viernes, 6 de noviembre de 2009

Matar a la bruja





En el 391 el patriarca Teófilo mandó demoler una parte de la Biblioteca de Alejandría: el Serapeum. Los cristianos detestaban Alejandría. La llamaban “la ciudadela de la incredulidad”, último reducto de las ciencias paganas. Y había allí un personaje que encarnaba lo más refinado y culto de esta ciudad: Hipatía de Alejandría, “sabia como Palas Atenea y bella como Afrodita”. Enseñaba filosofía platónica y era una excelente matemática y astrónoma, catedrática de la universidad y directora de la Biblioteca de Alejandría. Una multitud de estudiantes la seguía para escucharla, pero los cristianos la aborrecían a muerte.

En marzo del año 415, durante uno de los tantos tumultos que se producían a diario en Alejandría, Hipatía fue de pronto asaltada en su carruaje y secuestrada por una turba de cristianos que la desnudaron, la arrastraron por la calle hasta llevarla a una iglesia y allí dentro, la obligaron a besar una cruz. Ella se negó. Entonces, la desollaron viva utilizando conchas de ostras afiladas. Luego descuartizaron su cuerpo y lo tiraron al fuego. El patriarca Cirilo de Alejandría (sucesor de Teófilo) cuando se enteró, sonrío en secreto y no dijo nada.
Orestes, prefecto romano, pidió que se investigue la muerte de Hipatía, pero por “falta de testigos” se fue retrasando la investigación, hasta que el propio Cirilo afirmó muy suelto de huesos, que Hipatía estaba viva, viviendo en Atenas. Entonces Orestes comprendió que estaba frente a un muro de impunidad cristiana infranqueable y tuvo que huir de Alejandría y dejar su cargo para no terminar igual que su amiga Hipatía. Hoy Cirilo está canonizado.

Sin embargo, a pesar de todas las barbaridades que hicieron los cristianos, no consiguieron la “bendita paz” dentro suyo. Sus dudas seguían carcomiéndolos. Era imprescindible unificar aún más el dogma hasta convertirlo en una entidad monolítica, sin fisuras, al menos en apariencia. Los grupos con ideas propias seguían proliferando
sin su consentimiento y eso no podía continuar así. Había que hacer algo más.

Ganar adeptos

Y como hacen todos los vencedores, había que doblegar a los vencidos en el terreno de sus mentes. Es allí donde se gana la verdadera batalla. Había que sorberles el ceso de manera artera. Cambiarles el chip. Entonces, en vez de erradicar las fiestas paganas tan arraigadas en el pueblo, los emperadores romanos ya cristianizados prefirieron apropiarse de esas fiestas como si fueran suyas. De ahora en adelante como por arte de magia, las festividades paganas eran cristianas. Eran las mismas fechas, pero cambiaron los nombres. En vez del nombre de un dios, se le puso el nombre de un santo. Simple y magistral. Por ejemplo, ¿cómo nació la Navidad? El 25 de diciembre nacía Mitra (el Señor de la Luz iraní que los romanos celebraban). A partir del año 529, durante el gobierno de Justiniano se decreta que Jesús también nace el 25 de diciembre. ¿Qué? ¿Mitra y Jesús eran hermanos gemelos? Siendo Mitra el hermano mayor por unos cuantos siglos.

Cabe agregar, otra práctica de “posesionamiento” en nombre de Jesús, muy difundida entre los conquistadores españoles en América. Consistía en construir iglesias (o colocar cruces) encima de las huacas (templos incas) para “bendecir” el lugar. Así fue como se impuso la religión católica.

Por eso a nadie le asombró que Justiniano confiscara los bienes de la prestigiosa Academia Platónica y prohibiera la enseñanza de filosofía en Atenas. Ser filósofo se convirtió en pecado. Lo único que valía era la doctrina cristiana citada de paporreta. De esta manera, los tiempos del libre pensamiento habían llegado a su fin. El cristianismo quería devorarlo todo.

¡Atrás! ¡Abrid paso que viene Jesucristo!

¿Tenía que ser así? Según los arquetipos astrológicos que nos rigen, sucedería indefectiblemente el advenimiento de la era de Piscis. Recordemos que los cristianos tenían como símbolo secreto de reconocimiento el ictus, que el gráfico de un pez. Piscis es el signo de la fe y su palabra clave es “Yo Creo”. Como todo signo, posee aspectos positivos y negativos. En lo positivo, esta edad se anunciaba como una época en que se recuperarían valores espirituales perdidos en anteriores ciclos. Sería la etapa de los ideales caballerescos, del renacer místico en las personas que buscaran la verdad sinceramente.

El norte en sus brújulas habría de ser la conquista de su alma. También se suprimió oficialmente los combates de los gladiadores y las escuelas donde éstos se formaban. Pero, en su aspectación negativa, se cernía sobre el mundo una etapa fanática, divorciada completamente del intelecto, donde las más encarnizadas guerras tomarían como pretexto a Dios. En Piscis, las personas de bajo nivel evolutivo buscarían perpetrar las peores fechorías amparándose en la palabra divina. Las ideologías totalitarias han tenido siempre la pretensión de ocupar el puesto de Dios.

1 comentario:

  1. ...hasta que llegó la era de acuario y lo que no aprendimos en 2000 años tenemos q hacerlo ahora: nuestro poder mental y espiritual.

    Gracias por tus textos!!!

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