sábado, 15 de mayo de 2010

Los años perdidos de Jesús 2


La famosa ruta de Damasco

¿Por qué abandonarían Jesús y María la ciudad de Damasco? Quizá se debiera a Quirinio, quien por entonces gobernaba Siria y quien fácilmente hubiera podido recibir el pedido de Judea (de Anás, más exactamente) para deportarlos como criminales, tal como pidió Saulo que se deportara a los cristianos de Damasco años después.

Decíamos que en el libro de Faber Kaiser se nos cuenta que Jesús y María peregrinaron a un lugar llamado Mashaq (tal vez el actual Ain-Ul-Arus, entre Alepo en Siria y la ciudad de Mosul en Irak), donde supuestamente se encontraría la tumba de Sem, último hijo de Noé. De ser así tendríamos que deducir que Jesús y María se estaban desplazando en una ruta que los persas habían impuesto desde el siglo VI a.C: la ruta que conectaba Damasco y Alepo (ambas en Siria) con Mosul (Irak), para seguir hacia Susa en Persia y de allí a la India. Famosa ruta que se hacía a caballo en ese entonces.

¿Visitando a un rey mago?

Según la obra Jami-ut-Tawarikh citada en el libro de Faber Kaiser, a esa altura del camino Jesús y María buscaron refugio en una misteriosa ciudad llamada Nasibain o Nisibis. El estudioso Nazir Ahmad nos dice que tal población puede ser identificada como Urfa (antigua Edessa), situada al otro lado del río Eufrates. Si esto fuera correcto, justamente en esa época se encontraba reinando en dicha ciudad el rey Abgaro V Ukhama (según Tácito, Acbarus Magnus) quien, según apócrifos cristianos, era un rey bondadoso y de amplio criterio religioso que en algún momento oscuro de los años perdidos de Jesús entabló amistad con él. Bien pudo ser este momento cuando ambos se conocieron.

Si nuestras conjeturas son ciertas, Abgaro y Jesús debieron hacerse muy buenos camaradas. ¿O es que Abgaro y Jesús se conocían de antes? ¿Y si Abgaro hubiera sido uno de los reyes magos que se presentaron a venerarle en Belén? De esto no hay prueba alguna, pero es una posibilidad seductora. Con todo, Jesús y María debieron pasarla de maravilla en Edessa. Entonces, ¿para qué saldrían María y Jesús de un pequeño reinado donde los trataban tan bien? Quizá la respuesta esté en la obra de Ibn-I-Jarir mencionada anteriormente en donde se lee:

“El rey (de Nasibain) era un hombre astuto. El pueblo quería matarlo (a Jesús) y éste huyó”.

¿Qué significa este enigma?

Lo que sucede es que si Jesús llegó a Edessa cuando Abgaro era rey, duró en el trono muy poco tiempo pues fue destronado por su hermano Ma'hanu IV, quien estuvo en el trono desde el 7 d.C. hasta el 13 d.C., cuando Abgaro recupera la corona. Siendo pues Jesús muy amigo de Abgaro es posible que sufriera persecución política por causa de esto al tomar el mando Ma'hanu. Así, esta hubiera podido ser la razón por la que Jesús y María se quedaron muy poco en Edessa prosiguiendo su camino a oriente. Años después, Jesús recibiría una carta por parte de su querido amigo Abgaro, el primer rey que se hiciera cristiano en la historia.

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