domingo, 8 de noviembre de 2009

Herejía ortodoxa




Se ha dicho que los apócrifos son todos escritos por herejes malhumorados que estaban reñidos con la Iglesia. No es así. Existen apócrifos muy obedientes de la ortodoxia cristiana, como el Protoevangelio de Santiago, que hasta exagera el dogma de la virginidad de María, llevándolo hasta sus últimas consecuencias: ser virgen post-parto. Supuestamente escrito por Santiago el menor. La mayoría de los apócrifos ortodoxos estaban incorporados inicialmente dentro del canon como Pastor de Hermas, Didaché, Epístola de Bernabé y Hechos de Pablo. Gozaron de gran prestigio en la antigüedad cristiana. Los vemos por ejemplo en el códice Claromontanus del siglo III y en el famoso códice Sinaítico del siglo IV. Inclusive los Padres de la Iglesia recomendaban su lectura. ¿Por qué entonces fueron extraídos si eran tan buenitos? ¿Quizá porque en el fondo no lo eran tanto y sí comprometían ciertas verdades dogmáticas de la doctrina cristiana?

Veamos a continuación los Padres de la Iglesia del siglo III que aceptaban apócrifos como canónicos. Es interesante observar cómo fue cambiando el canon cristiano hasta que se consolidó en el siglo IV.

Apócrifo---------- Padres de la Iglesia
Epístola de Bernabé---------- Orígenes, Clemente de Alejandría
Pastor de Hermas---------- Ireneo, Tertuliano, Orígenes, Clemente de Alejandría
Didaché---------- Orígenes, Clemente de Alejandría
Apocalipsis de Pedro---------- Clemente de Alejandría
Hechos de Pablo--------- Orígenes


Algo en común que poseen los canónicos y los apócrifos es que están de acuerdo en mostrar un Jesús que enseña a las personas el camino de una superación de la miseria humana para acceder a un nivel superior que se identifica como “Reino de los Cielos”, donde ya no existe la muerte y la vida es una gran continuidad.

Los subterráneos

A pesar de las prohibiciones de la Iglesia, los apócrifos prosiguieron existiendo como una corriente subterránea alimentando el arte durante siglos. Las pinturas de la Iglesia Oriental están repletas de alusiones apócrifas. Pero en Occidente también han artistas que leyeron los apócrifos y lo reflejaron en su obra: Fra Angélico, Giotto, Leonardo Da Vinci, Tiziano, William Blake y en la literatura: Dante, Milton, Klopstock y Rainer Marie Rilke. Lo mismo podemos decir de los auto-sacramentales de Calderón de la Barca y de los frescos de la basílica romana de Santa María la Mayor. Y esto sólo es la punta del iceberg. Usted también puede descubrir más. Por ejemplo, en Perú, algunas iglesias muestran imágenes provenientes de los apócrifos. Sólo es necesario tener buen ojo. Es el caso de la Iglesia limeña de San Pedro, donde se observa efigies de los padres de María.

Si bien en el Concilio de Trento (1546) la literatura apócrifa fue casi totalmente catapultada, a partir del siglo XIX renace el interés por estos escritos, al comienzo en forma tímida hasta que aparecieron los descubrimientos arqueológicos de Nag Hammadi y Qumrán y remecieron los cimientos de la cristiandad.

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