domingo, 19 de septiembre de 2010

Jesús, ¿hombre o dios? 11


Jesús y la ley del karma

El catolicismo fundamentalista se rehúsa a aceptar el concepto de la reencarnación, sin embargo, algunos Padres de la Iglesia sí creían en él, como Orígenes del siglo III. La reencarnación es la teoría filosófica de la continuidad del espíritu a través de múltiples existencias. Los hebreos creían en ella. Cuando Jesús se encuentra con el ciego, los apóstoles preguntan sobre la ley del karma.

“¿Es la ceguera de nacimiento un castigo por los pecados de los padres o por las faltas cometidas por el mismo enfermo en existencias anteriores (Juan 9:1)?”

Esto demuestra que los hebreos de esos días sí creían en la reencarnación. Entonces, Jesús explica que no todas las enfermedades son la consecuencia de los pecados y que en ciertos casos, como éste, se producían para que ocurrieran las curaciones milagrosas. En esta ocasión es muy claro que Jesús curaba fabricando extraños preparados (muy eficaces) que untaba en los enfermos. Quizá era otra técnica usada por los esenios terapeutas. Otro caso de reencarnación lo constituye una reunión en Cafarnaúm. Jesús cura a un paralítico diciéndole:

“tus pecados han sido perdonados” (Mateo 9:2).

Los escribas que estaban allí dijeron que eso era una blasfemia. Con esa frase Jesús estaba aceptando la ley hindú del karma que afirma que las enfermedades son producto de nuestras malas obras.

Ojo, la ley del karma también se ve explicitada cuando se dice que “hay que poner la otra mejilla ante la agresión”. ¿Por qué? Por la sencilla razón que no es necesario hacer justicia con nuestra propia mano porque la justicia siempre viene por sí sola, por ley. Y si uno mismo no contesta se libera de la cadena del karma. En el apócrifo gnóstico Pistis Sophia, se describe qué tipos de metempsicosis experimentarán los justos y los pecadores según sus acciones.

¿Será cierta la reencarnación? ¿Acaso en el fondo siempre estamos destinados a reencontrarnos con nuestros amigos y enemigos una y otra vez en diferentes vidas? Quien sabe. Esto aún pertenece al terreno de la creencia.

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