Este es un blog que nos cuenta la historia de los primeros cristianos, desde que eran PERSEGUIDOS hasta que se convirtieron en PERSEGUIDORES. Además, aquí se habla de la información prohibida de los evangelios apócrifos de la Biblia... Atrévase a leer los secretos que estuvieron ocultos durante siglos... que solo algunos artistas y librepensadores lo supieron a lo largo de la historia de manera subterránea... y que ahora salen a la luz pública... júzguelo usted mismo...
lunes, 19 de abril de 2010
Jesús, ¿hombre o dios?
“Jesús dijo: no soy tu amo. Como has bebido, te has embriagado del burbujeante arroyo que yo he servido... quien beba de mi boca se volverá igual a mí: yo mismo seré él y lo oculto será revelado”.
-Evangelio de Tomás-
Jesús no es Dios, ok?
Muy a la usanza de Krishna en el Bhagavad Ghita, la célebre frase que ha llevado a millones de personas a endiosar a Jesús es el versículo de Juan 10:30:
“Yo y el Padre somos uno”.
Pero, en realidad ha sido mal comprendido. Jesús no estaba diciendo que él fuera Dios, sino que se identificaba en todo con el Padre, que es muy diferente.
Para entenderlo mejor, ilustremos con un pasaje de la Biblia canónica: cierta vez, María Salomé, la hermana de la virgen María, le pide por favor a Jesús que ponga a sus hijos en lugares especiales en el Día de su Segunda Venida. Entonces Jesús responde:
“.....Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que estoy a punto de beber? (Mateo 20:22)”
La copa era para los hebreos símbolo del destino, porque tal como lo hacía José en Egipto, la suerte se leía en las copas, como nosotros lo hacemos ahora en las bolas de cristal y otros medios.
Así Jesús estaba preguntando si sus primos eran capaces de asumir el destino terrible (la tortura y la muerte) que él estaba a punto de asumir. Sus primos respondieron a la ligera que sí. Pero Jesús dijo que, aunque sus seguidores tuvieran el mismo cruel destino, él no tenía poder para encumbrar a nadie. Eso lo hacía su Padre. No él. Esto demuestra una vez más que Jesús no se creía Dios, sino que se sabía “parte del Padre”, como es la mano parte de un hombre.
La mano no puede decir “soy hombre”, ni el hombre decir “soy mano”, pero ambos, la mano y el hombre pueden decir “somos una sola cosa”. Igual, como la mano, Jesús se sentía instrumento de su Padre y, como instrumento, sabía que debía someterse pacíficamente a su voluntad. Ese es el sentido de “Yo y el Padre somos uno”. Como una gota de agua dentro del inmenso mar.
Conversando con el jefe
Siempre se ha pensado que quien creó a los seres humanos, fue el mismo que creó al cosmos. Craso error. Nosotros hemos sido fabricados por un dios menor. El mismo Jesús lo decía, pero no le entendían. Él insistía que
“conocía al Padre, pero que ninguno de los que lo oían lo conocía”.
Más adelante añadía:
“…Es mi Padre quien me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios, y sin embargo ustedes no lo han conocido. Pero yo lo conozco (Juan 8:54).”
¿Qué enigma es éste? ¿A quién conocía Jesús? ¿Era un conocer metafórico o real? ¿Acaso Jesús llegó a entrevistarse no sólo con los Mensajeros (ángeles) sino también con los propios Elohims, igual que Abraham?
El detalle es que Jesús conocía “personalmente” al Dios de los judíos, pero ojo, no lo consideraba el Dios que es la causa impersonal que ha creado las leyes que rigen el cosmos. A quien Jesús conocía y con quien conversó parece ser el dios que creó a la raza humana. Que es diferente al Dios hacedor del universo. Conoció al Elohim más sagrado: al Padre Yah (los griegos lo llamaban Padre Yuh). Según el Libro de Enoc fueron siete Elohim los que nos crearon. Sin embargo, había un octavo que se mantenía distante por ser el que dirigió toda la empresa. Ese parece ser con quien habló Jesús: nada menos que con el Padre de la humanidad. ¡Qué privilegio!
Problemas de autoridad
¿Alguna vez Jesús se ufanó de ser Dios? Algunos creen que sí. ¿Pero realmente fue así? En Juan 10:34, los judíos intentan apedrearlo por blasfemo, ya que Jesús había querido supuestamente endiosarse delante de ellos. Entonces él les quiere demostrar que no había tanta diferencia entre el ser que ellos veneraban y los humanos. Para ello cita el interesantísimo salmo 82, donde los dioses (literalmente los Elohims) están presentándose ante uno superior a ellos (un tal El, que curiosamente es el nombre del máximo dios cananeo, traducido muchas veces como el Divino en nuestras biblias). Este dios El es el que juzga en medio de los Elohims (Salmo 82:1 y 2).
Este salmo es raro pues en sus versículos ese Ser Superior (la versión cananea del Padre Yuh) reprende a los Elohims por no estar apoyando lo suficiente a los justos y oprimidos y dice:
“Yo mismo he dicho: ustedes son dioses (Elohims) y todos ustedes son hijos del Supremo”.
Luego, amenaza a los Elohims (los dioses) que de no cumplir bien su cometido morirían lo mismo que los hombres y como cualquier de los príncipes caerán (82:7 y 8). ¿Quién escribió este Salmo? Es difícil saberlo por ahora. Sólo sabemos que es uno de los salmos más antiguos pues es politeísta. Es probable que fuera transmitido en forma oral de generación en generación. O de lo contrario pertenece a uno de esos períodos en que el culto al dios cananeo El, fusionado con el de Jehová, se reactualizaba sin ser perseguido.
Al citarlo, Jesús quiso demostrar que las propias escrituras hebreas dotaban a estos dioses de una naturaleza tan humana que eran capaces de cometer errores. Y es posible que Jesús también intentara recordar a los judíos, que su religión y la de los cananeos estaban estrechamente ligadas.
Demasiado duro para entenderlo
Los judíos de la Biblia, en su ignorancia no entendieron el mensaje. Jesús no estaba ensalzándose a sí mismo, sino que estaba haciendo exactamente lo contrario: desmitificar a los Elohim y revelar su dimensión humana. Si hoy es demasiado difícil de entender que nuestros creadores no eran seres divinos, sino gente como nosotros, como habrá sido en esa época. Peor. Los judíos y después los católicos han preferido creer que, en ese versículo, Jesús pretendía divinizarse, antes que reconocer que lo que él deseaba en el fondo era humanizar a los que hasta ahora hemos considerado nuestros dioses.
Más claro no canta el gallo. Intentar revelar tan cruda verdad en ese tiempo fue una cachetada a las creencias de entonces. Se pagaba con la muerte. Al menos, hoy en el siglo XXI es diferente. Se puede decir estas verdades y claro, causar polémica y quizá hasta la excomunión. Pero la vida de uno ya no está en juego. En la Era de Acuario puede decirse cualquier cosa sin mayor problema. Todos los secretos salen a flote. Pero en Piscis, ni hablar. Jesús arriesga su cuello al hablar sin importarle nada. Tal era su amor a la verdad.
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Siendo los hebreos un pueblo semita, estrechamente ligado a los caldeo asirios, ya que abraham sale de Ur un pueblo que quedaba al noroeste de Eridu ciudad y morada de Enki el dios creador de la humanidad en lo que parece una manipulación genética, y considerando que este dios era uno de la plana menor se entiende el porque las tradiciones antiguas hablan de los dioses en plural, el genesis dice hagamos a nuestra imagen y semejanza, es algo que indica que el ser humano como lo conocemos según las leyendas mas antiguas fue creado con un proposito y por seres de avanzada tecnología
ResponderEliminarDe otra parte el ser mi padre y yo uno, me recuerda la idea Taoista de que todos somos parte del universo ya que somos uno con él, algo parecido dicen las predicas de la conciencia de Krisna la cual busca volver a integrarse a dios o al cosmos como un espíritu elevado sin necesidad de reencarnación, En la entrada al oráculo de Delphos se leía "Hombre Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses" y ahora en tiempos modernos la física cuántica nos demuestra que estamos formados por una materia/energía única y primigenia de la cual esta formada todo el universo, así que creo que esta idea es muy certera, somos pequeños dioses y parte de un dios mayor ya que somos materia primigenia de la que esta hecha el universo y esta materia esta dentro de nosotros como parte de ella somos
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