miércoles, 19 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 11


Continuar

Un par de años habría permanecido Jesús en las tierras de los Himalayas para luego abandonar Nepal, siempre en compañía de su madre. En cuanto a las tradiciones ahmadiyyas, aquí terminan. Nada más nos dicen sobre su viaje. Después viene, según ellos, el regreso a Palestina, donde sufrió la muerte por crucifixión. Sin embargo, hay razones para pensar que su peregrinación no quedó allí, sino que continuó hacia el este, antes de volver a su tierra natal.

No sabemos si Jesús y María se encontraron con muchos hebreos en oriente, pero continuaron buscándolos cada vez más lejos. No podían volver atrás para quedarse porque en cada lugar donde habían estado se convertían en una amenaza política y la ley los perseguía. Asimismo, da la impresión que poco a poco surgía en la mística pareja una nueva motivación para proseguir el camino hacia “la brillante luz de oriente”. Empezaron a sentirse seducidos por el conocimiento de las múltiples filosofías. Al parecer, la sed de sabiduría universal fue creciendo y dejando en un segundo plano la necesidad de encontrar al resto de Israel, las ovejas perdidas.

Por la ruta de la seda

De ser correcto esto, habrían proseguido hasta alcanzar la China (antigua Catay) utilizando las rutas comerciales que conectaban Taxia-Bamian-Bactres en subida hacia el norte para de este modo empatar con la popular “ruta de la seda”, la que mil años después siguió Marco Polo, pasando por la ciudad de Khotan (Mongolia) hasta la ciudad de Loyang (en la actual China). Dicha ruta no se hacía ni a caballo ni carreta: se hacía en camello.

Nada sabemos de la estancia de ellos en la China, no existen crónicas sobre ello, pero deducimos que estuvieron allí por sus enseñanzas posteriores y por otros motivos indirectos. El más importante es quizá que después encontramos sólidas evidencias de que ambos alcanzaron tierras más lejanas aún hacia el este, lo que iremos viendo poco a poco. ¿Qué pensamientos pudo rescatar Jesús en estas tierras?

Confucio, el profesor sabio

En esos tiempos, existía en China un gran despliegue del confucianismo, filosofía que curiosamente también surge al mismo tiempo que el budismo y el zoroastrismo. ¿Qué factores fueron los que determinaron la aparición de tantas corrientes de pensamiento importantes durante el siglo VI a.C.? Probablemente la respuesta está en el cosmopolita intercambio cultural entre los grandes imperios mundiales de esa época (toda Asia, gran parte del África y parte de Europa), a un nivel que hacía miles de años que no se daba. Definitivamente el acceso a mayor cantidad de información genera un fermento que permite la elaboración de filosofías más elaboradas.

Confucio nació en Shantung y fue el menor de 11 hermanos. Su padre murió cuando él tenía apenas tres años y por tanto, tuvo que trabajar muy duro desde niño. Se casó a los 19 años para tener sólo un hijo. Era profesor de escuela y en su plantel enseñaba todas las materias. A los 51 años fue nombrado gobernador, llegando en breve a ser Juez Supremo. Pero la política lo desilusionó y optó por renunciar a su puesto para convertirse en predicador ambulante a los 55 años de edad. En esa época escribió seis tratados que hoy por hoy se conocen como los clásicos confucianos siendo estos: el Shu King (Tratado de Historia), el Shi King (Tratado de la Poesía), el I-King (Tratado de los Cambios), el Li King (Tratado de los Retos), Primavera y Otoño e Historia Local.

No hay comentarios:

Publicar un comentario