viernes, 25 de junio de 2010

El arte y los apócrifos 17



"La Santa Verónica", de un pintor alemán anónimo entre el año 1400-1420. Actualmente se encuentra en la Alte Pinakothek, Munich.

La Iglesia celebra el día de la Verónica el 12 de julio. ¿De qué fuente sacó la información de la Verónica?

La escena de la Verónica (Berenice) NO FIGURA en la Biblia, solo en los textos apócrifos de la pasión como "Venganza del Salvador", "Actas de Pilatos" y "Muerte de Pilatos".

Relatemos por ejemplo la historia que se lee en el apócrifo "Muerte de Pilatos":

Tiberio se encuentra aquejado de una grave enfermedad, como en realidad lo estuvo y

“habiéndose enterado de que en Jerusalén había un médico llamado Jesús, que curaba las enfermedades con sola su palabra, e ignorando que los judíos y Pilatos le habían dado muerte”

Ordena a un tal Volusiano para que vaya lo antes posible al otro lado del mar y diga a Pilatos que le envíe enseguida aquel médico para que restituya su salud perdida. Así, parte Volusiano entrevistándose con Pilatos quien, atemorizado no tiene más remedio que responderle en estos términos:

“Aquel hombre era un malhechor y llevaba en pos de sí todo el pueblo. Por lo cual, después de celebrarse un Consejo entre los sabios de la ciudad, mandé que fuera crucificado”.

Sin nada más que hacer, Volusiano debe volver donde Tiberio con la mala noticia, pero en el camino se encuentra con un personaje muy popular entre los católicos medievales, pero que no aparece en la Biblia canónica: la famosa y mitológica Verónica. Volusiano la interroga sobre Jesús y ella le cuenta que lo habían matado por envidia, cosa que sume en la depresión al romano pues así no podría cumplir la misión de ayudar en la curación de su emperador. Al oírle tan triste, Verónica le responde de este modo:

“Cuando mi Señor se iba a predicar, yo llevaba muy a mal el verme privada de su presencia, entonces quise que me hicieran un retrato para que, mientras no pudiera gozar de su compañía, me consolara a lo menos la figura de su imagen. Y yendo yo a llevar el lienzo al pintor para que me lo diseñase, mi Señor salió a mi encuentro y me preguntó a donde iba. Cuando le manifesté mi propósito, me pidió el lienzo y me lo devolvió señalado con la imagen de su rostro venerable. Si tu señor mira devotamente su aspecto, se verá inmediatamente agraciado con el beneficio de la curación.”

Así, Verónica acepta viajar con el romano llevando el maravilloso lienzo hasta la presencia de Tiberio. Una vez allí, Volusiano cuenta lo sucedido con Jesús y muestra el retrato al emperador, quien enseguida recupera la salud. En cuanto a Pilatos, éste se suicida con un cuchillo dentro de la cárcel donde estaba. Al encontrarlo muerto, lo atan a una roca y lo arrojan al río Tíber.

Pero, según esta historia, ello hizo que algunos demonios provoquen desastres naturales en la zona, por lo que el cadáver es sacado del agua y llevado hasta Viena donde lo arrojan esta vez a lo profundo del rió Ródano, donde ocurre lo mismo. Entonces, los lugareños deciden sacarlo para darle sepultura en un lugar llamado Lausana y sucede igual. Finalmente lo arrojan en un “pozo rodeado de montañas” donde según esta leyenda aún hoy continúa Pilatos “bullendo algunas maquinaciones diabólicas”. Es evidente que este apócrifo es medieval y tiene el propósito de explicar el origen de algunas reliquias santas (lienzos mortuorios diferentes a los de Turín) donde presuntamente fue estampado el rostro de Jesús.

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