lunes, 19 de abril de 2010

Empleando técnicas orientales




Acompañado de Pedro, Andrés, Juan y Santiago, Jesús empieza a predicar seriamente su nueva doctrina, síntesis de todas las religiones importantes de su tiempo. No sabemos si la Magdalena lo acompañaba también, por que la mayor parte de párrafos sobre ella han sido sacados, pero de hecho, ella lo acompaña. Era su esposa. Al principio Jesús se restringe a la provincia de Galilea, enseñando en las calles y en las sinagogas (Mateo 3:23). Sin embargo, muy pronto llega también gente de la provincia de Decápolis y de Judea, para ser curada o instruida.

La primera curación milagrosa que efectúa es la de un endemoniado que se encontraba en la sinagoga de Cafarnaúm donde Jesús estaba enseñando (Marcos 1:23 y Lucas 4:33). Allí pone en práctica la técnica de exorcismo que había aprendido a las mil maravillas de los brahmanes hindúes dejando asombrados a todos los espectadores. La siguiente curación importante es la que le hace a la suegra de Pedro (Lucas 4:38) al quitarle la fiebre. Al ocurrir esto, enseguida la casa de Pedro se ve invadida por una muchedumbre que buscaba ser sanada por Jesús mediante la técnica de la imposición de manos.

El extraño caso de la montaña nublada


Cierta vez Jesús elige a tres discípulos: Pedro, Santiago y Juan y se los lleva a una montaña alta donde pudieran estar a solas (Mateo 17:1). Recordemos que las montañas son lugares para recargar las pilas, por la gran acumulación de carga electro-magnética que recogen. Funcionan como antenas. Cuanto más altas mejor. ¿A qué lugar fueron ellos? Es muy posible que al monte Hermón, que es la montaña más alta de Palestina y siempre está nevada y nublada. Múltiples leyendas rodeaban a este monte y por tanto la gente prefería mantenerse lejos de él.

Cabe agregar que este sitio es el monte sagrado de los cananeos. Cuando los cuatro subieron a la parte alta de la montaña para orar (Lucas 9:28), según los apóstoles, Jesús se transforma mientras rezaba y adquiere una extraña luminiscencia (Mateo 17:2). Enseguida, cuando los apóstoles estaban a punto de dormirse (Lucas 9:32), aparecen dos sujetos que sus discípulos confundieron con Moisés y Elías. ¿Acaso no serían miembros de la Orden de Melquisedek? Estos individuos hablaron con Jesús y luego desaparecieron en la bruma de la montaña. Los apóstoles estaban perplejos.

Si Jesús se transfiguró o no en esta entrevista no lo sabremos nunca. Sólo debemos tomar en cuenta que ni Mateo ni Marcos ni Lucas estuvieron presentes en el acontecimiento y que sólo se limitaron a narrar lo que a ellos les contaron los demás apóstoles. Pero si es que en realidad pasó este incidente, de seguro que se produjeron fenómenos paranormales ante el encuentro de espíritus tan elevados como lo son los miembros de la Orden de Melquisedek. Es curioso, pero el único evangelista que estuvo allí, Juan, no escribe sobre el hecho. ¿Por qué Juan lo omitió? Quizá por exceso de humildad o porque en ese momento se revelaron cuestiones muy profundas que él prefirió callar o, tal vez, porque jamás ocurrió en verdad. Hay que ponernos en todos los casos.

Calmando tempestades

El lago de Galilea, llamado también mar de Genesareth o de Tiberíades, era el único lugar de Palestina donde los hebreos practicaban la pesca. Jesús lo recorrió muchas veces porque era el medio de comunicación entre cinco provincias: Galilea, Iturea, Traconitida y Decápolis. Cuando los vientos soplaban fuerte, se producían grandes oleajes y esto fue justamente lo que ocurre un día, después de haber estado enseñando. Jesús se había cansado de instruir y entonces se queda dormido a bordo de la barca, único lugar donde la multitud lo dejaba en paz (Mateo 8:23, Marcos 4:35 y Lucas 8:22).

Entonces sobreviene la tempestad, que debía ser muy fuerte para impresionar a pescadores experimentados. Por ello despiertan a Jesús. Molesto por ser importunado, reprende a sus apóstoles y procede a calmar la tormenta poniendo en práctica la vieja técnica del Trongjug, aprendida con los magos tibetanos. Evidentemente todos se quedaron boquiabiertos.

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