viernes, 25 de diciembre de 2009

El buey, el asno y el ombligo de Jesús...



Muchas fiestas en una

Antes que naciera Jesús ya se celebraba el 25 de diciembre. La Navidad en realidad es una fiesta pagana disfrazada de cristiana. Se celebra el 25 de diciembre a partir del año 354 de nuestra era por decisión del emperador romano Justiniano. Antes no había Navidad tal como la conocemos hoy. Esta celebración no figura en la lista de festividades cristianas de Ireneo ni de Tertuliano, ambos Padres de la Iglesia del siglo II- III. Justiniano colocó el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre porque coincidía con varias fiestas religiosas muy importantes de la antigua Roma.

En esas fechas se festejaba el Dies Natalis Invict (el nacimiento del Dios Invicto, que era un viejo culto babilónico), que luego se mezcló con el culto persa de Mitra. Comenzaba el solsticio de invierno y además, en Roma era el último día de los Saturnales que hacía tiempo habían degenerado en un carnaval de una semana de puras orgías. Por tanto, en esas fechas los cristianos podían realizar sus ritos libremente sin ser perseguidos por sus enemigos pues éstos se hallaban entretenidos en otros menesteres.

Así vemos que, en vez de erradicar las fiestas paganas, los emperadores romanos ya cristianizados prefirieron cambiar el sentido de sus viejas celebraciones, sumamente arraigadas en el pueblo. De este modo, las aprovecharon para la nueva religión dominante. No obstante, es posible que el hecho de existir una tercera conjunción en diciembre haya contribuido también para que los antiguos cristianos se confundan trasladando el nacimiento de Jesús a dicho mes. Pero, como vimos, es prácticamente imposible que Jesús haya venido al mundo en diciembre. Hubiera nacido muerto.

¿Cueva, pesebre o establo?

Volviendo a la escena de María con su bebé. Lucas nos cuenta que ella recuesta al niño en un pesebre, lo que es muy posible ya que, perteneciendo la cueva a pastores, fácilmente podrían haber tenido pesebres para animales grandes dentro de la cueva. Los pesebres muchas veces eran tallados en la roca viva y de allí cogían su alimento los asnos u otras bestias de carga. A esto añade Lucas que había pastores cerca y que “guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños”.

Como éstos estaban despiertos se toparon con un ángel quien les declaró el nacimiento sagrado que acababa de producirse para que fueran a ver al Mesías. Pero lo que debió ocurrir es que las parteras hicieron correr el chisme como reguero de pólvora entre los pastores que se hallaban en la cueva. Así que en efecto, los primeros en visitar al niño Jesús debieron ser humildes pastores.

No hay buey ni asno en la Biblia

El apócrifo Pseudo Mateo relata este episodio un poco diferente.
Dice que al tercer día del nacimiento, José y María abandonan la cueva y llevan a su hijo a un establo donde había un pesebre con un buey y un asno. En los escritos canónicos no figura la alusión de la cueva y de estos animales. Es del apócrifo de Pseudo Mateo que se toma la imagen de la caverna con el buey y el asno que se ve en los populares nacimientos. Se supone que esto debería darse para que se cumpla la profecía de Habacuc quien dijo: Te darás a conocer en medio de dos animales”, lo que sin embargo debe ser absolutamente simbólico.

En la antigüedad los animales era totémicos y cada nación tenía un animal representativo. El asno era el símbolo de los semitas, mientras que el buey era el emblema de las naciones gentiles. Por eso, en algunas tradiciones orales, se dice que Zacarías enmudece cuando el mensajero que se le aparece para anunciarle la preñez de su esposa, tenía cabeza de asno. Como fuere, se afirma en el apócrifo antes mencionado que la Sagrada Familia permaneció en el establo por tres días.

Guardando el ombligo de Jesús

El Pseudo Mateo narra que después de seis días la Sagrada Familia llega a Belén y que allí circundan al niño, según la Ley de Abraham, bautizándole con el nombre de Jesús (Yoshua o Yeshua = Salvador). Dato que también menciona Lucas. En Belén María pasó su “tiempo de purificación”, que en el caso de un bebé varón son 40 días según la tradición judía.

Otros apócrifos, como el Evangelio Árabe, aseguran que la circuncisión se produjo dentro de la cueva, realizando la operación la nueva nodriza de Jesús y que el pedacito de piel sobrante (otros dicen que fue el cordón umbilical) fue entregado al hijo de la nodriza que era perfumista para que hiciera un ungüento de nardo que años después comprar la Magdalena para ungir a Jesús. Este episodio es típico de las narraciones árabes, pues como se sabe los árabes son amantes de las leyendas poéticas y mágicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario