominio babilónico y los afganos, lo que es muy posible. Entre ellos está el libro de Al-Haj Khawaja Nazir Ahmad, el libro de historia universal de Bukthawar Khan, el tratado de historia de Niamatullah y el de Hafiz Muhammad Zadeek. Luego nombra a cuatro autores ingleses que corroboran tales ideas: George Moore, Sir William Jones, Sir John Malcom y Chamberlain. Por último, añade a la lista a tres historiadores cachemires: Mulla Nadiri, Mulla Ahmad y Abdul Qadir bin Qazi-ul Quzat Wasil Ali Khan, y a un autor jesuita llamado Catrou, quien escribió una Historia General del Imperio Mongol. Todos ellos tienen un denominador común: sostienen que existían innumerables colonias judías viviendo por toda Asia.